• Más ahorristas eligen mantener “líquido” su dinero
A pesar del fuerte crecimiento que se ve en los plazos fijos por efecto de la gran expansión de pesos que hace el Banco Central, la mayoría de los argentinos todavía prefiere mantener «líquido» su dinero e, incluso, fuera del sistema financiero. El fenómeno se ve en la dinámica que muestran en este último tiempo las estadísticas del sector: la emisión monetaria es ahora de casi el 31% anual, según las últimas cifras oficiales, pero la cantidad de pesos que los ahorristas guardan en billetes y monedas crece al 34% anual, y el que destinan a las cajas de ahorro, a un ritmo del 39%.
El efecto de la mayor inyección de pesos que hace el Banco Central se siente con fuerza en la cantidad de dinero que el sector privado tiene en su poder. Es lo que explica que algunos funcionarios destaquen públicamente el «boom de plazos fijos» que se ve en el sistema, en un momento en que éstos se expanden al 35% anual. Pero hoy también se ve, al mismo tiempo, que es significativamente más alto el repunte de los depósitos a la vista (especialmente el de las cajas de ahorro) y del efectivo en poder del público (los billetes y monedas que quedan «en el bolsillo» de la gente).
En esta cantidad de liquidez está incluida, de alguna manera, la demanda que se percibe tarde o temprano en el mercado cambiario informal. El dinero que queda en cuentas a la vista puede representar potencialmente algunas de las compras que, más adelante, realizarán los clientes bancarios en el dólar «blue»; y el dinero que está en poder de la gente refleja también, en parte, aquellos ahorros que los argentinos ya pueden haber destinado efectivamente a la compra de dólar «blue», pero que las estadísticas todavía registran como dinero «en pesos» que no está en los bancos.
En este comportamiento un conjunto de analistas ve algunos «riesgos» para la economía. Especialmente si la emisión, en un escenario de bajas tasas de interés (al menos si se las compara con la inflación), queda en poder de la gente y amenaza con trasladarse a los precios y al dólar en el tercer trimestre del año, cuando se esté más cerca de las elecciones. El verdadero peligro, dicen, está en que las empresas y los particulares usen esta liquidez para cubrirse por temor a una devaluación. Un movimiento de este tipo obligaría a los bancos a deshacerse de Lebac para atender la salida de depósitos.
Los banqueros advierten que buena parte de este aumento de la liquidez se debe a que el crédito «tracciona» poco. En las cifras del BCRA se ve que sólo los préstamos productivos (los que exige el Gobierno a tasa fija) y con tarjetas de crédito se aceleran por encima de la emisión: un 42% y un 32%, respectivamente.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=792107