Esta semana se comenzó a discutir en comisión parlamentaria la propuesta hecha a los holdouts o «buitres», y la iniciativa de eliminar la Ley Cerrojo y de Pago Soberano, condición necesaria para realizar los pagos y volver a emitir deuda externa sin riesgo de embargo. El oficialismo logró un dictamen de mayoría por el que la propuesta pasará a ser votada en Cámara de Diputados, gracias a los apoyos del Frente Renovador y del PJ escindido de Bossio. El apoyo del primer de estos bloques, sin embargo, fue condicional. La oposición busca que se establezcan límites explícitos a la cantidad de deuda que podrá ser emitida, lo que pasará a ser votado también en Diputados. También en terreno político, la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo aprobó un dictamen en contra del decreto presidencial por el que se ajustó el Impuesto a las Ganancias, a raíz de la abstención del bloque del Frente Renovador; esto no implica la eliminación del decreto, aunque Diputados y Senadores deberán ahora discutir la medida en el recinto.
El nivel de actividad mostró señales de caída importante esta semana; las ventas minoristas registradas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) marcaron una caída de 4,5% interanual en febrero —en términos de cantidades—, acelerando la caída desde el -2,3% de enero. Los efectos de la devaluación de diciembre y de la aceleración de la inflación en el primer trimestre del 2016 se hacen así patentes en el consumo.
En cuanto a la inflación, los datos de febrero para la Ciudad de Buenos Aires — que marcaron un 4% intermensual— muestran que si bien el índice presenta una horizontalidad, la inflación núcleo continúa desacelerándose desde diciembre. El efecto que ha mantenido al índice por encima del 4% mensual ha sido el ajuste de los estacionales en enero —principalmente hotelería—, y el ajuste de las tarifas eléctricas en febrero.
La política monetaria volvió a realizar un ajuste esta semana, con un incremento de la tasa de interés de las Lebac a 38% en el tramo más corto, aspirando 8.500 millones de pesos en la licitación del último martes. Con esto el Central logró impulsar la demanda de depósitos en pesos y mermar la suba del dólar, que cayó hasta los 15,30 pesos.
En el ámbito internacional, resaltó el nuevo impulso del Banco Central Europeo, al reducir la tasa de interés de referencia a 0%, nuevo mínimo histórico.
Cambio de tendencia en la política fiscal
El Ministerio de Hacienda, a cargo de Alfonso Prat-Gay, publicó finalmente esta semana los datos correspondientes al resultado fiscal del año 2015, también junto al de enero. Los datos se postergaron mientras eran revisados por el equipo económico de la nueva administración. Para 2015 no incluyen grandes sorpresas; el déficit fiscal primario se aceleró significativamente —con un aumento de 1,6% del PIB —, hasta alcanzar un 5,4%. El número se acerca bastante al 5,8% que Alfonso Prat-Gay había proyectado durante su anuncio de las metas fiscales para el período 2016-2019, aunque está aún lejos del 7,1% que el ministro calculaba como punto de partida —incorporando la pérdida de recursos ocasionada por la baja y quita de retenciones y otros impuestos—.
De acuerdo al informe del Ministerio de Hacienda, el resultado del año surge de un avance de 31,6% en los ingresos primarios, mientras que el gasto anual se incrementó en 34,5%. Del lado de los ingresos, los que tuvieron un desempeño claramente por encima de la inflación fueron las contribuciones a la Seguridad Social —con 39,4% —, mientras los ingresos tributarios quedaron levemente por debajo con 25,8% —si tomamos la inflación de CABA de 28% anual—. Del lado del gasto tampoco hay grandes sorpresas; los gastos de consumo se incrementaron 10% por encima de la inflación CABA, la seguridad social creció en 47%, y las transferencias corrientes un 32,8%; todas por encima de la inflación —y por lo tanto con crecimiento en términos reales—, a excepción de los gastos de capital —22% —.
En otras palabras, durante 2015 los recursos se incrementaron a través de la seguridad social, pero no a través de la tributación, mientras que el avance del gasto —mayor al de ingresos— se dio no en inversión, sino en consumo y en transferencias —en parte ayuda social, en parte subsidios a transporte y energía—.
La publicación de los nuevos números incluyó una interesante reformulación en algunos puntos clave de la metodología, criticados hacía tiempo desde fuera de la administración Kirchner. A partir de enero, la publicación del esquema Ahorro Inversión-Financiamiento quitará las polémicas «rentas de la propiedad» del rubro de ingresos corrientes, colocándolas «por debajo de la línea», es decir como una fuente de financiamiento financiero. En palabras del propio informe «la eliminación de ese ítem de los ingresos corrientes permite reafirmar el compromiso del Gobierno Nacional de reducir la presión de la política fiscal sobre la emisión monetaria que ha contribuido a elevar la tasa de inflación». Junto a esta modificación, el rubro intereses se quitó de los gastos corrientes, y se colocó junto a las rentas de la propiedad, del lado financiero del esquema como «rentas de la propiedad pagadas sobre la deuda». La nueva metodología y presentación, aunque dificultan la comparación con el período previo, efectivamente permiten un reconocimiento más inmediato de la situación fiscal.
Si bien los números del año previo son solo una extensión conocida de una tendencia vista desde antes del 2010, en enero se produjo un cambio interesante que da cuenta del giro en la administración del Tesoro Nacional.
Interanualmente, los ingresos de enero crecieron al 29%, por encima del 23% del gasto, representando un crecimiento real de los ingresos del fisco del 6%. La evolución de las transferencias al sector privado reflejó la reciente quita de subsidios a la generación de energía, incrementándose en términos nominales solo un 7% con respecto a 2014.
El gasto en consumo, por su parte, creció 9,6%; mientras la seguridad social —gastos con actualización automática— continuaron creciendo por encima del 40%. Las rentas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES se redujeron ampliamente, terminando en 2.200 millones de pesos cuando en enero de 2014 habían sido más de 4.000 millones. Así, el déficit primario cerró en enero en 548 millones de pesos cuando en el mismo mes de 2014 fue de más de 5.000 millones.
El resultado de enero refleja el compromiso del Ministerio de Hacienda de que la política fiscal apoye a la política monetaria en su objetivo de reducir la inflación al 25% este año. Según el informe, el apoyo del BCRA —en forma de utilidades y adelantos transitorios— se limitará este año mantener la nominalidad con el año previo, es decir a 160.000 millones de pesos, lo que representaría un 25% de la base monetaria, contra el casi 40% del 2015. La política fiscal recorre un camino difícil, pero las señales son por ahora positivas, con inflación mostrando una leve desaceleración en febrero, y el resultado fiscal mostrando un cambio de tendencia.
Fuente: http://bit.ly/21riNBl