El factor clave que gatillará subas en las notas que ponen al país las tres grandes calificadoras será el cobro de los bonos de los canjes, bloqueados por el litigio en Nueva York. A partir de allí, nuevas subas dependen de factores como la inflación, el déficit o el nivel de reservas
Las calificadoras de riesgo esperarán a que los bonistas reestructurados reciban sus pagos atrasados antes de sacar al país del default, dijeron ayer analistas de las principales empresas del sector. El fallo judicial conocido ayer acerca esa posibilidad, pero sólo cuando el pago se concrete se espera que el conjunto de las agencias de rating modifique sus notas. En adelante, el camino hacia el grado de inversión puede tomar años y dependerá de mejoras palpables en materia de inflación, déficit fiscal, nivel de reservas y calidad institucional.
«En principio no vamos a hacer cambios inmediatos en la calificación de deuda soberana de largo plazo en moneda extranjera como resultado del fallo de la Cámara de Apelaciones», dijo Erich Arispe, director del grupo de soberanos de Fitch Ratings, el hombre que pone la nota de deuda al país. «Para nosotros la clave de una acción de calificación es el pago a los tenedores de deuda reestructurada que permanece en default, ese será el disparador. Si no hacemos a tiempo a publicar la nueva calificación ese mismo día lo haremos al día siguiente, pero ese es el fundamento que estamos esperando porque hoy la Argentina está en default restrictivo», dijo.
Según la hoja de ruta que dejó trascender el Ministerio de Hacienda y Finanzas ayer, los pagos a holdouts y tenedores de bonos reestructurados se concretarían el 22 de abril, viernes de la semana que viene.
Las tres grandes calificadoras de riesgo publicaron en los últimos meses mejoras en la nota del país, como resultado del cambio político que dispararon las elecciones presidenciales del año pasado.
El default por vía judicial de los títulos emitidos durante las dos reestructuraciones de deuda de la década pasada, sin embargo, no permitió que la buena nota fuera significativa. En noviembre fue Moody?s, en febrero le tocó el turno a Standard & Poor?s (S&P) y el mes pasado siguió Fitch Ratings. Todas mejoraron levemente la calificación de deuda del país en moneda local como una forma de dar la bienvenida a la nueva política económica.
Delfina Cavanagh, directora de deuda soberana de S&P coincidió con Arispe en que hasta tanto los bonistas reestructurados no reciban su dinero el default continuará. «El fallo es un paso más, pero lo que tiene que pasar es que los tenedores de bonos reestructurados cobren. Recién en ese momento estaríamos evaluando cuál sería la nueva nota de la deuda argentina», comentó.
La calificadora de riesgo Moody?s, por su parte, no quiso hacer comentarios para esta nota. Sin embargo, en su última acción de calificación ?del 24 de noviembre pasado? sostuvo que mejorará la nota de Argentina cuando se concrete un acuerdo definitivo con los holdouts, y agregó que la instrumentación de medidas destinadas a bajar el déficit fiscal, reducir la inflación y contar con estadísticas confiables, podrían elevar aún más la nota.
«Ya vimos el final del deterioro a esos indicadores, cuando veamos mejoras van a llegar nuevas subas», dijo Arispe. «El camino hasta obtener el grado de inversión tomará no menos de cuatro años», agregó Cavanagh.