La autoridad monetaria mantendrá la tasa de interés en un nivel real positivo y con eso confía lograr equilibrio
EL Banco Cetral le anticipó al mercado que a partir del 1 de noviembre dejará de permitirle a los bancos que integren parte de los encajes sobre los depósitos a la vista con la compra de Letras de Liquidez (Leliq), el instrumento que utiliza para regular la disponibilidad de pesos en circulación en sus tesoros.
Lo hizo a través de la Comunicación A 6817 que estableció desde el inicio del mes próximo eliminar la posibilidad de que las entidades puedan integrar 10 puntos porcentuales del 45% que rige para los encajes sobre los depósitos a la vista a 0%; sólo se podrán integrar con 5% del total de esas colocaciones en Bonos del Tesoro (BOTE) y el 40% restante en pesos.
De esta forma, el Banco Central decidió dar un paso más hacia el desarme de la bola de nieve de las Leliq, como el consenso del mercado había bautizado a ese instrumento de regulación de la liquidez, que se observa en modo gradual, pero casi sostenido desde el 28 de agosto, cuando habían ascendido a $1,3 billones, equivalente a 40% de las reservas en divisas y más de 104% de la base monetaria.
Aunque el récord en términos relativos a esas dos variables relevantes para el sistema financiero se había registrado en el primer cuatrimestre de 2018, con más de 100% de las reservas y casi una vez y media la oferta primaria de dinero.
Los últimos datos de integración de encajes con Leliq corresponden al promedio de agosto, totalizaban $327.453 millones en el promedio de agosto; y ahora se estima en un rango de 350 a 400 mil millones de pesos, pero sólo unos $150.000 millones están vinculados con depósitos a la vista, según estimó el economista Luis Secco.
Ese monto de liberación de pesos al mercado representa alrededor del 20% de los $785.558 millones del total de Leliq en circulación al cierre de ayer, a una tasa de 68,003% anual a 7 días. Pasó a equivaler el 30,5% de las reservas y 54,3% de la base monetaria.
El mercado esperaba una medida de esa naturaleza, tras los mensajes que en campaña había enviado el ahora presidente electo, Alberto Fernández, y por eso castigó duramente a las acciones de los bancos en los últimos meses más que a otras empresas, tanto en la plaza local, como más aún en Wall Street, porque se asume que no podrán compensar la pérdida de esa renta con más tasa sobre los préstamos al sector privado.
Hasta el 31 de octubre la mayor parte del sistema bancario puede integrar con Leliq hasta 10 puntos porcentuales de los depósitos a la vista; 16% sobre el saldo de imposiciones hasta 29 días (caja de ahorro); 13% por el del tramo de 30 a 59 días; y 2% sobre los plazos de 60 a 90 días; mientras que no se exige indisponibilidad de esos recursos, pueden ser totalmente volcados al segmento del crédito, para las colocaciones que reciben a más de 90 días.
Mientras que desde el 1 de noviembre se eliminó la opción sobre los saldos en cuenta corriente, y se mantienen los límites para el resto de los plazos. Aunque podrían ser eliminados desde el 10 de diciembre por parte del nuevo gobierno, si cree que de esa manera se liberan recursos monetarios para el crédito a las empresas, y no se desalienta el ahorro en pesos de las familias y empresas.
Impacto sobre los precios y el tipo de cambio
Normalmente, toda medida de relajamiento de la política monetaria, en medio desinterés de las familias y de las empresas por los pesos, y concentrar sus excedentes de dinero en monedas duras, como principalmente el dólar, induce a potenciar la compra de divisas, y de bienes, presionando al alza sobre el tipo de cambio y la inflación.
Sin embargo, en el Banco Central no esperan esa reacción de los mercados, porque por un lado se endureció el control de cambios, al restringir las autorizaciones de compras por parte de las personas de USD 10.000 a sólo USD 200 por mes. Y, por el otro, porque aseguran que no está previsto desandar el camino de las tasas de interés reales positivas, al menos hasta el 10 de diciembre, aunque probablemente este jueves se reúna el Comité de Política Monetaria (Copom) y decida reducir el piso de la tasa de la Leliq, desde el 68% anual actual, porque la tasa de inflación a un año se proyecta por debajo de 40%, desde más de 50% desde comienzo de este año.
Pero en el mercado se sostiene que esa es una condición necesaria pero no suficiente para revertir la tendencia de las últimas semanas de cancelación de los depósitos a plazo al vencimiento. Hace falta señales concretas de quienes conducirán la política monetaria, financiera y fiscal a partir del 10 de diciembre, en particular sobre las negociaciones con el FMI para destrabar el desembolso pendiente del acuerdo stand-by por unos USD 5.400 millones; y el reperfilamiento de la deuda pública; y la política tributaria, como el IVA sobre los alimentos y la rebaja de las retenciones de ganancias, entre muchos otros frentes abiertos, como el Presupuesto 2020.
Con la reducción del stock de Leliq desde este viernes 1 de noviembre a unos $600.000 millones, o menos, se achicará al equivalente a menos del 25% de las reservas y a 44% de la base monetaria, y constituiría un elemento menos de presión sobre las expectativas de inflación.