Cuando se nos cae la careta en público: Peronia y el sincericidio K. Si algo le faltaba al kirchnerismo para quedar con cero chances electorales en 2019 era apoyar al régimen del represor Maduro, ese pintoresco dictador venezolano bendecido con poderes metafísicos, que le permiten dialogar con los pajaritos y hasta viajar al futuro. A partir de este evento, no hay nada mas para discutir, no hay nada más para argumentar, o estás con la libertad o en contra de ella. La división entre kirchnerismo e izquierda extrema respecto al resto de la oferta electoral de Argentina es a esta altura ética, por lo que no da lugar ni siquiera al debate.
El contundente peso de la realidad va poniendo las cosas en su lugar a la luz del mundo entero y de la mayoría de los argentinos que quieren ver. A fuerza de demostrar patéticamente hoy mismo lo que siempre han sido, el kirchnerismo se va convirtiendo aceleradamente y en soledad, en un dinosaurio político desnudando su esencia elemental: dictadura populista y antirrepublicana como objetivo central de gestión. Conclusión obvia y lamentable: el kirchnerismo apoya a una dictadura militar, en este caso, la del metafísico Maduro.
Larga vida a la mediocridad M. En vísperas de elecciones presidenciales, la República Argentina agradece tanta sinceridad K y ni hablar de los saltos de felicidad que en consecuencia, seguramente estará pegando el gran Durán, el gurú marketinero de esta gran ensalada amarilla en la que se convirtió Cambiemos. Resulta evidente que el peronismo, que ahora sorprendentemente se proclama como “no kirchnerista”, ese mismo que hasta el 2015 apoyaba al siniestro clan K, le debe una explicación a la ciudadanía argentina en especial, en este año tan electoral que se nos viene.
Mi humilde conclusión es que peronismo y kirchnerismo son la misma cosa. En este contexto, tengo la sensación de que el Presidente Macri ganará fácilmente las elecciones del 2019 por una sencilla razón: no hace falta explicar más nada, o estás de un lado de la libertad y del respeto a los derechos cívicos de un ser humano o del otro. A pesar de la pésima gestión económica a cargo del Presidente Macri, rescato la institucionalidad de su gobierno, aspecto clave si queremos imaginar una Argentina mejor.
A pesar de todo, la Argentina del 2019 es infinitamente menos mala que la del 2015. En esta elección lo que sigue en juego al igual que en 2015, es la institucionalidad republicana, que trasciende a cualquier episodio económico por mas malo que sea. Estoy entonces, dispuesto a fumarme al “club de los menos malos”, esta interminable pipa amarilla y repleta de asfixiante mediocridad socialdemócrata que me asegura al menos un orden institucional razonable y eso en la Argentina K no era un hecho. Lamentablemente, la elección del 2019 será nuevamente la elección del menos malo y en este contexto me permito pedirle disculpas a Alberdi y Sarmiento, así de bajo hemos caído para una nación que alguna vez fue hidalga y soñaba con ser grande.
El trabajo de los pibes de Wall Street es darse vuelta como una media a velocidad de la luz. Y así como castigaron brutalmente a los bonos argentinos durante noviembre y diciembre del 2018 sin una razón aparente, durante enero 2019 han revertido gran parte de todo ese castigo. A inicios de noviembre 2018, el CDS a 5 años de Argentina cotizaba en 600 puntos. Durante noviembre y diciembre del año pasado los llevaron a 810 puntos y ahora cotizan en la impensada zona de los 620 puntos otra vez. De la tragedia a la felicidad en menos de treinta días, así son, a eso se dedican, por eso nunca hay que creerles demasiado.
Siempre es útil desconfiar del reciclaje permanente de historietas, en general ninguna de ellas jamás termina siendo verdad. Y en el medio, está el que se excita con las mentiras optimistas y compra caro, o el que se asusta con las mentiras pesimistas y vende barato. Esta ha sido la dinámica para activos argentinos desde abril del 2018, momento en el que una crisis cambiaria pésimamente manejada por el otrora equipo del BCRA convirtió un problema en cuasi-tragedia, al punto tal que la devaluación destruyó el valor accionario y llevó al riesgo país a máximos innecesarios durante la gestión del Presidente Macri.
Wall Street es un casino global, por momentos te tritura y en otras instancias, te da la derecha, por eso es tan importante no ponértela en contra como ingenuamente hizo este gobierno desde el 28D en especial, si necesitás endeudarte y refinanciar por años enteros. Noto demasiada buena noticia emanando desde NY para un país que hoy sigue igual de mal que hace sólo un mes atrás, ¿será entonces que Wall Street ahora en 2019 está comprada Argentina hasta los dientes y por lo tanto, será una máquina de relatar historietas positivas de caras a las presidenciales del 2019?
