El déficit de la balanza turística ascendería a los u$s 8.000 millones y casi duplicaría el monto de divisas para el pago de la deuda previsto en el presupuesto
Las nuevas restricciones al retiro de dólares en el exterior con tarjetas de crédito pusieron a la balanza turística en el centro de la agenda monetaria. A la espera de la publicación del balance cambiario del Banco Central correspondiente al primer trimestre –información que resume las operaciones en moneda extranjera cursadas en el mercado de cambios–, las estimaciones de los especialistas para el déficit turístico en 2013 varían entre u$s 5500 millones hasta los u$s 8000 millones.
“Los argentinos están gastando alrededor de u$s 1000 millones por mes para viajar al exterior. Si esta tendencia se mantiene podrían gastar afuera un total de u$s 10.000 millones para todo el año. Teniendo en cuenta que hay cada vez mas extranjeros que cambian sus dólares en el mercado marginal, el déficit de la cuenta de turismo crecerá sin duda en 2013”, sostuvo Pablo Goldin, economista jefe de M&S Consultores.
Según las estimaciones de M&S, en 2013 los ingresos por viajes y pasajes rondará los u$s 2000 millones mientras que los egresos contabilizarán alrededor de u$s 10 mil millones. Así, el resultado neto arrojaría un déficit de la balanza turística de u$s 8000 millones. En su último informe, la consultora sostiene que la cuenta de turismo al exterior “está explotando” y el gasto anual de divisas en concepto de viajes fuera del país ya es similar al gasto de importar energía. Por este rubro, en abril el Estado pagó u$s 1.075 millones en combustibles, y el estimado anual se ubica encima de u$s 9.000 millones.
Tiempo pasado
Un informe de la consultora Analytica concluyó que en 2012 la balanza turística cerró con un déficit cercano a los u$s 4.700 millones. La demanda de dólares en el mercado de cambios para viajes al extranjero ascendió el año pasado a us$s 7.300 millones, un 54% más que en 2011. Sin embargo, los ingresos que dejaron los turistas extranjeros en el país fue de apenas u$s 2600 millones, un 27% menos que 2011.
Cuando el verano llegaba a su fin, el rojo turístico llevó a la AFIP a endurecer el cepo cambiario a través del recargo del 20% para las compras con tarjetas en el exterior, incluyendo a paquetes turísticos y pasajes. “Previsiblemente, la dinámica sigue sin mostrar un quiebre de tendencia: la demanda de paquetes turísticos continúa a buen ritmo, y parte del público ya se encuentra gestionando los pasajes para sus próximas vacaciones” apuntó el informe.
En sintonía, desde el Estudio Broda coinciden en remarcar que el gasto de argentinos en el exterior por turismo sea la principal vía de escape de los agro-dólares que ingresan al país. Según estimaciones de la consultora, el gasto por este concepto en abril fue de u$s 1.000 millones. En tanto proyectan que para el primer semestre de este año los gastos ascenderían a u$s 5.300 millones.
“El gasto de viajes y turismo se convirtió en el mayor factor de fuga de divisas, incluso más que el pago de la deuda, que este año no superaría los u$s 4.500 millones”, advirtió Ramiro Castiñeira, economista jefe de Económetrica, quien prevé una balanza turística deficitaria en torno a los u$s 6.500 millones.
En tanto, las proyecciones de Hernán Lacunza, director de la consultora Empiria, giran en torno a una cifra más conservadora. Teniendo en cuenta más restricciones cambiarias, el rojo turístico podría ascender a los u$s 5.500 millones. “Los números muestran un deterioro a través de los años. El año pasado se fueron u$s 4.300 millones por este concepto, mientras que en 2011 se registraron u$s 1.100 millones”.
Los turistas que llegan del exterior tampoco ayudan al proceso de acumulación de reservas que impulsa el BCRA. Los extranjeros prefieren cambiar sus divisas al tipo de cambio blue, que cotiza a $8,88 en vez de hacerlo al tipo de cambio oficial o usar tarjetas de crédito que les implicaría convertir sus dólares a $5,27, por el que pierden $3,6. Así, el ingreso de moneda extranjera queda fuera del sistema, en poder del sector privado, mientras que la salida de la divisa debe ser financiada por el Banco Central.