En total, sólo entró el 20% de los fondos que el Gobierno esperaba. Durante 2013, apenas se suscribieron u$s 560 millones en Cedin y u$s 220 millones en Baade. El ex secretario Moreno esperaba u$s 4.000 millones.
El último blanqueo de capitales arrojaba magros resultados hasta fines de 2013. Según números del Banco Central, a diciembre sólo u$s 40 millones fueron repatriados del exterior para suscribir el Certificado de Depósito para Inversión (Cedin) y el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade), lo que constituye apenas el 1% de lo que buscó oportunamente el ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
En rigor, el BCRA registró una suscripción bruta de unos u$s 560 millones de Cedin de los cuales u$s 270 millones fueron cancelados luego de su aplicación a los destinos habilitados. En consecuencia, al 31 de diciembre de 2013, el stock de Cedin sin aplicar era de u$s 290 millones. Por su parte el total suscripto de Baade rondó los u$s 220 millones.
El blanqueo de capitales fue prorrogado hasta fines de marzo de este año. De esa forma, los instrumentos creados con la Ley de Exteriorización de Capitales, el Cedin y el Baade, continúan vigentes. Si bien en los últimos meses el sector inmobiliario pidió extender el Cedin para apuntalar el alicaído mercado, los esfuerzos oficiales se focalizaron en el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade), el instrumento en dólares a tres años de plazo que paga un interés anual del 4% para el cual tanto el grupo Bridas, de los hermanos Bulgheroni, como también numerosas empresas mineras habían comprometido inversiones siempre y cuando el Gobierno garantizara un mercado secundario para esos títulos.
Varias fuentes oficiales y privadas confirmaron el escenario si bien mencionaron que no hubo avances en las negociaciones. En Economía señalaron que, por ahora, las prioridades parecen pasar por otro lado. En el sector privado existe una mezcla de escepticismo y paciencia. Señalan que la negociación en el mercado secundario de los bonos era clave y que tarde o temprano las emisiones resultantes tendrán que poder negociarse en la bolsa. En rigor, este era el atractivo para los empresarios que buscaban hacer inversiones en el país con dólares ya que en teoría buscaban la posibilidad de ingresar las divisas a un tipo de cambio más caro que el oficial. Bajo el supuesto que se aplicaran las condiciones que hoy tiene el mercado cambiario, la suscripción del Baade con negociación en el mercado secundario podía llevarse adelante al suscribir, por ejemplo, a $ 7,90 por dólar, pero luego cambiar esos bonos por pesos a un precio similar al de contado con Liquidación, que ayer cerró en $ 10,80 por dólar. Pero para ese mercado secundario hace falta masa crítica, algo que está lejos de concretarse. La suscripción del Baade en gran medida se llevó a cabo con fondos en blanco.
En cuanto al mercado inmobiliario, la aplicación del Cedin no pasó de un intento por reavivar algo que dibujó una curva descendente. En los últimos meses, a esa promesa se sumaron dos instrumentos que habían cifrado cierta expectativa en el sector. Por un lado, el dólar ahorro; por otro, la posibilidad de que los créditos hipotecarios pudieran dolarizarse nuevamente (ver aparte).
De todas formas, para 2014 la expectativa en ese mercado parece estancada esperando recién alguna recomposición en el 2015. Según reveló una encuesta realizada por el portal especializado Reporte Inmobiliario, sólo un 21% prevé que la actividad aumentará; mientras que la mayor parte de los encuestados, el 43% opinó que disminuirá aún más durante este año. En rigor, el 54,17%, consideró que el motor del sector será el inversor particular con fondos propios, mientras que lejos, un 20%, se pronunció esperanzado en que lo financie el usuario final. A la hora de evaluar la evolución de los precios de los inmuebles usados en dólares, la tendencia mayoritaria fue hacia la estabilidad de los valores o de una baja de hasta un 10%.