De acelerar nuevas sentencias a favor, los holdouts sumarían u$s 6.400 millones en vez de u$s 1.700 millones, en caso de que Argentina hiciera una propuesta de pago
El día previo a la Nochebuena, mientras la Corte de Apelaciones de Nueva York fallaba en contra de Argentina y permitía a los fondos buitre realizar acciones de discovery sobre activos del país y de entidades ligadas, como el Banco Nación, hubo otra alerta proveniente del tribunal del juez de distrito Thomas Griesa.
Ese martes 23 de diciembre, los holdouts avanzaron en la unificación de causas contra la República por u$s 4.400 millones adicionales a la sentencia que ya tienen a su favor por unos u$s 1.700 millones.
Se trata de la unificación de un centenar de reclamos de acreedores particulares y fondos de inversión con deuda argentina en default en un par de causas madre, detrás de la sentencia de Griesa que convalidó el pari passu. Los nuevos litigantes ingresarían en calidad de me too (al estar en la misma situación) a beneficiarse de la sentencia ya convalidada por la Corte Suprema estadounidense.
Los fondos buitre presionan ahora para acelerar esa unificación de reclamos para llegar mejor parados al 1º de enero, día en que cae la cláusula RUFO de los bonos del canje que impide legalmente al país efectuar una mejor oferta. Así, si el país se decidiera a negociar, el reclamo original ya no sería de u$s 1.700 millones (u$s 1.330 millones de la sentencia más los intereses que corren), sino que ascendería a u$s 6.300 millones.
El mecanismo de pari passu o "tratamiento igualitario" permitió a los holdouts impedir el pago de la deuda reestructurada, ya que Griesa consideró que el país violó la cláusula de pari passu de los bonos caídos al no pagarlos y sí saldar los bonos del canje. Griesa entendió que Argentina discriminó entre unos y otros bonistas, aunque en el contrato de los bonos defaulteados se había comprometido a no hacerlo. La cláusula fue la grieta que encontraron los litigantes, que ahora presionan con más juicios.
Según explicó Marcelo Etchebarne, abogado del estudio Cabanellas Etchebarne Kelly, existen en Nueva York distintos grupos de reclamos contra el país. Hay acreedores que nunca litigaron (y que tendrían la acción prescripta, pero los holdouts encontraron una ventana legal para reactivar la acción); hay otros que litigan por la falta de pago, pero sin sentencia definitiva; están los que tienen una sentencia de daños a su favor y acumulan intereses (estos tampoco podrían volver a hacer juicio, pero existe jurisprudencia que convalidaría el nuevo reclamo); y por último están quienes también tienen la sentencia de pari passu, además de la de daños.
Al encolumnar a todos los holdouts detrás del reclamo de pari passu con la figura del me too, los buitres tendrían más espalda para presionar, a partir del 1º de enero, para que Argentina pague más dinero. "En el pari passu hay sólo un 30% de los reclamos legales contra Argentina. Esta discusión tiene relevancia en caso de que Argentina vaya el 1º de enero y pague los u$s 1.700 millones en el juicio del pari passu", explicó Etchebarne a El Cronista.
Los holdouts habían iniciado el pedido de unificación el 8 de octubre. Casi un mes después, el 6 de noviembre, Argentina respondió a través de sus abogados del estudio Cleary Gottlieb. El país se defendió con el argumento de que aquellos acreedores con sentencia firme en causas ajenas al pari passu no podían ahora volver a litigar y pidió más tiempo para definir los reclamos caso por caso. En el medio, Griesa dio poder al mediador, Daniel Pollack, para sentar en la mesa de negociaciones a todos los acreedores, me too incluidos. Eso fue celebrado por los holdouts.
El martes pasado, en una nueva carta a Griesa, NML Capital, el fondo de Paul Singer que lidera los reclamos, pidió al juez esperar a que cada uno de los nuevos litigantes ingresen sus respectivas demandas contra el país antes de sentenciar hasta dónde llega el pari passu. Hay más de 50 reclamos llevados adelante por más de 100 acreedores a la espera de esa decisión.
"Por más de una década hemos buscado una chance de negociar un acuerdo justo. Hemos llegado a la Argentina decenas de veces, en un intento para terminar con el litigio y negociar de buena fe, pero todas nuestras ofertas han sido rechazadas", dijo el director de NML Capital Jay Newman en una entrevista con el diario La Nación.