Las paridades de los títulos públicos con ley extranjera rondaron el 16% y el riesgo país subió a 1.461 puntos
Los bonos en dólares con ley extranjera retomaron el camino bajista en las últimas ruedas y ayer el riesgo país alcanzó los 1.461 puntos, la cifra más alta desde el 2 de noviembre del año pasado. Incluso, el riesgo país argentino es hoy unos 300 puntos superior al que registró a comienzos de septiembre, cuando salieron al mercado los flamantes títulos públicos emitidos por la reestructuración de deuda con acreedores privados.
Este canje de títulos, por más de USD 100.000 millones, fue considero el logro más exitoso de la gestión del ministro Martín Guzmán, en un 2020 plagado de malas noticias, con una caída del PBI próxima al 10 por ciento.
El índice de riesgo país elaborado por JP Morgan mide el diferencial de la tasa de retorno de los bonos del Tesoro de los EEUU (un activo muy seguro) con sus similares emergentes.
1) Incertidumbre por la política económica:
Detrás del aumento del riesgo país está la percepción de los inversores del exterior, que ven con desconfianza el futuro económico de la Argentina, con un alto déficit fiscal y la eventual continuidad de restricciones ante el avance de los casos del Covid-19. Si después de tres años de recesión la economía no retoma un sendero persistente de crecimiento, la solvencia fiscal para afrontar el pago de la deuda a partir de 2023 también estará debilitada.
“La falta de un plan económico creíble, incertidumbre sobre las negociaciones con el FMI, rebrote de casos de Covid-19 y nuevas restricciones, son las principales razones para esta corrección, al mismo tiempo que los mercados emergentes y Brasil aprovechan el viento de cola y el valor de sus activos crecieron considerablemente” indicaron desde Portfolio Personal Inversiones.
2) Necesidad de acuerdo con el FMI:
El Gobierno argentino negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un Acuerdo de Facilidades Extendidas, paquete que suele otorgarse a países que atraviesan una crisis de la balanza de pagos. Argentina busca postergar la devolución de desembolsos efectuados durante 2018 y 2019 por unos USD 44.000 millones, que vencen entre 2022 y 2023. El organismo, a cambio, exige un programa económico que incluya reformas que equilibren las cuentas públicas.
Un informe de GMA Capital subrayó que “Argentina podría encontrar un cambio de tendencia con un acuerdo con el FMI”, mientras que los “avances ligados a un entendimiento con el Fondo podrían ser más efectivos para abatir el riesgo país desde la zona actual de los 1.400 puntos y darle un renovado impulso a la renta fija y a las acciones”.
Los expertos de Research for Traders también advirtieron debilidad en la renta fija argentina “principalmente por una creciente desconfianza sobre el futuro de la economía doméstica, y en un contexto en el que el Gobierno negocia con el FMI un crédito de facilidades extendidas”.
“Esperamos que el ritmo de las reuniones, todas virtuales, se acelere en las próximas semanas”, expresó este jueves el vocero del FMI, Gerry Rice. Agregó que comparte la opinión de las autoridades argentinas de que el país necesita un conjunto de políticas cuidadosamente equilibradas para fomentar la estabilidad, restaurar la confianza, proteger a los más vulnerables y sentar las bases para un crecimiento sostenible e inclusivo.
3) Volatilidad externa:
Ante el anuncio de un multimillonario plan de estímulo fiscal por parte del presidente electo de los EEUU, Joe Biden, los bonos del Tesoro norteamericano volvieron a operarse en baja y las tasas de retorno regresaron a su nivel más alto en diez meses.
El bono del Tesoro a 10 años rinde hoy cerca de 1,1% anual y este encarecimiento de la deuda de EEUU contagia a un alza de las primas de riesgo de los países emergentes, con impacto amplificado sobre los títulos soberanos de Argentina.
4) Intervenciones oficiales:
La intervención y las regulaciones de entes públicos en el mercado de los dólares bursátiles (MEP y contado con liquidación) también afecta las valuaciones de los bonos en dólares: si éstas caen, sube la tasa de rendimiento y aumenta el riesgo país.
La prohibición a los privados de comprar más de USD 100.000 nominales por semana de bonos soberanos, en particular el Bonar 2030 con ley argentina (AL30) -que es el que utilizan los entes públicos para intervenir el mercado a través de ventas masivas-, obliga a los inversores a acudir otros títulos. El elegido es el Bonar 30 con ley de Nueva York (GD30), que al ser liquidado por los inversores para hacerse de dólares, cae en su cotización en moneda dura.
5) Dudas por la deuda corporativa:
Esta semana acreedores de YPF rechazaron un plan de reestructuración de bonos de la petrolera por USD 6.200 millones. Por tratarse de una compañía estatal, esta falta de dólares para honrar compromisos con el exterior fue evaluada por los operadores del mercado como un factor negativo en la ponderación de los títulos soberanos.
El 15 de septiembre, el Banco Central estableció que entregará a las empresas solo el 40% de las divisas que requieran para cancelar deudas en el exterior y el resto deberán afrontarlo con sus propias tenencias o reestructurar sus pasivos.
A mediados de octubre, se dispuso un alivio parcial para las firmas con deuda contraída en el exterior. El BCRA anunció que le permitirá a las firmas con deudas superiores al millón de dólares usar las divisas de exportaciones para cancelarlas, aunque las empresas deben notificar cada giro mayor a 50 mil dólares.