Formidablemente importante: desapareció el escenario extremo de la ecuación. En esta tarea de ir y venir todo el tiempo, durante diciembre 2018, el salto estrepitoso en riesgo país bien podía justificar a un mercado que comenzaba a cargar una probabilidad de ocurrencia a un escenario en donde el kirchnerismo ganaba las elecciones. Aun con una probabilidad chica, dado lo extremo y destructivo de dicho escenario, el mismo implicaba saltos cuantiosos en riesgo país.
Sin embargo, es obvio que el kirchnerismo no tiene chances ni siquiera de ganar una elección municipal en la Argentina de hoy y parecería que Wall Street esta vez, decidió dejar de perder el tiempo y asignarle entonces una probabilidad de 0% a dicho escenario. Las consecuencias son enormes en cuanto al riesgo pais. Fuera el kirchnerismo de la ecuación presidencial, tendríamos a la mediocridad amarilla de un lado y del otro, a alguna versión peronista que al menos, al inicio de gestión, se podría esperar como no extrema.
Por lo tanto, me da la sensación de que Wall Street está ponderando entre dos escenarios no tan distintos en materia de manejo de deuda externa siempre que el candidato peronista se perciba como ex-ante razonable y ese parecería ser el caso dada la formidable positividad con la que están operando los bonos argentinos. Dos alternativas ex-ante no extremas no vienen nada mal para navegar un primer semestre plagado de riesgo político y con una economía que seguirá en terapia intensiva. Un CDS a 5 años que, a 8 meses de las PASO cotiza en 620 puntos, menos de lo que España supo hacer en 2012 en plena crisis de su deuda, envía un mensaje contundente: la probabilidad del kirchnerismo a la presidencia es 0%.
Un largo primer semestre con riesgo político y una economía que seguirá agonizando sin pegar la vuelta. En esta difícil coyuntura, me conformo con un mercado de CDS argentinos que hasta las PASO al menos, se quede en el rango de 600 y 700 puntos. No parece por el momento que Wall Street ande con ganas de tradear un Armagedón estilo 2018. Es clave que podamos transitar este duro primer semestre de esa forma, en un entorno de un riesgo país que si bien pueda llegar a capturar desde abril un acentuado y mayor riesgo político, no llegue a los extremos dramáticos del 2018.
Una cosa es la preocupación y otra infinitamente peor es el Armagedón al que puede llevarnos dicha preocupación inicial. Mi sensación es que los pibes de Wall Street le están tendiendo una manito a nuestro diezmado Presidente, una manito que se caracteriza por estabilidad cambiaria hasta octubre, un mercado accionario con renovados bríos hasta octubre y un riego país mucho mas razonable hasta octubre. En este contexto, la pendiente de la curva de bonos argentinos se está normalizando con el CDS entre 5 y 2 años a una diferencia positiva de +25. Si el riesgo de una eventual restructuración se comienza a desvanecer es probable que los bonos de jurisdicción local e internacional comiencen a acercarse y cuando digo esto pienso en DICA vs DICY y un AY24 que quedó barato y muy fuera de curva.
La madre de todas las mentiras: ¿y después de octubre 2019? Aquí se viene la gran sarasa potencial de Wall Street: “el verdadero Macri se conocerá a partir del 2020”. ¿Se vendrá la bolsonarización del Presidente Macri? Y bla, bla, bla, bla. Interminable secuencia potencial de mentiras que eventualmente sigan apuntando hacia activos argentinos en proceso de suba. Hoy por hoy, y a fuerza de nuestros propios errores, somos la roña de Sudamérica. El objetivo del segundo mandato del Presidente Macri será que Argentina converja al riesgo país de África en torno a los 450 puntos básicos y eso sería todo un éxito. Lejos estamos de Colombia, Uruguay, Brasil y obviamente, Chile. Para ello habrá que trabajar sostenidamente en torno a políticas razonables por los próximos veinte años, así de mal nos dejó la nefasta era K. Veremos, hay un mundo de eventos entre hoy y octubre 2019 y no se olviden: esto es Peronia, tierra en donde todo lo inimaginable puede acontecer.
Fuente: https://www.cronista.com/columnistas/Bonos-vuelan-y-Wall-Street-ya-voto-en-Argentina-0-de-chances-para-CFK-presidente-20190128-0005.html