En el día de ayer hubo un anuncio importante por parte de todo el arco económico. En una misma presentación estuvieron las principales autoridades de AFIP, Ministerio de Economía, BCRA y Secretaría de Comercio, presentando un nuevo esquema de blanqueo de capitales.
Este nuevo blanqueo (recordemos que ya hubo uno en el 2009 en el cual no se obtuvieron los resultados deseados, ingresando el mismo un total de USD 4.000 millones según AFIP) consiste en repatriar fondos del exterior o declarar fondos en el país, para los cuales habrá una “amnistía”, siempre que no provengan de actividades ilícitas (para estos últimos no hay blanqueo posible). Los valores blanqueados van a ser ingresados en el circuito legal y podrán utilizarse para realizar inversiones.
Brevemente, las características de este nuevo plan son las siguientes:
1. Se puede blanquear moneda extranjera que esté en el país o en el exterior al 30.04.2013, durante el plazo de 3 meses.
2. Se van a poder invertir los fondos en 2 bonos:
CEDIN (Certificado de Depósitos Inmobiliarios): serán nominados en dólares. Se van a depositar en los bancos a cuenta y orden del BCRA. Será nominativo y al portador, endosable y el cobro del mismo va a estar hermanado a la prueba de una inversión en vivienda. Quien opte por este camino, va a depositar el capital a blanquear en un banco, quien lo tomará a cuenta y orden del BCRA, siendo tomado por este último como encaje a modo de garantía. A cambio del depósito se emite un certificado y los dólares estarán en el BCRA hasta que el portador del certificado lo cobre, previo acreditar la concreción de una inversión inmobiliaria.
BADE (Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Energético): destinado principalmente a YPF. Habrá varias opciones en cuanto al monto a invertir y tendrán vencimiento en el 2016, devengando un interés del 4% anual.
3. Los fondos no van a pagar impuestos, incluido el impuesto al cheque. Y quienes accedan a este nuevo mecanismo quedan liberados de sanciones por la Ley Penal Tributaria y el Régimen Penal Cambiario.
Lo que se plantea con este nuevo esquema es una neo-convertibilidad.
¿Y qué tiene que ver la Convertibilidad en todo esto?
Básicamente la Convertibilidad como sistema consiste en que la emisión de moneda que realiza un Banco Central (su pasivo) está respaldado en una relación determinada por reservas (su activo) que en nuestro caso fueron dólares, pero podría ser otra moneda como el euro, una canasta de monedas, oro, un mix de todas estas opciones y un largo etc. Recordemos que en Argentina en la década de los 90 la relación fue de 1 peso un dólar.
En este caso, el BCRA va a tomar dólares que van a quedar como encaje, constituyendo esto una especie de reserva privada (activo), que van a respaldar los CEDIN que emitirá (pasivo) que tendrán poder cancelatorio en las condiciones previstas para inversiones inmobiliarias.
Según parece y en determinadas circunstancias, este Certificado pasaría a ser una nueva “moneda”, más fuerte que el peso actual y siendo convertible y respaldada 100% por dólares, tal como ocurrió en el régimen de Convertibilidad que estuvo vigente en nuestro país hasta el año 2002. Esta “moneda” conviviría con el peso actual, que seguirá fluctuando en forma administrada en el mercado único de cambios.
Como los depósitos son tomados por cuenta y orden del BCRA, esos depósitos formarán parte de su activo y los certificados emitidos formarán parte de su pasivo, al igual que los pesos que actualmente están en circulación.
La experiencia que podemos recordar, similar a esta iniciativa, fueron certificaciones de depósitos bancarios que se podían utilizar en la crisis del 2001 para la adquisición de automóviles. Pero en este caso, eran fondos retenidos en el corralito y no un blanqueo de capitales.
Por último y referido a este sistema de blanqueo propuesto, hay que destacar que puede generar un aumento en el dólar blue ya que se permite sólo para moneda extranjera. Por lo tanto, aquellos que tengan fondos no declarados en pesos van a tener que recurrir al mercado paralelo para convertirlos a dólares, originando una presión alcista sobre el tipo de cambio informal.