El viceministro de Economía, que pidió a los tribunales de EE.UU. “que nos dejen seguir pagando”, calificó a los papeles en poder de los fondos buitre como cartón pintado
El viceministro de Economía, Axel Kicillof, admitió ayer ante el Senado que un fallo adverso de la Corte Suprema de Estados Unidos obligaría a la Argentina a entrar nuevamente en default porque el Gobierno solo les pagará a los fondos buitre si es en las mismas condiciones de reestructuración de la deuda que obtuvieron quienes ya entraron al canje. “Nos vuelcan a un default, porque nos vuelcan a un no pago”, reconoció el funcionario.
“Nos reclaman que les paguemos a los fondos buitre para que después vengan todos los otros a reclamar. Le pedimos a los tribunales de EE.UU. que nos dejen seguir pagando los bonos del canje. (De lo contrario) nos vuelcan a un default. Nos vuelcan a un no pago”, explicó Kicillof. Además, sobre los papeles en poder de los fondos buitre advirtió: “Hoy para nosotros son cartón pintado”.
Para el equipo económico, un aval judicial a NML Capital (de Paul Singer) y Dart Management (de Kenneth Dart), los dos fondos buitre más importantes, provocaría la reacción inmediata del resto de los holdouts que aún no aceptó la reestructuración, además del reclamo de los bonistas que sí entraron al canje para lograr el pago total de la deuda. “Arreglar, como dicen algunos, con los fondos buitre le traería consecuencias inmediatas a la Argentina”, aclaró a su vez el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, ante los senadores.
Los funcionarios defendieron la estrategia de la Argentina frente a los bonistas durante tres horas en el plenario de las comisiones de Presupuesto y Economía en el Senado. “Queremos que quede claro. Este no es de ninguna manera un intento de evadir a la Justicia de EE.UU. sino de demostrar que la Argentina mantiene la voluntad de pago”, definió el ministro, que también admitió que un fallo adverso “afectaría a toda la renegociación, a los u$s 28.000 millones que hoy se están pagando”.
Además, Lorenzino subrayó que la opción para que los bonistas que aceptaron la reestructuración de la deuda cobren en la Argentina será voluntaria y que no está contemplada en el proyecto de ley porque el Ministerio de Economía está facultado para tomar esa decisión sin pasar por el Congreso. “Los pagaremos donde podamos pagar”, completó Kicillof.
La Argentina dejará abierto por tiempo indefinido el tercer canje de deuda que lanzará en menos de una década, lo que puede ser interpretado como una búsqueda de mejorar las relaciones con las cortes federales estadounidenses que criticaron la forma en que manejó su salida del default de u$s 100.000 millones en la que entró el 2001.
Críticas
Los funcionarios fueron duramente increpados por el senador radical Ernesto Sanz, quien los acusó a los gritos de ser “ineficientes”, “cobardes” y “responsables de haber hecho las cosas mal”. “Vienen acá a poner carita linda y hacerse los respetuosos y cuando se van se suben a una tribuna. ¡Cobardes e hipócritas! Nosotros hablamos con vehemencia y cara a cara”, cuestionó el mendocino. Ante la fiereza de sus palabras, el titular del bloque oficialista, Miguel Pichetto, lo interrumpió para advertirle que el canje “no tiene nada que ver con el discurso interno”.
“Es que Kicillof nos agota un poco con tanta bajada de línea y vuelta al pasado”, retrucó otro radical, Gerardo Morales, que además reclamó conocer los honorarios de los abogados que llevan adelante la estrategia argentina en EE.UU. Un dato que Lorenzino prometió enviarle.