La demanda por cobertura cambiaria llevó al dólar libre a $190, su máximo en 2021, mientras que las cotizaciones bursátiles se acercan a $200
Ahorristas e inversores coinciden en el pesimismo sobre la estabilidad del dólar, que en las cotizaciones paralelas es operado cada vez más cerca de la barrera psicológica de los 200 pesos, en una apuesta por una inevitable devaluación después de las elecciones de noviembre.
La creciente demanda de divisas es más clara a través de activos bursátiles, donde el tipo de cambio implícito llega a los $197 a través de acciones que se negocian en simultáneo en la Bolsa local y en Wall Street, y de $195 a través de títulos públicos con negocios pactados entre privados en el Senebi (Segmento de Negociación Bilateral) de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos).
Pese al endurecimiento del “cepo” cambiario la brecha supera el 90 por ciento. Sin embargo, el dólar libre, hoy a $190 para la venta, cotiza al mismo valor que el 22 de octubre de 2020, un año atrás, con una rampante inflación que no desciende del umbral del 50% anual.
¿Qué dicen los analistas?
Un análisis realizado por Damian Di Pace, director de Focus Market, puntualizó que en los últimos años electorales, a una devaluación gradual previa a los comicios le sucedió una aceleración del dólar luego de la votación. Y recordó que “durante estos últimos 10 años para los diferentes actos eleccionarios tanto el oficialismo actual como la oposición utilizaron todas las herramientas fiscales y monetarias para que el valor de la inflación se contuviese en el camino previo a las elecciones, pero se generaron las condiciones para acumular una inflación más elevada en los seis meses posteriores”.
“Al evaluar la situación del tipo de cambio, observamos que si nos remontamos a las elecciones presidenciales del 2011, las legislativas del 2013, presidenciales del 2015 y legislativas del 2017, todas estas tienen un denominador común pre elecciones, en donde los valores del dólar se encuentran relativamente bajos en comparación de los seis meses siguientes, cuando este mismo valor se dispara. Esto se debe a una serie de medidas expansivas fiscales que se van gestando antes de las elecciones, y cerca de las mismas se usaba como herramienta distintos controles que contenían al tipo de cambio para mostrar cierta pax cambiaria, pero al finalizar ese período su valor retoma la senda alcista”, detalló.
“A diferencia de otras elecciones hoy la brecha es record en un 85%, el acceso al mercado cambiario cada vez más restringido, las reservas líquidas escasas y con una situación inédita de un impuesto PAIS del 30% y una percepción de impuesto a las ganancias del 35% para solo acceder a USD 200 mensuales. Parecería que el costo del ‘cepo’ muestra a la luz que está siendo muy alto, las ganancias muy pocas y el retraso del tipo de cambio real también”, enfatizó Di Pace.
Para el economista Joaquín Marque, director UG Valores, “nos enfrentamos a unas elecciones que podrían tener resultados variados, pero que obligan urgentemente a acelerar los acuerdos políticos de las diferentes fuerzas para enfrentar este escenario que será muy complicado desde lo económico, social y macroeconómico. Los agentes económicos intentan anticiparse a este escenario intentando proteger sus activos e inversiones, a través de dolarización, compras de bienes durables, activos indexados por inflación o activos en pesos Dólar linked si observan un futuro con menor brecha cambiaria”.
Marque advirtió que “la brecha cambiaria y las restricciones cambiarias limitan el crecimiento económico y deben ser corregidas para poder aumentar las inversiones” y que así como “una devaluación post electoral sin acuerdo político no será la solución y solo incrementará la desigualdad”, consideró que “un nivel de brecha cambiaria del 100% no es sostenible en el tiempo”.
Walter Morales, presidente de Wise Capital, refirió que “Argentina tiene la cuarta inflación más alta del mundo y no parece que la situación vaya a cambiar demasiado en 2022″. Y acotó que “la política monetaria del BCRA es inflacionaria, ya que la base monetaria aumenta cuando las reservas caen. Incluso los pasivos monetarios hacen lo mismo; lo que a priori nos dice que la tasa de devaluación debería de ser la misma que el costo que paga el BCRA cuando coloca deuda. Si pensamos que la tasa de ajuste cambiario es de 16% anual -en lo que va del año aumenta 12% contra inflación de 37%- y que la tasa de la Leliq es de 38% anual, el dólar debería de incrementarse 22%, o sea por el diferencial”.
“Un ajuste cambiario por debajo de la tasa a la que el BCRA remunera los pasivos agota la capacidad de generar utilidades para transferirle al Tesoro. Lo razonable sería que post elecciones y hasta diciembre de 2022, el dólar aumente entre 55% y 60% (22% + 2,25% mensual), lo que debería de producir una inflación adicional en torno a 16% a la ya observada”, calculó Morales.
“Existe un creciente consenso de que esto no es sostenible”, dijo a Bloomberg Alejandro Cuadrado, jefe de estrategia cambiaria para América Latina del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA en Nueva York. “Hay indicios de un estrés cambiario severo en los mercados y, normalmente, cuando se alcanza este tipo de diferenciales, el gobierno tiene que hacer algo”.