Una renovada demanda de los Bonar 2020 y 2024, el recorte en el bono del Tesoro de EE.UU. y una divisa que se acomodó sobre la base de la banda cambiaria abrieron la posibilidad.
No la tiene fácil el inversor. A las fuertes caídas en activos locales que tuvieron lugar en los últimos meses le sigue ahora la estrategia a adoptar para capear un escenario que derrocha incertidumbre. El aliciente está ahí nomás: en los últimos días bajó el riesgo país y las cotizaciones de los bonos comenzaron a desandar el camino bajista. Para los analistas, la incertidumbre sobre la capacidad de repago de deuda en el corto plazo fue y es el gran fantasma a mantener a raya. Este factor generó un “aplanamiento” de la curva de rendimientos, y sobre todo afectó a la parte corta, que es donde se da el mayor volumen de los vencimientos (y donde habrá que conseguir mayor cantidad de dólares para repagar el préstamo del FMI).
En rigor, en el mercado piensan que a mediano y largo plazo existen mejores perspectivas de “normalización”. Esto es así, porque las urgencias de dólares deberían ceder, dicen, a cambio de un recorte en el déficit y una eventual recuperación de la actividad económica, crecimiento de las exportaciones, superávit comercial y la esperable baja de la tasa de interés. En síntesis, un escenario diametralmente opuesto al que tiene vigencia hoy.
“Con el escenario político poco claro de cara a 2019, cabría esperar cierta lateralización en los precios de los bonos argentinos a la espera de las candidaturas presidenciales y las encuestas más cercanas a las elecciones primarias”, señalan en Capital Markets Argentina. “A mediano y largo plazo, la curva soberana argentina tiene un marcado potencial de mejora en su perfil de riesgo, sustentado en la consolidación de las reformas tendientes a eliminar el déficit fiscal y al éxito de la política monetaria en su objetivo de reducir la inflación”, agregaron en CMA.
No obstante, el castigo recibido en sus precios, un dólar en la base de la banda cambiaria de Sandleris parece también abrir expectativas de reacomodamiento alcista para el dólar, lo que ha decantado recomendaciones para estar posicionado en los volátiles bonos en dólares. La cotización del dólar retrocedió la última semana 1,14% al quedar en un promedio de $37,70 versión mayorista, muy cerca de la banda inferior en $37,21.
“Con el dólar en estos niveles pensamos que aún hay más probabilidad al alza del tipo de cambio que de un escenario de lateralización, por lo que sería razonable mantener una mayor ponderación en activos en dólares”, señaló Agustín Bahl, titular de MT Capital.
Un informe de Crediayuda también hace referencia en esta línea al señalar que si la cotización del dólar cae o se deja alcanzar por la banda inferior (que crece a un ritmo del 2% mensual) en teoría eso sería el equivalente a mayor disposición de dólares en el mercado, lo suficiente para habilitar la compra de divisas por parte de la entidad. Por ende, recomiendan “mantener posición” en bonos líquidos y cortos. Los elegidos son el Bonar 2024, con un rendimiento cercano al 12%, y el Bonar 2020, cerca del 11%.
Para Agustín Bahl, “dado que la curva de rendimientos argentina se encuentra casi plana, no vemos atractivo el posicionamiento en bonos más largos”.
En Balanz coincidieron: “la abrupta suba en el riesgo país estaba priceando un escenario altamente pesimista que se ha desligado de los fundamentos y se alineaba más a la incertidumbre sobre la capacidad de repago de la deuda”. Por ende, recomiendan el tramo corto de la curva soberana en dólares.
En los últimos días, la tasa de riesgo país registró una baja del 13% desde los 837 puntos a 730. Para los analistas, una de las razones hay que buscarla en la caída en el rendimiento del bono del Tesoro de EE.UU. a 10 años por los mejores datos económicos ligados al empleo en ese país. A ello se suma una renovada demanda de bonos argentinos, que treparon hasta 6% en la última semana por sus valuaciones “atractivas”.
Fuente: https://www.ambito.com/bonos-cortos-la-apuesta-los-que-creen-que-el-dolar-subira-n5009216