La inflación podría viajar a un ritmo del 5% mensual, sin embargo, el dólar oficial crece al 3% mensual. El panorama para el resto del año.
Por Salvador Di Stefano
La inflación podría viajar a un ritmo del 5% mensual, sin embargo, el dólar oficial crece al 3% mensual. Este desequilibrio en las variables podría derivar en un aumento en la brecha cambiaria. El gobierno recauda y gasta a tambor batiente, ni el ingreso del Impuesto a la Riqueza modera el déficit.
La inflación de 2021
El viaje de la inflación lo anticipan determinados rubros o productos que se destacan respecto al conjunto. Si bien la inflación mayorista viene viajando a un ritmo promedio del 5,2% mensual para el primer trimestre del año, la inflación minorista lo hace al 4,1% y la de construcción al 3,4%. Con estos datos es deseable destacar algunas particularidades.
Dentro de lo que denominamos la inflación mayorista, para el primer trimestre del año, los productos nacionales crecen a un ritmo promedio del 5,1% mensual, mientras que los importados lo hacen al 5,6% mensual. Los productos primarios, dentro del grupo de productos nacionales, crecen al 6,0% mensual, mientras que, otro rubro destacado por la suba fue energía eléctrica (mayorista), en promedio subiendo el 7,6% en el trimestre.
En la construcción, se destacó el rubro materiales, creciendo a un ritmo del 4,8% mensual.
Como podemos apreciar, hay un conjunto de rubros que nos estarían marcando que la inflación está viajando a un ritmo acelerado, con muchas ganas de despegar a guarismos más elevados, en torno al 5% o podría extenderse al 6% mensual en los meses venideros.
Las anclas de la inflación vienen por el lado de varios rubros, la principal ancla que utiliza el gobierno es el tipo de cambio oficial. En los primeros 3 meses del año, la tasa de devaluación promedio mensual se ubicó en el 3,0%. Los precios regulados (en el segmento minorista) son otra ancla importante, ya que las tarifas las fija el poder ejecutivo, el promedio de los tres primeros meses del año se ubicó en 3,9%, mientras que el rubro servicios 3,5% mensual.
Según este mapa de datos, podemos observar que la media de la inflación minorista ronda el 4,1% mensual, sin embargo, si medimos precios estacionales, mayoristas, energía, primarios o materiales no bajamos del 5% mensual y, en algunos casos, superan el 6% mensual. Podríamos decir que la sensación térmica está arriba del 5% mensual.
La inflación es un fenómeno monetario, en los últimos meses notamos menos emisión del Banco Central, para el primer cuatrimestre suma $ 190.000 millones. Llama poderosamente la atención que, al mes de abril, con una recaudación récord, no alcanzarían los ingresos para cubrir los gastos. La recaudación se ubicó en los $ 817.882 millones, a esto hay que sumarle una recaudación del impuesto a la riqueza de $ 103.788 millones. En total, el Tesoro recibió $ 921.670 millones, al tipo de cambio oficial nos da una recaudación de U$S 9.847 millones. Evidentemente el gasto público se estaría espiralizando a la suba, ya que en abril el Tesoro recibió del Banco Central adelantos para equilibrar las cuentas fiscales.
Impuesto a la riqueza
La recaudación del impuesto a la riqueza sería de aproximadamente $ 233.000 millones, de contado cobraron $ 78.097 millones, mientras que el resto se pagó con un anticipo del 20% y hasta en 5 cuotas mensuales y consecutivas con una tasa del 3,5% mensual. Lo que restaría por cobrar serían 5 cuotas de $ 25.842,4 millones cada una.
Para los meses venideros, daría la sensación que comenzaríamos a transitar cuesta arriba, no parece que la liquidación de la cosecha del campo vaya a ser muy importante. En un escenario inflacionario, la venta de mercadería se retrasará en todos los niveles empresariales. Todos venderán lo justo y necesario, la única protección ante la inflación es tener mercadería, y no quedarse con pesos en la mano.
El escenario para lo que resta del año es una inflación que viajará a una velocidad superior al 4% mensual, y una tasa de devaluación que lo haría a una velocidad inferior al 3% mensual. Esto va a generar una suba en el precio de los bienes en dólares que, en algún punto, podrían hacer peligrar el volumen de exportaciones argentinas, disminuir el ingreso de dólares y precipitar un problema severo en la actividad económica.
Argentina necesita, en los meses venideros, realizar un acuerdo con el FMI para poder refinanciar la deuda con el Club de París y el propio FMI. Si este acuerdo no prospera, antes de julio hay que poner arriba de la mesa unos U$S 2.500 millones de vencimientos del pago al Club de París. Una salida de dólares de las reservas hará que los tipos de cambios alternativos busquen un nivel más alto en precio y se acreciente la brecha cambiaria.
El campo es el gran perjudicado por la brecha cambiaria, la soja en Chicago vale U$S 580, pero en Argentina, y medida en dólares billetes, vale U$S 200. La doble Nelson de retenciones más brecha aleja al productor de los precios internacionales y empobrece a la economía argentina, ya que los exportadores ganan menos dinero, y no pueden convalidar precios elevados al salir a comprar activos locales, algo que comienza a afectar a diversos sectores como la construcción, bienes de capitales, compra-venta de campos, entre otros.
En Argentina se gana en dólares oficiales menos la brecha, esto hace que los precios internacionales sean extraordinariamente altos, y los locales extraordinariamente bajos, dejándole al Estado una suculenta ganancia que se termina despilfarrando en gastos que están fuera de control, y que no contribuyen al crecimiento del país.
Qué pasará con el dólar
La inflación se está acelerando, el ministro Martín Guzmán metió un rebaje y frenó la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial. Los dólares alternativos levantan vuelo e incrementan la brecha con el dólar oficial.
En este contexto, el déficit fiscal sigue estando presente, a pesar de la gran recaudación tributaria y los impuestos extraordinarios que se aplican. En los últimos dos años, tenemos el impuesto país, suba de alícuota de bienes personal, nuevos derechos de exportación e impuesto a la riqueza. Tenemos la mayor presión fiscal de la historia y, a pesar de ello, no podemos financiar el gasto público.
Para el año 2021, se espera una inflación superior al 50% anual y la suba de los dólares alternativos podría estar en línea o un valor superior a la inflación esperada. Si ello ocurre, los dólares alternativos podrían cotizar a fin de año en torno de los $ 250.
La tasa de devaluación del dólar oficial estará en línea con lo que defina como apropiado el gobierno nacional, su valor está secuestrado por un Banco Central que lo utiliza de ancla, pero que puede terminar eyectado a la suba si esto genera recesión o se estrangula el sector externo por la escasa cantidad de dólares que ingresen.
En este escenario, no podemos esperar para el año 2022 crecimiento económico, hay que proyectar alta inflación para el año 2021, devaluación similar a la inflación por parte de los dólares alternativos y un dólar oficial secuestrado por el Banco Central. Activos financieros a precios de regalo, activos reales a precios de ganga. Los jugadores están, falta un director técnico que entusiasme, motive y trabaje.