Desde principios de marzo, el Banco Central comenzó a intervenir en el mercado y ya se desprendió de más de u$s 4536 millones para mantener tranquilo al tipo de cambio e intentar domar la inflación. Cuáles son las razones por las que la autoridad monetaria busca usar al dólar como ancla de expectativas.
Desde que comenzó el año, el Banco Central se desprendió de más de u$s 4536 millones para mantener tranquilo al tipo de cambio e intentar domar la inflación. Pese a que en la rueda de ayer, el desarme masivo de Lebac por inversores internacionales que querían evitar el pago de la renta financiera actuó como disparador para que el Central tome posición vendedora en el mercado de cambios, son varios los factores que explican el nuevo rumbo que ha tomado la entidad que preside Federico Sturzenegger, que parece haber abandonado a las tasa de Lebac como principal instrumento para pasar a fijar las expectativas «pisando» al tipo de cambio.
¿Por qué sube el dólar?
Tras el anuncio del cambio de metas de inflación del pasado 28 de diciembre, donde se dejó entrever que se tomaría una política de tasas más laxas, los inversores comenzaron a volcarse a la divisa estadounidense. Esto, sumado a factores estacionales propios del comienzo del año, hizo que el billete verde viviera un verano caliente en la city. En lo que va de 2018, el tipo de cambio saltó casi un 10%.
El impacto de la sequía en el agro y el cambio de expectativas de los exportadores, hizo que merme las ofertas de divisas provenientes del campo.
Además, la desaceleración en la caída de la inflación provocada por los aumentos tarifarios de esta primera parte del año, presionó también contra el peso. Y, en las últimas semanas, se sumó la volatilidad externa que motivó la suba de la tasa del Tesoro de Estados Unidos, lo que arrastró a todas las monedas de la región.
¿Por qué interviene el BCRA en el mercado de cambios?
Si bien en la era Sturzenegger la autoridad monetaria ya había aparecido en otras oportunidades en la plaza cambiaria para ponerle un coto al dólar, en lo que va de 2018 esta política alcanzó un récord. En lo que va de abril, la autoridad monetaria lleva vendidos unos u$s 2.496 millones, mientras que en marzo había intervenido con una cifra inferior, u$s 2.000 millones.
El punto de quiebre fue, sin dudas, el 28 D y los «efectos colaterales» en los inversores, que dejaron de demandar pesos y se volcaron a los dólares.
Históricamente, el Banco Central decide aparecer en el mercado para aplacar los riesgos que implica una volatilidad del tipo de cambio. Entre estos, se encuentra sin dudas, el traslado a los precios de la economía de las devaluaciones. «Tras el relajamiento de la política que implicó el 28D, la tasa de interés encontró un techo y perdió tracción ante un ancla nominal de expectativas que se disipó. Entonces, hoy la estabilidad cambiaria se volvió el ancla de facto», explicó el economista de GM Capital, Nery Persichini.
¿Qué costos le implican a la economía las intervenciones cambiarias del Banco Central?
Si bien el Banco Central mantiene un alto nivel de Reservas Internacionales, como uno de los pilares de la gestión actual.a extraordinaria venta de divisas de ayer, implicó que estas cayeran por debajo de los u$s 60 mil millones.
«La pérdida de reservas es una mala noticia para los fundamentals de Argentina a la luz del abultado déficit de cuenta corriente, las necesidades de financiamiento público y la normalización de las tasas internacionales. Lentamente, la economía se vuelve más vulnerable a un shock externo», sostuvo Persichini.
Sin embargo, su colega de Consultatio, Belisario Álvarez de Toledo, reconoció: «Desde que comenzó el año, si bien vendió divisas, el BCRA ha conseguido acumular u$s 5000 millones en Reservas. A su vez, esta venta de dólares le sirve al Central para absorber pesos y mantener el equilibrio en el mercado».
¿Cuál es el riesgo de no intervenir?
Un salto del tipo de cambio puede impactar en los precios, el famoso pass trough. El precio de los productos transables, aquellos que se comercian en el exterior y que se importan o se exportan, está fijado al dólar, aunque hay otros precios en la economía que, ya sea por un efecto directo o indirecto, también responden al movimiento del tipo de cambio. La economía local es muy sensible a estos movimientos, más que la de otros países de la región.
«El BCRA intervino ayer para dar una señal al mercado frente a un hecho muy puntual, como fue el desarme masivo de carteras de inversores o shore. No tenía ningún sentido monetario dejar que el dólar saltase por un exceso de demanda de u$s 1500 millones. Con el correr de los días el panorama va a comenzar a normalizarse», dijo Álvarez de Toledo.
«Para el BCRA, el riesgo de no intervenir es retrasar el proceso desinflacionario, alejarse del cumplimiento de la meta para 2018 y continuar perdiendo reputación, un insumo vital en todo esquema de metas de inflación», coincidió Persichini.
¿Cuál es la expectativa para el segundo semestre del año?
Los analistas esperan que transcurrida la primera mitad de 2018, la inflación volverá al sendero bajista, ya que se habrán terminado los aumentos de precios regulados previstos para este año y comenzará a sentirse el impacto de la liquidación del agro. «El actual ritmo de salida de dólares es insostenible, por lo que la segunda mitad del año deberíamos ver una mayor flotación. Es decir, el tipo de cambio tendría que moverse en línea con la inflación para no condicionar la competitividad precio de la economía ni aumentar la vulnerabilidad externa», cerró Persichini.