El Central volvió a aplicar ayer una nueva dosis del antídoto que eligió para atenuar la presión sobre sus reservas y el dólar "blue". Tras haber perdido más de u$s 1.200 millones en una semana, y sufrir una suba del dólar paralelo hasta los $ 12,55, el organismo resolvió ayer ajustar otros 300 puntos básicos las tasas de interés que paga a los bancos en las Letras en pesos de 70 y 91 días (al 28,5% y un 28,8% respectivamente), con el objetivo de que las entidades puedan trasladar ese mismo aumento a los retornos que pagan por sus plazos fijos a los ahorristas. La suba acumula ya 900 puntos básicos desde que el martes pasado decidió profundizar este mecanismo.
El ajuste que se ve obligado a digerir ahora el Gobierno pone en riesgo la marcha de la economía en un momento en que los empresarios temen por la caída de la actividad, la inversión y el empleo. Pero es, con todo, el método que ve más acorde para evitar el drenaje de divisas. La Badlar, que es la tasa de referencia que rige para los ahorros más grandes a 30 días del sistema financiero, volvió a subir 75 puntos básicos y superó el 25%. Fue el efecto inmediato que provocó la fuerte suba decidida en los rendimientos ofrecidos en la última licitación de Letras y Notas del BCRA del martes pasado, de 600 puntos básicos a niveles de más del 25% anual.
En el sistema hay quienes consideran que la tasa de referencia deberá llegar al menos al 30% anual para descomprimir la situación. Pero reconocen, a la vez, que aun en ese caso habrá que ver si el BCRA logra restablecer confianza y captar liquidez.
En la última licitación de Lebac, el BCRA absorbió $ 5.100 millones y en las tres primeras semanas de enero la base monetaria cayó casi $ 21.000 millones, de los cuales cerca de $ 16.000 millones eran tenencias de billetes y monedas en poder del público. En este contexto hay otra señal del nivel de preocupación del mercado que se reflejó en el significativo aumento de los pases pasivos (colocaciones de corto plazo de los bancos en el BCRA a tasas del 9% al 11,5% según el plazo) que pasaron de $ 5.000 millones semanas atrás a casi $ 18.000 millones al 24 de enero pasado. Esto es una especie de reaseguro de los bancos por si acaso la gente se inquieta por sus depósitos.
En la consultora Economía y Regiones consideran que "el incremento de tasas del BCRA estaría contrarrestando la aceleración inflacionaria de los últimos meses, sin alcanzar un aumento significativo (y positivo) de las tasas en términos reales". Y dado que las tasas siguen siendo negativas tanto contra las expectativas de inflación como contra las de devaluación, no alcanzan a estos niveles para apuntalar la demanda de dinero ni para contener la presión contra el dólar oficial ni contra el paralelo. "La tasa debe ser mayor que la expectativa de inflación y devaluación para que los agentes económicos reaccionen frente al estímulo monetario, dejen de demandar dólares y refuercen su demanda de pesos. Si las expectativas del público fuesen adaptativas, que implica que el público basa su comportamiento futuro en función del pasado reciente, la tasa debería subir por encima de las expectativas de devaluación, es decir, debería ubicarse por arriba del 45%", sostiene el informe más reciente de E&R.