El Gobierno ganó tiempo para detener la sangría de reservas. La incertidumbre se posterga a enero.
Una de las mejores inversiones del 2013 fueron los bonos atados a la cotización del dólar, que en la jerga de la plaza financiera dieron en llamar “dollar-linked”. A principios de año se los recomendó mucho, ya que ante las expectativas de que el atraso cambiario no podía extenderse más, había mucho para ganar y nada para perder.
En efecto, se ganó: el Gobierno tuvo que acelerar su ritmo de devaluación en los últimos meses para no seguir perdiendo reservas y para dejar de lesionar las delicadas economías regionales.
Estos instrumentos –los dollar linked- fueron emitidos por las provincias, ante su necesidad de financiarse en pesos y para seducir a los inversores que querían cubrirse de la devaluación del peso ante la prohibición de ahorrar en dólares. Y vaya si tuvieron éxito: durante 2013 pudieron conseguir financiamiento por el equivalente a US$1.300 millones.
Claro que muchos comienzan a dudar sobre los inconvenientes que deberán sortear los erarios públicos provinciales al momento de ejecutar el pago cuando venzan estos títulos, ya que vienen de recibir un golpe debido a los aumentos salariales a la policía y otros gremios estatales.
También empresas como YPF, Molinos, Cresud han emitido estos títulos, y la semana pasada debutó el mismísimo Banco Central en sus licitaciones de Letras que compran los bancos.
El Banco Ciudad tomó nota de este fondeo más oneroso, por lo que comenzó a diversificar sus fuentes de financiamiento al emitir estos días títulos a 18 meses que ajustan por BADLAR más un plus de 3,24 puntos y 4,22 puntos.
En un mes, la cotización del dólar oficial acaba de aumentar un 4,85% para alcanzar los $6,35, variación que anualizada llega al 85%. Precisamente $6,35 es el promedio del Presupuesto que aprobó el Congreso en menos que canta un gallo.
El punto clave para el Gobierno, en cambio, es que al menos se ha podido detener la sangría de reservas, gracias al aporte diario que empezaron a hacer las cerealeras, sumado a los adelantos de Chevron por sus inversiones en YPF y a la aceleración de la devaluación del dólar oficial.
El tema es que, sin mayores novedades de un cambio de fuste en el modelo económico, lo que se habrá comprado es solo tiempo. Los adelantos de las cerealeras tienen que ser vistos como un préstamo de corto plazo: cuando se produzcan los ingresos por la cosecha del 2014, no ingresará un solo dólar comercial.
Fuente: http://www.ieco.clarin.com/economia/Atarse-dolar-mejor-decision_0_1052295153.html