El equipo económico afirmó que se buscan despejar 7 billones de pesos. La operación incluirá los vencimientos hasta fines de junio
El Ministerio de Economía terminó en las últimas horas de darle forma final a la oferta de canje de bonos con el que buscará despejar más de 7 billones de vencimientos de deuda en pesos que aparecen en el calendario de pagos hasta fines de junio. El equipo económico consideraría como exitosa la operación con un nivel de adhesión de los bancos cercana al 50% en favor de los nuevos títulos a 2024 y 2025.
La Secretaría de Finanzas que encabeza Eduardo Setti trabaja en una propuesta que incluirá dos canastas a elección del tenedor de los bonos. Una de las dos tendrá solamente títulos indexados a la inflación, mientras que otra estará compuesta además por instrumentos “duales” que además también protegen ante una eventual devaluación.
Habrá en la mesa dos vencimientos dentro del 2024 y uno a 2025, con detalles de fechas que todavía estaban en la etapa de trabajo fino en Finanzas. Lo que sí se definió es cuál será el alcance de los títulos elegibles para la operación: serán los que tienen vencimiento hasta junio inclusive. Suman, estiman en los despachos oficiales, más de 7 billones de pesos, de los cuales cerca de la mitad están en manos de privados y el resto en la cartera de inversión del sector público.
Más allá de descontar que los tenedores intra Estado participarán y aceptarán el canje, entre los funcionarios que trabajaron la propuesta consideran que la operación podría considerarse exitosa si pudieran alcanzar un porcentaje de aceptación entre los bancos de entre 45 y 50%, un número que estiman razonable.
“Un éxito sería si participa el sector público, entre un 45 y 50% de los bancos y que podamos tener una curva fortalecida en el mediano y largo plazo”, apuntaron fuentes oficiales. Habrá, además, nuevas reuniones con fondos comunes de inversión y aseguradoras, habituales jugadores en el mercado de deuda doméstico. En el caso de los FCI, el hecho que sean tomadores de dinero a corto plazo hace que sus chances de ingresar en un canje que extienda los vencimientos a 2024 o 2025 se presente como más difícil.
Con todo, en el Ministerio de Economía prevén que también haya una reapertura de las opciones de canje para los más de $800.000 millones que vencen en marzo. Las obligaciones de pago de este mes ya habían sido parte, en rigor, de la primera conversión del año, en enero, y que incluyó al primer trimestre completo.
Hay una ventana abierta para que, luego de junio, Hacienda trabaje en un plan diferenciado para la deuda intra Estado. Para la operación de conversión anunciada hoy, dijeron, el sector público tendrá las mismas condiciones que el privado.
Según aseguran los funcionarios involucrados, no hubo en la discusión técnica con el Fondo Monetario Internacional algún reparo por la puesta en marcha de un canje de esta naturaleza. “Las ideas de manejo de deuda que expresa el Fondo son consideraciones conceptuales, pero no hubo ningún tipo de objeción”. En ese plano, aseguraron que el acuerdo con el staff para la cuarta revisión todavía está en su etapa final y que aún se encuentra en redacción, ampliaron desde otros despachos oficiales.
Una discusión que tomó estado público con cruces entre oposición, equipo económico y hasta los banqueros es la de la opción de venta (put), como un derecho que pueden ejercer las entidades financieras que tengan en su poder bonos en pesos para que el Banco Central los recompre de manera automática, bajo ciertas condiciones.
Para el equipo económico, se trata de un pedido de los bancos por “cuestiones de liquidez”. “¿Qué banco va a querer deshacerse de todas sus tenencias de una sola vez, para hacer qué? ¿Para prestárselo a una pyme? No lo va a hacer. Al tratarse de una operación a dos años, un banco en caso de tener un problema de liquidez, ahí tiene un instrumento”, resumió una fuente del equipo económico.
En el Palacio de Hacienda consideraron que el comunicado opositor sobre el peligro de una operación de deuda como la que se anunció hoy solo busca “hacer ruido”. “La deuda en pesos tiene un riesgo asociado a la política. Los bancos se protegen de alguna necesidad financiera o de mercado habitual o quizás de algún anuncio poco feliz de la oposición”, dijeron con sorna desde un despacho oficial. “El riesgo y las tasas altas están asociados a eso”, concluyeron.