El Banco Central sorprendió ayer al mercado al modificar en mitad de la rueda su forma de intervención cambiaria para asegurar un retroceso del dólar. Por primera vez desde fines de junio, sumó a las subastas a precios de mercado una serie de ventas directas y a valores definidos desde su mesa de dinero. Así logró una baja del billete del 1,3% y abrió dudas entre quienes daban por descontada su pasividad.
El cambio sorprendió a la plaza, dado que era público que se trataba de una opción muy resistida por el FMI, que le tenía muy limitadas al BCRA este tipo de intervenciones y solo lo había habilitado hace un poco menos de un mes a realizar subastas, aunque con la condición de fijarle precios al mercado.
Pero lo que más llamó la atención fue que las ventas directas solo llegaron luego de una subasta por US$100 millones realizada al mediodía, lo que abrió todo tipo de especulaciones sobre un posible guiño obtenido entonces por la delegación en Washington que habría librado al BCRA para volver al viejo método de intervención sobre la plaza.
Esa sospecha se acrecentó luego de que, horas más tarde, al tomar contacto con la prensa desde allá, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, mencionó la necesidad de lograr una estabilización de la situación financiera como paso previo a tener chances de revertir la recesión.
«La estabilidad cambiaria es condición necesaria, aunque no suficiente, para encarrilar la crisis. Caso contrario, la situación cada vez será peor», coincidió el economista Luis Palma Cané.
La intervención por el «método tradicional» para tratar de calmar al mercado había sido recomendada por numerosos economistas y por el extitular del BCRA Martín Redrado, cuyos comentarios en este sentido el actual jefe de la entidad, Luis Caputo , hizo circular entre funcionarios de gobierno y allegados a su gestión.
Incluso en los últimos días había trascendido que uno de los objetivos de la misión oficial era explicar las nuevas medidas, buscar un adelantamiento de los desembolsos del FMI y conseguir que el BCRA recupere capacidad de operar sobre el precio de la divisa dada la particular idiosincrasia argentina.
De allí que la duda que quedó instalada en la plaza es si hay un cambio de estrategia o fue solo parte de un «gesto desesperado» ante los daños colaterales que la persistencia de la corrida estaba empezando a mostrar, al impulsar en los últimos días un goteo de los depósitos privados en dólares, o un intento de aprovechar el marcado rebote que los bonos y acciones argentinos estaban registrando ya para entonces en Wall Street, donde cerrarían con avances de hasta 4% y 11%, respectivamente.
Esto, en el caso de los papeles de la deuda, permitió a su vez un retroceso del 5% (de 783 a 734 puntos) en la tasa de riesgo país, y abarató el costo de los seguros contra un posible nuevo default argentino, que se había vuelto a disparar en los últimos días.
«Lo que quedó en evidencia es que hubo un cambio en el mercado mayorista del dólar dado por la participación del BCRA en distintas formas. Así mostró que, aun con las restricciones que enfrenta para usar los aportes del FMI, intenta generar la señal de un techo temporal en la cotización del dólar», juzgó Norberto Sosa, de Invertir en Bolsa (IEB).
«El BCRA continuó, como nos tenía acostumbrados, las licitaciones, pero, a diferencia de otros días, también actuó como vendedor de dólares por fuera de eso. No está claro aún si fue un cambio de estrategia o solo operó ante un mercado de poca profundidad», opinó el especialista en finanzas Federico Ballabriga, aludiendo a un mercado condicionado por los efectos de la resolución 290/2018 del lunes, que, por el regreso de las retenciones, dejó cerrado «hasta nuevo aviso» el Registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE).
Así las cosas, las dudas por el cambio de actuación del BCRA quedarán respondidas con los pasos que la entidad siga en las próximas jornadas.
Por lo pronto, informó que ayer «tuvo una participación vendedora por US$235,1 millones. Como US$100 millones habían sido por la subasta, el resto (US$135,1 millones) deben haber sido las intervenciones en el mercado de contado», observó el analista financiero Christian Buteler.
Con todo ese arsenal desplegado fue que logró que la cotización del billete bajara de $39,69 a $39,25 para la venta minorista y de $39,05 a $38,52 promedio, para la mayorista, lo que supone un rebote del 1,35% para el peso, que al fin tuvo un respiro.
Para el economista Julio Piekarz, sería «importante» que la estrategia de ayer «se mantenga, al menos un poco. La flotación más limpia puede esperar unos días. Incluso ayudaría que se postergue la segunda cuota del plan de desarme de las Lebac», aconsejó.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2169192-caputo-sorprendio-cambio-estrategia-domar-al-dolar