El pago del Bonar VII y las fuertes ventas que debió hacer el Banco Central para contener la suba del dólar mayorista costaron caro en materia de reservas. La caída que sufrieron las reservas fue la pero desde diciembre del año pasado. Exportadores de granos y oleaginosas liquidan exportaciones al menor ritmo desde semana santa
Con el cepo cambiario a punto de cumplir su segundo año, las restricciones cambiarias ya no alcanzan para sostener el nivel de reservas. En septiembre, pagos de deuda y ventas en el mercado cambiario le costaron al Banco Central u$s 1.832 millones de sus tenencias internacionales, más de lo que perdió en octubre de 2011, justo antes de la imposición del Cepo.
El pago de un vencimiento por u$s 2.070 millones y ventas en el mercado cambiario mayorista por u$s 716 millones –una cifra estimada en base a datos que adelanta la autoridad monetaria día tras día– transformaron al noveno mes del año en el peor de 2013 para las reservas internacionales.
Hasta ayer, el peor desempeño del año había sido en junio, con pagos de deuda de u$s 1.000 millones.
El rol del Bonar VII, el vencimiento más importante del año, es ineludible para explicar el por qué del pico de salida de divisas. Pero, en las mesas, los operadores señalan que la sangría fue mayor por decisiones de política cambiaria de la entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont.
“Siempre vemos al Central moverse de acuerdo a las variaciones del tipo de cambio real multilateral, que está muy influido por el dólar”, dijo un corredor.
En septiembre, con la recuperación del real y las monedas emergentes tras la reafirmación del estímulo monetario de la Fed, el real se recuperó y el Central tuvo que frenar el ritmo del dólar. “Pero eso tiene un costo, porque el mercado ya había entrado en la inercia de agosto, cuando el dólar avanzaba al 36% anualizado, y obligó al BCRA a pagar para frenarlo al 25% que marcó en septiembre”, dijo el mismo corredor.
La otra otra causa, según Empiria consultores en un informe, es la cercanía de las elecciones y el deseo de “no hacer olas” hasta el 27 de octubre próximo.
Morigerar la velocidad de deslizamiento del dólar obligó al BCRA a actuar como principal oferente en el mercado para no avalar subas mayores.
Los u$s 716 millones que se estima debió vender el BCRA en septiembre para desacelerar la suba del dólar oficial representan la mayor cifra de venta mensual desde octubre de 2011, último mes antes de la imposición del Cepo Cambiario.
Por último, para la pérdida de reservas del BCRA colaboró la menor liquidación de divisas de parte de exportadores de granos y oleaginosas. En la anteúltima semana del mes, el complejo agroexportador había ingresado u$s 399 millones, según datos de la Cámara de Exportadores de Cereales. Fue la peor cifra de ingreso de sojadólares para una semana desde los feriados de semana santa. La semana pasada, se liquidaron aún menos: u$s 357 millones.
La aceleración en el ritmo de la devaluación del peso que se vió en agosto tuvo mucho que ver con esto, explicaron en el mercado. Con el dólar acelerando, las cerealeras y productores pierden incentivos a traer divisas y venderlas al tipo de cambio oficial. Mucho más atractivo es atesorar los granos, un bien valuado en dólares, y esperar sentado en ellos la incógnita cambiaria que espera detrás del 27 de octubre.