Ayer la entidad conducida por Guido Sandleris intentó dar dos señales. Una, de compromiso con la zona de no intervención, es decir que comprará para moderar la apreciación del peso con la idea de evitar episodios como la corrida de 2018.
La primera compra del Banco Central (BCRA) en el mercado cambiario desde mayo de 2017 puso finalmente en práctica la válvula de escape del esquema monetario que está vigente desde octubre pasado en un intento por terminar con la corrida contra el peso que dominó medio 2018. La entidad conducida por Guido Sandleris buscó mostrar su compromiso con el funcionamiento de la zona de no intervención cambiaria pero con una doble señal al no comprar todos los dólares que se había permitido: se va a mover con cautela para no emitir pesos de más.
«No teníamos la opción de bajar la tasa o comprar reservas, la regla es ésta y la tasa se define en función de la meta de base monetaria», dijeron a El Cronista fuentes del BCRA ayer.
Fue poco después de que la autoridad monetaria comprara, a través de una licitación, u$s 20 millones en el mercado cambiario a un precio de $ 37,305 por unidad, cinco centavos por debajo del piso de la zona de no intervención. El dólar mayorista cerró así por primera vez fuera del rango que marcan las bandas de flotación, en $ 37,08 para la venta.
Aunque en sus últimas dos decisiones el Comité de Política Monetaria (Copom) del BCRA limitó su capacidad de compra de reservas cuando el dólar cae por debajo del piso de la zona de no intervención a no más de u$s 50 millones diarios, la compra de u$s 20 millones de ayer alberga un mensaje que trata de mostrar cautela. Se compró menos de lo que se podía comprar.
«Fuimos conservadores en la definición del monto a comprar porque era la primera vez, porque queríamos ver cómo reaccionaba el mercado, pero tampoco queríamos dejar de intervenir para mostrar al mercado que el compromiso para intervenir está, pero que ese compromiso también está definido por la perspectiva monetaria», dijo la misma fuente del BCRA.
«Por encima de la banda una intervención trataría de maximizar el poder de absorción de pesos, los u$s 150 millones diarios máximos, pero por debajo de la banda es más delicado porque tenés que tener en cuenta la inyección monetaria y el efecto que puede causar», agregó.
Para comprar dólares ayer el BCRA tuvo que emitir a cambio $ 746 millones, poco más del 0,05% de la base monetaria. La regla establecida por el Copom establece que en el mes no podrá emitir, en total, más del 2% de la base monetaria para sumar reservas y contrarrestar la depreciación de la divisa (son alrededor de u$s 500 millones mensuales, que inyectarían unos $ 27.020 millones).
En ese sentido, ayer en el Central trataban de discutir críticas de operadores y analistas respecto a que la primera compra de dólares del nuevo esquema monetario fue apurada. Ya que, en principio, las bandas de flotación son un complemento a un esquema basado en metas de agregados monetarios -cantidad de dinero- y, cuando se regulan cantidades, los precios -la tasa fluctúa por su cuenta.
«La tasa va a depender de cómo perciban los propios tenedores de pesos el mercado, la propia situación cambiaria que llevó al dólar por fuera de la zona de no intervención, debería ayudar a relajar la tasa, pero va a ser todo muy gradual», dijo por último la misma fuente del BCRA.
Ayer, la licitación diaria de Leliq cerró a una tasa promedio de 58,459%, unos 32 puntos básicos por debajo del día anterior. Un movimiento muy tenue.
Como resultado de la intervención de ayer la meta de base monetaria se relaja marginalmente. En el mes de enero el impacto es de $529,49 millones ($ 746 millones con 22 días restantes en el mes) por sobre los $ 1,351 billón originales. En los meses subsiguientes el impacto sobre la meta será pleno, de $ 746 millones.