Por Invecq Consultora Económica.
Resumen semanal
Este martes, la calificadora de riesgo crediticio Standard & Poor’s elevó la nota de deuda soberana Argentina desde “B-“ a “B”. Los motivos se basaron en las mejoras observadas en la macro y microeconomía nacional luego de las medidas tomadas por el gobierno. Asimismo, S&P estimó que la inflación será de 20% en 2017 y la economía crecerá a un ritmo sostenido de 3% hasta 2019. La baja del riesgo crediticio le asigna un marco estable al país y genera mayor confianza en futuros inversores lo que le permite al gobierno negociar una tasa de endeudamiento menor.
Por otro lado, desde la AFIP anunciaron que la recaudación tributaria del mes de marzo fue de $212.294,8 millones. Asimismo, del total recaudado $28.000 millones provinieron del Impuesto Especial por la exteriorización de activos, lo que le permitió a la entidad recaudar 20 puntos porcentuales por encima del ritmo registrado en los meses previos. De tal forma, la recaudación obtuvo una variación positiva de 54,1% respecto a igual mes de 2016, lo que significa una variación real positiva de 20%. Asimismo, si se excluyen los efectos del blanqueo, los ingresos del estado en términos reales fueron de 6,3%. No obstante, la recaudación por parte del IVA DGI y por el Impuesto “al cheque”, aquellos que denotan el nivel de consumo, quedaron por debajo de la inflación tras registrar aumentos por 22,7% y 24,9%, respectivamente.
Respecto al nivel de actividad, el Grupo Construya publicó su índice mensual que mide el nivel de actividad de la construcción. El informe correspondiente al mes de marzo muestra por primera vez en doce meses un crecimiento en términos interanuales. Tal es así, que se observa una suba de 11,2% respecto a marzo de 2016. Otra noticia positiva es que en términos desestacionalizados, también se registra un incremento de 3,3 puntos porcentuales en comparación al mes previo. Sin embargo, el primer trimestre de 2017 aún deja como saldo acumulado en el nivel de actividad una retracción interanual de 0,9%.
Analizando la política monetaria, la entidad presidida por Federico Sturzenegger decidió elevar el retorno de la Lebac de menor plazo (35 días) hasta el 24% como consecuencia de los altos niveles inflacionarios observados en el mes de febrero y marzo. Por lo tanto, en el tercer mes del año, el Banco Central absorbió $88.262 millones solamente con este instrumento, luego de que tuviera que emitir $17.500 millones por adelantos transitorios al Poder Ejecutivo y $8.500 millones por la compra de dólares a la provincia de Buenos Aires. En consiguiente, el stock de Lebacs se elevó a $694.210 millones, es decir el 88,3% de la base monetaria. Por otro lado, la provincia de Tierra del Fuego colocó deuda por US$200 millones a 10 años con una tasa de endeudamiento de 8,95%.
En el ámbito internacional, esta semana comenzó el World Economic Forum para América Latina, el cual se lleva a cabo en la ciudad de Buenos Aires. En el Foro, el presidente Mauricio Macri asistió a la apertura y expuso en conferencia sus perspectivas para Argentina y América Latina.
Brotes verdes sobre ruedas
La frase “brotes verdes”, usada tan a menudo para hacer referencia a las primeras señales positivas de actividad económica que indican la reversión de un ciclo de contracción, parecen poder aplicarse ahora también al sector automotriz. Este sector tuvo su año récord en 2013 cuando se logró el máximo de producción, patentamientos y exportaciones. Desde aquel año, casi todos los indicadores se revirtieron como consecuencia tanto de factores internos como externos. Desde el exterior, a partir de 2014, Brasil pasó a ser un lastre para la actividad automotriz debido a que el país vecino, y principal importador de automotores y autopartes, entró en una fase recesiva que haría estancar su PBI en ese año, para luego sumar dos años de caída (-3,8% en 2015 y -3,6% en 2016), configurando la peor crisis económica de las últimas décadas. Por su parte, la actividad económica local también entró en una fase de estancamiento desde el 2013, combinando años de caída y recuperación del PBI, pero sin lograr un crecimiento genuino.
Con datos sectoriales del primer trimestre del año, parecen estar llegando buenas noticias a la cadena de valor automotriz luego de dos años duros. Aunque aún se observan disparidades en el desempeño de los distintos eslabones, hay indicadores que están señalando que el 2017 podría ser el año de la reversión de la tendencia en el sector, principalmente para el eslabón productivo que es el más golpeado.
En los tres primeros meses del año la producción automotriz registró una retracción interanual del 7,4%, desacelerando la caída que se había observado en el primer trimestre de los últimos dos años: -19% y -18% respectivamente. Por su parte, las exportaciones lograron quebrar la tendencia descendente de los primeros trimestres de los tres últimos años como consecuencia de una desaceleración de la caída de la demanda brasilera y de un importante esfuerzo de las terminales argentinas por abrirse paso en nuevos mercados. A modo de ejemplo, en los primeros tres meses del año la industria argentina exportó más de 3.800 vehículos a distintos países de Centroamérica, mientras que un año atrás los envíos habían sido menores a las 170 unidades; una muestra de la importancia de la diversificación de mercados. En esta línea, mientras que en el 2013 el 90% de las exportaciones se hacían hacia Brasil, hoy el país carioca representa el 60% de las ventas externas.
Por el lado de la demanda interna, la leve recuperación que se había observado el año pasado continúa su consolidación a paso firme. Los patentamientos mostraron un crecimiento interanual del 43,2% en los primeros tres meses del año. En esta misma línea, las ventas mayoristas desde las terminales a las concesionarias crecieron un 13,6% interanual en el primer período. El mejoramiento de las condiciones de la economía interna, con la estabilización y recuperación del empleo desde mediados del año pasado, la desaceleración inflacionaria, la recuperación de los ingresos reales y el fuerte empuje que genera el sector agroindustrial sobre la demanda particular de pick-ups, sumado a una fuerte estrategia de promoción y bonificación por parte del sistema bancario para la adquisición de vehículos son los elementos que explican la recuperación de las ventas locales.
Sin embargo, un factor no menor a tener en cuenta es que, en los primeros tres meses del año más de la mitad de los patentamientos fueron de vehículos importados. Este fenómeno explica por qué con la importante recuperación de las ventas mayoristas y minoristas aún la producción no logra mostrar números positivos. En este sentido, los eslabones puramente comerciales de la cadena automotriz están beneficiándose de la recuperación con unos meses de adelanto respecto al eslabón productivo. En este fenómeno, nuevamente Brasil tiene un importante grado de responsabilidad. Al haber disminuido la demanda interna en el país vecino como consecuencia de la recesión, las automotrices están dispuestas a vender con un menor margen de ganancia en el mercado argentino con tal de desprenderse del stock que no pueden colocar en el mercado brasilero. Con las perspectivas positivas para lo que resta del año en materia de actividad interna y poder adquisitivo de los salarios, sumado a nuevos acuerdos de exportación (hoy se está cerrando uno con Colombia) y al tan esperado fin de la recesión brasilera, el 2017 es el año indicado para dar fin a la caída de la producción automotriz local.
De confirmarse las estimaciones para lo que resta del 2017, el sector automotriz se sumaría al grupo de los primeros sectores que están empujando a la economía, liderado por la agroindustria, la industria de maquinarias y la construcción impulsada por la obra pública.
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