Por Luis Secco
El desafío que enfrentaba en el arranque de su gestión el gobierno de Mauricio Macri para bajar la inflación era mayúsculo. Debía hacerlo con precios clave que estaban «atrasados» (dólar y tarifas de los servicios públicos) que necesitaban ser corregidos, y se decidió que había que hacerlo sin correr demasiados riesgos o evitando costos irreversibles en materia de credibilidad y gobernabilidad.