La divisa cayó más de 10% en el mes y cerró en torno a los 37,60 pesos. La estrategia monetaria del BCRA contempla en adelante un tipo de cambio que acompañará a la inflación
En el transcurso de 2018 el salto cambiario fue el principal impulsor de la inflación. El alza del dólar no pudo ser contenida por el BCRA con la venta de reservas y la suba de tasas de interés y gran parte de se contagió al resto de los precios de la economía.
En 10 meses y medio de 2018 el dólar se encareció un 98%, mientras que el Índice de Precios al Consumidor del INDEC apunta a superar el 40% en el acumulado de este año.
Cierta estabilización del precio de la divisa en las últimas semanas, en el rango de 37 a 38 pesos y alejado del récord de 42 (hoy cerró a $37,60), habilita a definir un nuevo nivel de equilibrio, al menos en el corto plazo, por una serie de motivos:
1 – Congelamiento de la base monetaria. El nuevo régimen monetario del BCRA se basa en el compromiso de «emisión cero» hasta junio de 2019, complementado por una intervención acotada en la plaza cambiaria cuando el precio del dólar rebase las bandas y por la emisión de Leliq (Letras de Liquidez).
«El Banco Central será capaz de anclar a la base monetaria en los niveles actuales, pero al costo de un alza muy pronunciada de la tasa de interés real, no necesariamente nominal, ya que la inflación esperada irá descendiendo empujada por la recesión», apuntó Ecolatina. «Este ajuste trasladará los problemas más acuciantes de la parte nominal -inflación y tipo de cambio- a la actividad y a la cadena de pagos», añadió.
2 – Tasas reales altas y bandas. Las altas tasas desincentivan la demanda de divisas, sacrifican nivel de actividad en pos de alinear las variables detrás de un objetivo inflacionario. Hoy dichas tasas, con la referencia de las Leliq del BCRA, se sitúan en 73%anual, un nivel solo sostenible une el corto plazo.
Si la inflación desacelera en los próximos meses, las tasas de interés podrán bajar mes a mes, con un valor del dólar que no debería encarecerse a un ritmo mayor que el resto de los precios. En ese aspecto, el BCRA confía en un crecimiento de las bandas en torno a 3% mensual hasta fin de año.
Como el BCRA dispuso que el stock de base monetaria permanecerá constante durante los próximos 9 meses, «el cumplimiento de la meta de base monetaria constante pasa a depender entonces de la renovación de los pasivos monetarios del BCRA, siendo el aspecto relevante el nivel de tasa de interés al que se la haga», evaluó un estudio del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal).
IARAF calcula que el stock de LELIQ a inicios de octubre alcanza unos $434.303 millones. Como este título, además de ofrecer elevados rendimientos deberá absorber el remanente del stock de LEBAC ($340.580 millones), se prevé un importante stock de Letras de $902.000 millones a fin de 2018.
3 – Balance de BCRA más saneado. Un informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano detectó que por el monto de reservas internacionales, el tipo de cambio alcanza para una convertibilidad, aunque no para la dolarización. «El tipo de cambio fijado por el mercado es igual al que se requiere para que el total de pasivos monetarios y financieros del Banco Central equivalga al total de las reservas internacionales en poder de dicho organismo», señaló Víctor Beker, director del CENE.
A fines de agosto, el total de dichas obligaciones del Banco Central ascendía a $2.077.561 millones, equivalentes a USD 52.658 millones de reservas brutas, con un tipo de cambio de $39,45, que sería el de convertibilidad en dicha fecha.
Tanto el dólar como el volumen de reservas internacionales disminuyeron en las últimas semanas, pero un refuerzo de los activos, una vez ingresados a la contabilidad los préstamos acordados con el FMI y un nuevo tramo del swap con el Banco Popular de China, mejorarán estos términos de conversión teórica.
En este aspecto, algunos analistas advierten que las Leliq representan a futuro un costo relevante para el Central, por la pérdida patrimonial que significa su elevada tasa. Sin embargo, la gradual suba del dólar, al ritmo de la inflación, permitirá mantener acotado este pasivo medido en moneda «dura».
«Empezando en un valor de 39 pesos por dólar, que surge del promedio de la banda inferior de $34 con la banda superior de $44, el stock actual (de Leliq) sería equivalente a unos USD 20.000 millones. Para junio 2019, a un valor central de $47,98 por dólar, el stock sería equivalente a un valor de entre USD 21.500 millones y USD 26.000 millones», un valor cercano al 50% del total de las reservas internacionales.
4 – Tipo de cambio real alto. Según el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que calcula el Banco Central, la moneda argentina recuperó ampliamente la competitividad con una devaluación de más de 50% en el año. En unos 129 puntos, el ITCRM está un 29% por encima del rango del 17 de diciembre de 2015, cuando se levantó el «cepo». En términos históricos, está en el mejor nivel en ocho años, desde octubre de 2010.
5 – Fortalecimiento del real brasileño. Después del triunfo del derechista Jair Bolsonaro, con el 46,05% de los votos en las elecciones presidenciales, el real de Brasil amplió la apreciación. El dólar cayó en el último mes un 10% a 3,78 reales, después de haber alcanzado un récord histórico de 4,20 reales el pasado 14 de septiembre.
Al ser Brasil el principal socio comercial de Argentina, cuando se devalúa el real empuja a la devaluación del peso argentino. Y se produce el efecto inverso cuando la moneda brasileña se aprecia. El dólar en Brasil acumula una notable alza de 16,4% en el año, cuando la inflación en el país vecino suma 3,3% desde que empezó 2018, por cuanto es poco probable que el dólar en el país vecino retome una sensible suba en el corto plazo.