El postergado sueño de girar dividendos, en un país que desde hace dos años conduce buena parte de sus esfuerzos a limitar la fuga de divisas, podría hacerse realidad ahora para algunas entidades que en estos días ya definieron sus números y tienen conversaciones con el Banco Central. La distribución de utilidades ya está prevista en las asambleas que realizarán BBVA y Santander, de capitales españoles; y Macro e Hipotecario, ambos de capital nacional, pero con una pequeña porción que pertenece a accionistas del exterior.
Será el primer gran movimiento que puedan hacer en esta dirección las grandes entidades del sistema financiero después de que, en febrero de 2012, una estricta normativa oficial les frustrara sorpresivamente repartos por más de u$s 600 millones, en conjunto, que ya tenían previsto realizar a sus casas matrices. La ampliación del 30% al 75% en el requisito adicional de capital que deben mantener cuando distribuyen sus dividendos resultó, esa vez, imposible de sobrepasar para todos y abortó cualquier posibilidad de contentar a los accionistas. Sólo Hipotecario y City lograron reiniciar un tímido envío en 2013.
El directorio del banco Macro resolvió proponer a la asamblea de accionistas, el último lunes, distribuir unos $ 596,2 millones en concepto de dividendos en efectivo que, según precisó, "quedarán sujetos a la autorización previa del Banco Central". La entidad tiene actualmente alrededor del 20% de su capital que cotiza en Bolsas del exterior, por lo que debería girar fuera del país u$s 15 millones. La cifra parece ambiciosa a juzgar por las pocas concesiones que realiza diariamente el organismo monetario en el mercado cambiario.
El plan de algunos bancos es amasar los dividendos hasta módicos montos que puedan ser digeridos fácilmente por Juan Carlos Fábrega. Algo de esto podría explicar la distribución que propuso también el lunes el BBVA Francés, por ejemplo, para que voten sus accionistas en su asamblea del 10 de abril próximo: apenas $ 28,8 millones en concepto de utilidades; y, en cambio, "reservar" casi $ 1.600 millones para la distribución de futuros resultados".
El Santander es otro de los interesados que tiene puesta su esperanza en el veredicto oficial. El monto a distribuir aún no fue informado a la Bolsa, pero las últimas proyecciones hechas a mano alzada por un directivo de la entidad habían estimado meses atrás unos $ 110 millones.
El sector, mientras tanto, se divide entre éstos y los pesimistas. "Políticamente, y con este nivel de reservas, parece imposible. Aprueban sólo un 15% de las importaciones que se necesitan para producir a nivel local; ¿por qué van a permitirnos comprar dólares al contado para girar afuera?", se adelantaba un directivo de un banco local.