Son operaciones para bajar las tenencias de 45% de Lebacs en entidades financieras. Las primeras son a corto plazo y las segundas, a más de un año. Serían los primeros instrumentos ofrecidos para comenzar a desmantelar el megavencimiento de julio.
Superadas con éxito las demandas de la semana pasada del megavencimiento, la llegada de los primeros u$s15.000 millones del acuerdo con el FMI y la organización de las subastas de dólares de u$s100 millones diarios, el Gobierno, a través del Banco Central, volverá a concentrarse en el lento pero constante mecanismo de desmantelamiento de las Lebac. Desde hoy la concentración estará en las negociaciones con los bancos, para comenzar a discutir cómo reducir drásticamente el 45% en Lebac que tienen en sus carteras bajo la promesa de que para el largo plazo este instrumento será casi exclusivo para las entidades financieras como mecanismo de control financiero. Según la visión de la entidad que maneja Luis Caputo, que hoy ingresará en su segunda semana de gestión, la reducción del nivel de Lebac en poder de las entidades debería ser el primer capítulo en su reestructuración en comenzar a moverse.
La idea del BCRA es comenzar a trabajar en las entidades financieras públicas, las que obviamente deberían mostrar más disposición a la negociación, y discutir la posibilidad de acelerar dos instrumentos financieros: las Leliq y las Nobac. En el primer caso se trata colocación a plazos cortos lanzadas en los tiempos de Federico Sturzenegger, con la búsqueda de regular los pases bancarios. Si bien actualmente son de plazos mínimos (desde 7 días), la intención es buscar mecanismos de extensión de los tiempos lo máximo posible. Incluso un año. Los bancos prevén estos movimientos y ya comenzaron a rearmar sus posiciones en Leliq sabiendo que el Central busca reducir los vencimientos de deuda de julio en Lebac. En total, las entidades tienen actualmente más de 52.000 millones de pesos, una cantidad sustancialmente mayor al mínimo de $260 de mayo, cuando los bancos desarmaron las Leliq para volcarse, en medio de la corrida, nuevamente a las Lebac o al dólar. La intención del BCRA es ir reconstruyendo estos instrumentos, al ritmo del desprendimiento de las tenencias de Lebac por parte de los bancos. Como la tasa es sensiblemente menor, pero de tiempos más controlables por parte de los bancos, se lo considera un instrumento más útil y menos antisistémico, más en tiempos de crisis. Se reconoce desde el Ministerio de Hacienda y el BCRA que para que funcione este traspaso se necesita la percepción plena de que se inicia en estos tiempos una etapa concreta de estabilidad cambiaria y que, ahora sí, haya una proyección de control del tipo de cambio hasta diciembre que no supere el precio final de 30 pesos.
El otro instrumento que se quiere potenciar es el lanzamiento de Nobac. Estas Notas del Banco Central (Nobac), mecanismo «estrella» de la década del 90, especialmente utilizado luego de la salida de la crisis de 2001, con Eduardo Duhalde como presidente, se utiliza en momentos de mucha liquidez para absorber pesos y extender los plazos de vencimientos. La estrategia ahora es que sirvan para desmantelar la bola de nieve de Lebac con la emisión de Nobac a plazos de un año, en pesos. La diferencia fundamental de las Nobac es la posibilidad de extenderlas en los plazos de vencimientos y, para el inversor, organizar mejor la administración de su rentabilidad. Se extienden en promedio a un plazo de 3 años, con pagos de intereses semestrales y ajustados con tasa fija o ajustable por el CER. Esto quiere decir que dependerían directamente de las posibilidades serias del Gobierno de controlar la inflación en el mediano y largo plazo. Si desde el Ejecutivo se lograra esta credibilidad ante el mercado, la tasa de interés de las Nobac seguiría la evolución inflacionaria pactada con el FMI para lo que dure el acuerdo, la que debería ubicarse por debajo del 17% el próximo año y de un dígito en 2020.
Fuente: http://www.ambito.com/925494-bcra-ya-negocia-con-bancos-leliq-y-nobac