Beijing replicó a represalias de EE.UU. Dijo que impondrá aranceles de 25% a la soja y autos. Crujieron los mercados, pero apuestan a una instancia negociadora
China avisó que impondrá aranceles de 25% a la importación de soja, maíz, carnes y automóviles, entre otros productos, provenientes de Estados Unidos, por un total de u$s 50.000 millones. La decisión constituye una nueva escalada en la guerra comercial con Washington y se produjo apenas horas después de que la administración de Donald Trump publicara su lista de 1300 bienes chinos, por un monto similar, que serán gravado con aranceles para ingresar al territorio norteamericano.
La decisión de Beijing, anunciada en las primeras horas de este miércoles en el mundo occidental, abarca a 106 productos norteamericanos, entre ellos carne vacuna, cigarrillos, automóviles y aviones. Y agregó a ese listado productos agrícolas fundamentales, tanto para la demanda china, como para los estados productores norteamericanos: la soja y el maíz. El año pasado China importó poroto sin procesar desde EE.UU, por casi u$s 14.000 millones.
La amenaza china, como la llamaron algunos analistas, pegó fuerte en el inicio de las operaciones en los mercados financieros, las acciones de muchas empresas estadounidenses al inicio de las ruedas. La onda expansiva llegó al principal plaza de materias primas global, Chicago, donde los futuros de la soja llegaron a caer hasta 18 dólares por tonelada, o 4,6%.
La jornada terminó en Wall Street con suba de 1%, en medio de la expectativa de una salida negociada a la crisis entre EE.UU y China. En Chicago, la soja recortó las pérdidas iniciales y quedó en u$s 373 la tonelada, 2,19% por debajo del cierre previo. Operadores y productores de los principales estados agrícolas norteamericanos se esperanzan en que la guerra entre Trump y Xi Jiping sea «de solo palabras» y que no llegue a los hechos, de acuerdo con distintas agencias y medios especializados en agro internacionales.
La expectativa de que haya negociación entre ambos gigantes se produjo sobre todo porque China no dio precisiones sobre cuándo comenzarían a regir los anunciados aranceles. Desde Washington, en tanto, el martes se difundió la lista de 1300 productos chinos que son susceptibles a ser alcanzados por aranceles, pero que aún deben ser aprobados por lo que no pueden implementarse en lo inmediato.
A eso se sumaron las declaraciones de uno y del otro lado. Al momento de anunciar que Beijing está listo para aplicar aranceles a 106 productos norteamericanos, el ministro de Exteriores chino, Geng Shuang, remarcó: «Cualquier intento de poner a China de rodillas con amenazas e intimidaciones nunca tendrá éxito. Tampoco lo tendrá esta vez». El funcionario, además, enfatizó que «no hay ganadores en una guerra comercial, y el que la inicia se hace daño a sí mismo y a los demás».
Poco después, desde su cuenta de twitter, el presidente de EE.UU. Donald Trump, recalcó: «No estamos en guerra comercial con China, esa guerra se perdió hace muchos años por los insensatos o incompetentes que representaban a Estados Unidos. No podemos permitir que esto continúe», planteó.
Más tarde, desde el gobierno chino indicaron que pusieron en marcha un proceso ante la Organización Mundial del Comercio por la cuestión de los aranceles, denunciando una «violación flagrante de las reglas de la OMC».
Sostén inesperado
Si bien los analistas se muestran cautos a la hora de evaluar el impacto que un bloqueo chino a la soja y el maíz estadounidense, en especial en Brasil y Argentina, el anuncio de los aranceles le dio un empujón a los valores internos de la oleaginosa y el cereal en ambos países del Mercosur.
En ese sentido, la decisión de Beijing generó que las primas para la soja brasileña tocaron ayer los u$s 1,2 por encima de los precios de Chicago. Ese premio es cuatro veces superior al promedio de primas que la oleaginosa de Brasil ostentó en los últimos años para esta época del año.
La situación obedece a que, si la soja norteamericana debe pagar aranceles de 25% para ingresar a China, Brasil queda posicionado como el principal beneficiario. El gigante sudamericano explicó el año pasado la mitad de la soja importada por China, cercana a las 100 millones de toneladas, y tendría potencial para quedarse al menos con una buena parte de la «torta» estadounidense, que fue el segundo mayor proveedor de poroto sin procesar de Beijing, con 35 millones de toneladas.
En Argentina, en tanto, donde por la sequía no habrá demasiada soja para exportar sin procesar, la oleaginosa mayo sobre Rosario ganó ayer cerca de 1%, hasta u$s 308 la tonelada.