La fiebre por el dólar, siempre latente en la vertiginosa economía argentina, recrudeció de la mano de ese círculo vicioso tan nuestro que indica que, si hay dudas sobre el futuro, conviene comprar dólares, y que, si todos los que pueden compran dólares, conviene seguir comprando porque esas dudas se transformarán en crisis.
Pese a todas las pálidas, la buena noticia es que durante la corrida cambiaria los depósitos en los bancos no solo no decrecieron sino que aumentaron. El dato habla de cierta confianza de la población hacia el actual sistema bancario y la conveniencia de poner los dólares a trabajar o mantenerlos a la vista en lugar de esconderlos debajo del colchón o en una caja de seguridad, aun conociendo los riesgos que ello implica.
Dicho esto, en la columna de hoy repasaremos las cinco mejores alternativas para dolarizar ahorros sin tener que comprar dólares en billete.
Títulos públicos en dólares
Actualmente, el rendimiento anual en dólares que ofrecen los bonos argentinos supera en muchos casos el 10%, una tasa muy alta en comparación con lo que pagan la mayoría de los títulos de deuda en el mundo. El mal paso de la economía, el recuerdo aún fresco del default y los distintos conflictos diplomáticos externos generaron en las últimas semanas fuertes bajas en su cotización, al punto que el bono que vence en 2025 se negocia hoy por debajo de los 30 pesos por dólar que promete pagar. Además, el título ofrece un interés anual de 5,75 dólares por cada 100 adquiridos.
Letes
Su plazo de vencimiento suele variar entre unos pocos meses y períodos a penas superiores a un año. Se pueden suscribir de manera sencilla vía home banking y, debido a su corta vida y el menor riesgo de default que se les adjudica, su variación de precio suele ser acotada. Estas características favorables a la vez generan una desventaja respecto de bonos de mayor plazo: su rendimiento suele ser menor. En la última licitación, la tasa marcó el récord de 5,25% anual. El mayor peligro radica en que el FMI le suelte la mano al Gobierno y este no pueda honrar los vencimientos.
Plazo fijo en dólares
Futuros de dólar
Se trata de una operación muy utilizada por quienes quieren garantizarse un precio del dólar a una fecha determinada, sin importar si ganarán o perderán en la comparación con el precio que alcance la divisa a esa fecha.
También, por quienes observan que las tasas en pesos están relativamente altas y deciden especular en moneda nacional licitando Lebacs y, al mismo tiempo, pretenden evitar el riesgo devaluatorio. Por ejemplo, un inversor financiero puede vender sus dólares porque considera que la divisa subió mucho, licitar Lebacs con sus pesos y, a la vez, comprar dólar futuro. Si realiza bien los cálculos, al término de la operación tendrá más pesos para comprar más dólares que los que tenía en un principio. Esto es lo que los expertos del mercado llaman asegurarse una tasa en dólares.
Por supuesto, siempre hay que contemplar el pago de comisiones por cada operación. La mayor desventaja es que se necesita cierto grado de conocimiento financiero para operar eficazmente este instrumento y el mayor riesgo radica en una eventual baja del dólar.
Cedears
Como son activos que responden a lo que sucede en el exterior con la acción, protegen a los inversores de la devaluación del peso.
Si bien en tiempos de calma cambiaria no son tan líquidos como varias de las acciones locales y a veces cuesta encontrar comprador o vendedor del otro lado del mostrador, operan de forma similar a una acción, por lo que los inversores pueden operarlos cuando quieran. Es decir, no existe un plazo mínimo ni máximo de permanencia.
La principal contra pasa por su naturaleza: son acciones y, como tales, suelen ser muy volátiles (suben o bajan de precio todos los días). Uno puede adquirir cedears de Google, Apple, Citigroup u otra firma de su interés. Así se atará a la cotización del dólar, pero también a la suerte de esas empresas en la Bolsa de Nueva York, por lo que no se trata de una inversión libre de riesgo y es posible sufrir pérdidas tanto en dólares como en pesos.
Eso sí, en caso de crisis sistémicas locales como la de 2001, no habrá pesificación compulsiva que afecte esa inversión.
Conclusión
Realizar algunas pruebas con capitales mínimos y diversificar la inversión eligiendo dos o tres opciones parece lo más adecuado para quienes desean ir conociendo el paño y a la vez protegerse de eventuales devaluaciones. Esperemos que en un futuro cercano podamos volver a analizar inversiones en pesos. Por ahora, parece más prudente adoptar una postura defensiva y cuidar el poder adquisitivo de nuestros ahorros.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2170744-cinco-formas-dolarizarte-sin-comprar-dolares