• Lo hicieron tras el nuevo límite del BCRA; y vendieron futuros por u$s 1.500 M
Fue la solución que abrió paso a Juan Carlos Fábrega, en plena corrida cambiaria y caída de reservas, en su trayecto al mes "prometido" de los agrodólares: la limitación que impuso a los bancos sobre la cantidad de activos en moneda extranjera que podían tener en cartera y los obligó a vender u$s 2.300 millones en divisas al contado y otros u$s 1.500 millones en contratos a futuro, según surge de cifras oficiales y confiadas a este diario por las propias entidades. Faltan sólo quince días para que se cumpla el plazo para adecuarse, y en el sistema financiero ya reconocen que no queda nada más por liquidar.
La exigencia le permitió al Banco Central solucionar el problema cambiario durante febrero y marzo: no sólo porque amplió la oferta de dólares, sino, también, porque acotó la demanda que hacían las entidades financieras todos los días en el mercado cambiario y redujo las expectativas de devaluación. Llegó, eso sí, sólo después de que los bancos materializaron una sustanciosa ganancia por la devaluación: entre octubre del año pasado y enero de este año, y tal como anticipó Ámbito Financiero, todos ellos incrementaron llamativamente la cantidad de dólares propios que tienen depositados en el Central (que forman parte de su posición en moneda extranjera), desde u$s 8.700 millones a casi u$s 11.000 millones. El monto ampliado, de unos u$s 2.200 millones, fue adquirido a un tipo de cambio de entre $ 6 y $ 7, y sirvió de este modo para capitalizar fuertemente a los bancos al dejar en febrero, ya con el dólar a $ 8, una ganancia por diferencia cambiaria de $ 9.737 millones.
Fuentes oficiales confirmaron a este diario que la limitación había sido propuesta en el tercer trimestre de 2013 por la antecesora de Fábrega en el Central, Mercedes Marcó del Pont. Pero abortada ante la pretensión del secretario de Comercio, Guillermo Moreno (por esos días con mayor injerencia en la política monetaria), de que las divisas liquidadas por las entidades fueran volcadas sobre el BAADE, un bono energético que había lanzado en el marco del blanqueo de capitales y con el que pretendía fortalecer las reservas. Ayer, Marcó del Pont ratificó esta versión por primera vez en público (ver aparte). Desde entonces, los ejecutivos entendieron que la medida era inminente y que ante una devaluación que se consideraba cada vez más inevitable, el mejor destino para sus pesos era la compra de dólares. La tenencia de futuros saltó, según datos de la consultora APL, de Alfonso Prat Gay, de los u$s 16.000 a los u$s 32.000 millones entre octubre y diciembre, y el descalce en moneda extranjera de los bancos pasó del 56,7% al 65%. "A algo de esto podría atribuirse la ganancia excepcional de $ 4.200 millones que mostraron los bancos como "otros resultados financieros" en sus balances, porque el futuro te va pagando en la medida en que va subiendo el spot. La diferencia entre el precio de principio de enero y el de fin de enero les permitió obtener esos ingresos", explicó Patricio Merlani, de la consultora APL.