El Gobierno decidió recurrir a un concepto más amplio en la puesta en marcha del blanqueo de capitales que arrancó ayer: quiere que también se utilicen dólares "blancos" para suscribir los nuevos instrumentos que surgieron con esta operación, es decir, el Certificado Inmobiliario (CEDIN) o el bono energético y de infraestructura (BAADE).
El objetivo es convencer a quienes tienen dólares guardados en cajas de seguridad o en el exterior para que suscriban los nuevos instrumentos. Es el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el que se reúne hace varias semanas con empresarios de primera línea para sugerirles la necesidad de entrar en la transacción.
¿Cuál sería el objetivo de comprar estos títulos cuando los dólares ya están declarados? Sencillamente quedar bien con el Gobierno. En la lista de los que habrían dado el visto bueno están empresarios que manejan servicios públicos privatizados, contratistas del Estado, empresas que cuentan con beneficios fiscales en Tierra del Fuego y empresarios que de alguna manera comparten negocios con el Gobierno. Moreno incluso exige a los ejecutivos de multinacionales que también se suscriban. "Ustedes algún canuto guardado deben tener. Así que a la próxima reunión quiero que todos vengan con sus Cedines en la mano", les dijo a gerentes de las grandes cerealeras.
Pero más allá de las "sugerencias", la aparición de estos instrumentos abre una ventana que puede ser atractiva para las empresas. Uno de los ejemplos más claros es el relacionado con inversiones en Vaca Muerta. Las empresas que deben entrar los dólares para inversión en gas no convencional hasta ahora sólo contaban con un canal para hacerlo, el MULC (Mercado Único y Libre de Cambios), al tipo de cambio oficial de $ 5,40. Éste fue uno de los motivos que llevaron, por ejemplo, a la brasileña Vale a desistir de su inversión en la mina Río Colorado.
En cambio, ahora será posible entrar dólares a través de la suscripción de CEDIN o BAADE. Se supone que sobre todo el primero cotizará con un leve descuento en relación con el dólar paralelo. Pero aun si el precio de mercado se ubicase en alrededor de $ 7,20 (aproximadamente un 10% por debajo del "blue"), representa una significativa ventaja del 33% en relación con el valor oficial.
Para el Gobierno resulta, de hecho, más fácil "seducir" a los empresarios que tienen dinero en blanco que a aquellos que mantienen cuentas en negro o divisas sin declarar. Sucede que entre 2003 y 2011 fue legal no sólo la compra de dólares en el mercado cambiario local sino también el giro de divisas al exterior. En ambas operatorias, el límite mensual que no requería de autorización del Central era de u$s 2 millones.
Por lo tanto, tanto el BCRA como la AFIP (y por ende también la Secretaría de Comercio) tienen el listado de público y empresas que compraron dólares legalmente e incluso de aquellos que los mandaron afuera en la última década. La información le sirve al Gobierno a la hora de presionar para que el dinero vuelva al circuito.
La gente que tiene dólares en blanco en cajas de seguridad, por ejemplo, paga Impuesto a los Bienes Personales. Lo mismo sucede con las divisas en el exterior, aun cuando estén declaradas. La intención del Gobierno es captar parte de esos recursos, primero para recuperar reservas y luego para impulsar la actividad, especialmente inmobiliaria y construcción.
"El que tiene dólares declarados en una cuenta afuera no tiene que entrar ahora por el mercado oficial de cambios. Puede hacer una transferencia electrónica a una entidad local y ésta le dará alguno de los nuevos títulos que se emitirán", explicaron fuentes oficiales.