El grupo AdHoc le pidió explicaciones al estudio Cleary. Creen que puede ser un mecanismo para trabar más la posibilidad de juicios si no hay acuerdo.
Los equipos de abogados liderados por Dennis Hranitzky del Exchange Bondholders y Jennifer O’Neil del AdHoc, plantearon ya en varias de las reuniones que que la nueva cláusula de “Anulación de la Aceleración” les genera muchas dudas. Las reorganizadas conversaciones con los abogados que representan a los acreedores con títulos públicos emitidos bajo legislación internacional, trajeron una polémica inédita con los negociadores argentinos. Por ahora se mantiene en el nivel de pedido de aclaraciones y de muestras de incomprensión. Pero, si no se aclara adecuadamente, podría generar más ruido entre las partes en la búsqueda de un acuerdo entre Argentina y los bonistas. Según la sospecha de los acreedores, la imposición de esta cláusula podría convertirse en un nuevo mecanismo para licuar las responsabilidades. Los pedidos de explicaciones están siendo recibidos, y procesados, en las últimas jornadas por los abogados que representan al país del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton (CGS&H); quienes, en general, le transmitieron a sus colegas contratados por los fondos de inversión más grandes del mundo, que no tienen que preocuparse. Y que, detrás de la inclusión de la cláusula polémica no hay malas artes ni la búsqueda de sacar ventajas. Sin embargo, los equipos que lideran Hranitzky y O’Neil sospechan. Y gran parte de sus abultados salarios están destinados a ejecutar esa desconfianza.
La cláusula en cuestión se basa en la limitación a un derecho exclusivo de los tenedores de deuda emitida desde el 2016 en adelante, pero salpica indirectamente también a los bonistas con bonos incluidos en los canjes del 2005 y 2010. El nombre de guerra es “Anulación de la Aceleración”, e implica la posibilidad de limitar, o directamente impedir, la formación de mayorías de tenedores de deudas disconformes con la propuesta argentina, para romper las negociaciones y recurrir a los tribunales internacionales. La norma no existía en la fallida propuesta original del 21 de abril, e implica que la posibilidad de lograr mayorías necesarias del 25 o 35% de acreedores para poder litigar; quedan suspendidas mientras las negociaciones están abiertas. También que Guzmán tendría la alternativa de utilizar una estrategia, algo extrema, en el caso que para el 4 de agosto la aceptación sea baja y, en consecuencia, la eventual amenaza de presentaciones judiciales alta; a raíz del nivel de acreedores que quedarían fuera de un acuerdo. Según la letra fina de la cláusula de la polémica, si Argentina dejara abierta en el tiempo la posibilidad de aceptar la propuesta ante la Security and Exchange Commission (SEC), siempre se podría considerar que las negociaciones continúan; y, en consecuencia, la posibilidad de cerrar un acuerdo permanecería como una alternativa posible. En ese marco se podría considerar judicialmente que las puertas de un acuerdo no están cerradas; aunque el tiempo pactado haya concluido. Obviamente desde el punto de vista de los acreedores sería visto de otra manera. La polémica sería resuelta en los tribunales de Preska, pero en un eventual juicio anterior al del default; lo que aletargaría aún más los tiempos de la justicia norteamericana. Y, como se sabe, al menos los acreedores actuales no quieren que el caso argentino termine en el despacho de Loretta Preska.
Según explica el especialista Sebastián Maril de FinGuru, la “Anulación de Aceptación” implica en el fondo “una protección ante eventuales acreedores que se cansen de Argentina y decidan acelerar causas judiciales”, especialmente en casos como los bonistas con papeles del 2005 y 2010 cuando se cumplan el plazo de gracia del Discount; ya que hasta ahora sólo tenían este derecho los tenedores de deuda en Globales”. El analista menciona además que podrían surgir internas entre acreedores que buscaban que la estructura legal de la propuesta oficial sea más simple y que Argentina la complicó aún más. No sólo con esta cláusula sino con los nuevos límites de aceptación.
Fuera de este debate, entre hoy y mañana se darán dos cruces fuertes en la contienda. Guzmán y su gente escucharán lo que tienen para decir sobre la oferta el Exchange Bondholders. Será una buena oportunidad para saber que tan sólida es la alianza que el grupo que representa a los tenedores de deuda emitida durante el kirchnerismo mantiene con BlackRock y su gente.
Fuente: https://www.ambito.com/economia/acreedores/canje-sospechan-la-nueva-anulacion-aceleracion-n5117551