El precio de los bonos subió 140% desde la sentencia en contra de Argentina. El precio en torno a los u$s 120 muestra la expectativa de lograr un pago similar al que obtendrán NML y Aurelius. Para ello han contratado a estudios de abogados para que los representen ante el país, que a su vez reúnen a otros tenedores no litigantes
Desde que los fondos buitre ganaron el caso contra Argentina inversores de peso han comprado los títulos en default para obtener el mismo trato que los litigantes, elevando los precios un 140%, y han contratado estudios de abogados que los representen en una mesa de negociación con el país.
Los bonos pasaron a cotizar por encima de u$s 50 desde que la Corte Suprema rechazó el juicio de la deuda hasta los u$s 124 de la semana pasada, al descontar que Argentina negociaría una forma de pago de la sentencia. Unos tres estudios de abogados se encuentran reuniendo a estos bonistas para negociar con el país y obtener por lo menos el mismo trato que los buitres, según contaron fuentes de involucradas.
Esta semana los bonos en default se retrajeron un poco, hasta los u$s 118 por la incertidumbre general que reinó por la cercanía al 30 de julio sin una solución a la vista.
Pero el precio que mantienen demuestra el optimismo en que se beneficiarán de una negociación con el país. Y por la expectativa de definición se descuenta que hoy volverán a subir de precio. “Los holdouts ranquean pari passu”, dijo Alejo Costa, jefe de Estrategia de Puente.
A pesar de que los títulos cotizan sobre la par, todavía pueden tener un recorrido alcista hasta los u$s 200, según Costa. Se trata del precio que equipararía el arreglo de los buitres, de más de tres veces el valor de los títulos (de u$s 428 a u$s 1.650), menos los gastos judiciales y un porcentaje de descuento respecto del derecho que les da la sentencia.
De mínima, los holdouts aspirarán a obtener los u$s 68 que equivaldrían al canje de bonos de 2010, si por ejemplo el país reabriera una oferta similar en una posterior negociación, y que según la ley aprobada el año pasado que suspende la Ley Cerrojo no permite ofrecer mejores condiciones financieras que ese año.
Otros riesgos que corren son el de no cobrar, que reciban un trato menor al que obtuvieron los fondos buitre y que el plazo de cobro se extienda.
Las compras de los llamados bonos untendered se realizan sigilosamente para no levantar los precios, pero las ofertas realizadas demuestran el interés por estos títulos.
El paso siguiente es contratar a los estudios de abogados o anotarse en los grupos de bonistas que estos arman para sentarse en una mesa de negociación con Argentina el año que viene, cuando venza la cláusula Rufo.
Según el Ministerio de Economía, un 6,6% de la deuda en default es la que queda por afuera del juicio de los buitres, unos u$s 15.000 millones.
“Teniendo en cuenta el deseo expresado abiertamente de Argentina para resolver el 100% de su deuda, predecimos que la organización más valiosa de holdouts será una que creíblemente incluya la representación de una base tan amplia de bonos como sea posible”, dijo Bingham McCutchen en una carta.
Este es uno de los estudios de abogados de Nueva York que representa a un grupo que se formó para juntar inversores con notas en default para representar ante Argentina.
La negociación no se dará en forma pública. Argentina lo hará sigilosamente para no defraudar la cláusula Rufo, que obliga a pagar a los bonistas de los canjes las ofertas superiores a los holdouts, y que vence a fin de este año. Y los abogados se negaron a comentar si el país se había contactado con ellos o no.
Se entiende que en la mesa de negociación podría haber entre cuatro a seis grupos de representados. Además de los holdouts en EE.UU. se sumarán los europeos y los japoneses.
Entre los bonistas europeos existen, además de los tenedores de títulos no litigantes, grupos con fallos judiciales a su favor que no pudieron hacer cumplir: “La misma mañana que la Corte Suprema de los EE.UU. falló en contra de Argentina, reclamos por 2 mil millones de dólares de 50 mil bonistas italianos representados por TFA fueron enviados para una audiencia de arbitraje en el CIADI del Banco Mundial en Washington DC”, escribió Nicola Stock, presidente de Task Force Argentina, en el diario Financial Times hace dos semanas.
En Nueva York, el juez Thomas Griesa ya recibió pedidos para que estos bonistas se beneficien de la sentencia que ganaron NML-Elliot, Aurelius y otros 13 inversores. Y entre los abogados se estudia la conveniencia de que sea también un special master el que medie en la negociación, como lo hizo con el riesgo del nuevo default de Argentina.