El “dólar blend” beneficia a los exportadores con un mejor tipo de cambio y ayuda a mantener las cotizaciones bajo control. Pero complica al Banco Central, que en junio dejó de comprar dólares. El FMI presiona para que se privilegie el fortalecimiento de reservas para apuntar la salida del cepo
Una nueva jornada de ventas del BCRA (ayer por USD 76 millones) volvió a poner en foco las dificultades para seguir acumulando reservas que tiene la entidad. Junio marcó un punto de inflexión a la tendencia de los primeros meses del año, cuando se registraron compras récord por más de USD 17.000 millones. El panorama para el segundo semestre luce mucho más desafiante y es probable que las reservas netas no aumenten o incluso que caigan en los próximos meses, ante la gran cantidad de pagos en moneda extranjera que enfrenta el Gobierno.
En las últimas horas surgieron voces de destacados economistas como Ricardo Arriazu, Carlos Melconian y Domingo Cavallo que coincidieron en un punto: como están las cosas es imposible salir del cepo cambiario. Incluso ya sugieren que el levantamiento de las restricciones cambiarias podría llevar más de lo previsto y ya se habla que esto recien podría ser factible en 2025.
El motivo principal es justamente la escasa capacidad de fuego que tiene el Banco Central, que logró salir de reservas negativas por casi USD 11.000 millones a un valor levemente positivo. Esto significa los dólares propios siguen siendo casi nulos.
El ministro de Economía tiene un fuerte desafío por delante, que es recuperar el crecimiento de las reservas en los próximos meses. En la medida que no lo logre, no solo será mucho más difícil salir del cepo cambiario, sino que además será complicado bajar el riesgo país por debajo de los 1.000 puntos básicos.
El FMI remarcó en su último staff report que el Gobierno abandonaría el “dólar blend” para fin de mes. Se trata del esquema que le permite a los exportadores liquidar 80% por el mercado oficial pero 20% directamente en el contado con liquidación. Eso implica que una porción importante de las divisas que ingresan al mercado no terminan en poder del BCRA.
Luis Caputo, sin embargo, confirmó a fines de la semana pasada que el “80%-20%” continuará. Y su versión fue que el FMI solicitó que el esquema se elimine en junio porque el texto fue redactado en marzo, cuando se estimaba que la ley Bases podría ser aprobada en ese momento.
Pero lo cierto es que el ministro enfrenta un dilema, producto de la sabana corta con la que debe lidiar el Gobierno. La continuidad del “dólar blend” implica que el Central deja de acumular alrededor de USD 1.200 millones mensuales, que los exportadores vuelcan directamente por el mercado financiero.
Claro que esta iniciativa, que fue una decisión adoptada en su momento por su antecesor en el cargo, Sergio Massa, lo que en realidad busca es aumentar la oferta de divisas y ponerle un freno a los dólares financieros. Algo que efectivamente se logró en los últimos meses.
Pero esta práctica tiene peligro de quedar agotada. ¿Puede el Central seguir perdiendo reservas con el fin de controlar la cotización de los dólares financieros? En los primeros meses del año esto no hacía ruido, porque la compra de dólares se mantenía a un ritmo muy elevado.
Pero ahora que las importaciones ya están casi normalizadas, el mercado está desbalanceado y por eso se frenó la acumulación de divisas.
El peligro es que sin esa oferta de dólares adicionales la presión sobre el tipo de cambio se acelere, justo en el momento en el que tampoco en el que también baja la liquidación de divisas proveniente de la cosecha gruesa.
El economista Gabriel Caamaño advirtió ayer sobre el complejo panorama que se avecina para el mercado cambiario: en julio hay que pagar más de USD 3.000 millones por vencimientos. Es difícil acumular reservas con pesos, requiere diferir pago de importaciones o ajustar el tipo de cambio nominal o del propio cepo periódicamente”
Además explicó que la demanda de dólares se “congestionó” tanto por la normalización de las importaciones (ya que el efecto del diferimiento de pagos en cuatro cuotas se agotó), además sigue el régimen blend para exportadores y hubo mayor demanda de divisas para compra de energía por las bajas temperaturas.