Si la idea del FMI es que los dólares que le gire a la Argentina de ahora en más se administran con mayor celo, entonces el Gobierno tiene dos formas para hacerlo: por precio o por cantidad
Puede perderse una batalla. No la guerra. El Gobierno reconoció por estas horas que la devaluación aplicada la semana pasada sobre el peso se hizo por obra y gracia del FMI. Para ponerlo fácil, si el ministro Massa no devaluaba, no había desembolso esta semana.
La razón también es sencilla. Si la idea del FMI es que los dólares que le gire a la Argentina de ahora en más se administran con mayor celo, entonces el Gobierno tiene dos formas para hacerlo: por precio o por cantidad.
Uno podría pensar que la restricción de entregar dólares -el cepo o la administración de las cantidades- ya se ha implementado hace tiempo. Sin embargo, Georgieva parece pensar que no es suficiente. Por eso, para el FMI, la mejor forma para que el Gobierno cumpla es el freno a las importaciones Se trata de una imposición. Eso es lo que vienen discutiendo Massa y Georgieva, ya que le ministro-candidato piensa que sirve mucho más instrumentar alguna otra medida sectorial, que edificar un muro para rechazar los pedidos de importación con el consecuente daño a la actividad económica para el segundo semestre.
El otro enfoque, el precio, es el bastión que el Gobierno no quería ceder. La devaluación del tipo de cambio oficial impactó de lleno en la estructura de precios y en Economía hay dudas sobre el “beneficio” que eso puede traer en materia de preservar la demanda de dólares, ya que muchos importadores estarían dispuestos a tomar todos los dólares que les ofrezcan a $350 e incluso más arriba. Como se dijo, fue una imposición del FMI.
Llegan los dólares
Ahora, con el desembolso de u$s7500 millones asegurado, la discusión bien podría tomar otro carril. El FMI ya impuso sus condiciones -devaluación y freno importador- y el Gobierno cumplió. Sin embargo, aún quedaría un nuevo desembolso en noviembre de unos u$s2500 millones.
La estrategia de Massa es lineal: pretende discutir con el FMI para lograr la recalibración de las metas de aquí en adelante, fijar un nivel de reservas posible, y librarse de la imposición de tener que cumplir el mandato del Fondo en materia de devaluación y cepo importador para aquellos que aún recibían dólares oficiales, entre las cuales figuran sectores sensibles en lo productivo para amplios sectores sociales.
Para el secretario Rubinstein, la devaluación recomendada por el FMI es menos efectiva que las “fiscales” que aplican a los sectores. Dicho de otro modo: dólar soja mata devaluación del 22%.
Fuerte ajuste importador
En materia de importación, otro dato impactante que hay que analizar es que, según las metas del FMI, habrá que ajustar un 60% las compras al exterior de agosto a diciembre. En el equipo económico piensan que esto es excesivo. La vieja receta de enfriar la economía para conservar mayor número de reservas en el BCRA podría ser contraproducente en un contexto de altísima inflación, en parte generada por la otra recomendación del FMI, es decir la devaluación.
Según pudo saber Ámbito de fuentes relacionadas con el equipo económico, Milei le habría pedido al FMI que libere las divisas para la Argentina, bajo la sensata idea de que a nadie le conviene una mayor erosión financiera para los próximos meses. Sin embargo, la inflación en marcha podría empeorar si, como parece, el FMI continúa con sus recomendaciones, todas ellas inflacionarias, como la de mantener tasas de interés reales positivas, o seguir ajustando los niveles tarifarios.