Fue el objetivo inicial que se propuso el titular de la institución, Guido Sandleris. El resultado de las primarias marcará cómo sigue el comportamiento de la divisa
Estabilizar el dólar fue el objetivo central de la política económica para llegar a las PASO. Y el resultado fue conseguido. Con subas y bajas en el medio, el tipo de cambio todavía se ubica por debajo de los máximos que había tocado a fines de abril pasado, cuando una apurada negociación con el FMI logró esta estabilizar la cotización.
La autorización que le dio el Fondo al Banco Central para usar reservas e intervenir en el mercado cambiario cuando se produjeran movimientos «disruptivos» marcó un antes y un después desde fines de abril.
La sola amenaza de poder utilizar reservas para venderlas cuando fuera necesario fue suficiente -al menos en los últimos tres meses- para dominar el tipo de cambio y evitar alzas excesivas. El propio titular del Central, Guido Sandleris, redobló la apuesta en las últimas semanas, cuando aseguró que la oferta de dólares sería suficiente para equilibrar la demanda hasta fin de año. De esta forma, dejó entrever que su objetivo sería directamente no perder reservas no sólo a lo largo de las PASO sino hasta las elecciones de octubre y de ser necesario el balotaje.
Claro que mantener al dólar por debajo de los $ 47 no fue «gratis». Si bien el Central no vendió reservas, tuvo que activar otros «resortes». Tras haber comprado dólar futuro en los meses previos, ya en julio comenzó con la venta de estos contratos, aunque nadie tiene claro el monto.
Además, el BCRA se vio obligado a subir las tasas de interés de referencia que paga a través de las Leliq. El rendimiento había caído a cerca de 58%, hasta que a mediados de julio retornó cierta presión alcista sobre el tipo de cambio. A medida que el dólar empezó a recuperar terreno desde los $43, la entidad se vio obligada a incrementar las tasas, que finalmente ayer cerraron otra vez por encima del 63% anual.
En los últimos días ya impactó más una mayor turbulencia en el mercado financiero internacional, impulsada por la guerra comercial desatada entre Estados Unidos y China. La caída de monedas emergentes también arrastró al peso esta semana, aunque ya en la jornada de ayer se respiró un clima mucho más tranquilo en el mundo, lo que también ayudó a que baje el tipo de cambio local.
Cómo sigue la «película» dependerá de las PASO. Si el resultado está dentro de parámetros esperados por los mercados, el escenario más probable es que el tipo de cambio se mantenga en valores parecidos a los actuales o incluso operando a la baja. En cambio, si la distancia del kirchnerismo supera por varios puntos a la fórmula Macri-Pichetto es posible que se vivan semanas de mucha mayor tensión, tanto en el nivel de la divisa como del riesgo país. Pero con las PASO a la vuelta de la esquina, ya está terminando el tiempo de las especulaciones.