El Banco Central tiene una estrategia basada en la dinámica fiscal y en el tipo de cambio, aunque con una estrategia enfocada en la política de tasas para el corto plazo, pero con otra expectativa hacia adelante
La política de tasas es un componente clave en la estrategia monetaria de los bancos centrales y también un elemento que sigue de cerca el ahorrista que apuesta al plazo fijo cuando ofrece un rendimiento interesante. Es una variable central para controlar la inflación y el precio de los dólares paralelos. El Gobierno de Javier Milei decidió dejarla sin cambios por el momento, pero la dinámica cambiaria podría hacer que pronto tenga que tomar decisiones al respecto. En esta nota, varios analistas plantean cuáles pueden ser las estrategias que seguirán a corto y largo plazo.
En primer lugar, tal como recuerda a Ámbito desde la consultora EcoGo el economista Sebastián Menescaldi, esta semana, el Central bajó la tasa de los Pases Pasivos del 126% (Nominal Anual, TNA), al 100% TNA, mientras que la de las Letras de Liquidez (Leliqs) a 28 días la dejó estable en el 133% TNA, con un rendimiento mensual del 11%.
El recorte de tasas en los Pases Pasivos tuvo un efecto directo en los rendimientos de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) Money Market, que pasaron a rendir en torno al 85% anual, lo cual es menos del 8% mensual, frente una inflación que actualmente va al 8% semanal.
“Con esta estrategia, lo que están haciendo es preparar el terreno para la próxima licitación del Tesoro, que se realizará este miércoles, pero la canasta se presentará este lunes”, señala. Y no descarta que ofrezcan un rendimiento de alrededor de un 15% de tasa mensual para los instrumentos de Economía. Así, explica que “lo que buscan es que los pesos se coloquen en T+1 y en bonos del Tesoro”.
Tasas: la estrategia de corto plazo del BCRA
Esto se trata, según señala el economista de Ecolatina Santiago Manoukian, de una estrategia que busca “licuar el stock de pasivos monetarios con una tasa que va a ser negativa en términos reales para esos instrumentos”.
Manoukian coincide con Menescaldi que el BCRA y Economía están intentando que los bancos vuelvan a las Leliqs y salgan de los pases, aunque también buscan “que parte de los pasivos remunerados migren a deuda del tesoro”. Y anticipa que esto de da en un contexto en el que el Gobierno parece ir “a buscar mejorar las expectativas del mercado anclado en un freno a la emisión”.
Esto, explican desde Ecolatina en un informe, se da en un contexto en el que el Gobierno entrante ha descartado un desarme de shock del cepo cambiario por considerarlo un camino hacia la hiperinflación. “Las primeras señales del equipo económico apuntan en la dirección de una solución más gradual (apuntando a una recuperación de la demanda de dinero en el mediano plazo) que de shock al problema de los pasivos remunerados”, detallan.
Y adelantan que “lo que resta ver es si el Gobierno complementaría esta búsqueda por recuperar colocaciones en Leliqs (a mayor plazo y rentabilidad que los Pases) con una migración hacia colocaciones de deuda del Tesoro para limpiar el balance del BCRA”.
De hecho, en la última licitación de Leliq el BCRA no sólo renovó el 100% de los vencimientos, sino que adjudicó apenas un 20% de la demanda de los bancos, lo cual podría implicar que buscan redireccionar dicha liquidez hacia las Ledes que se ofrecerán en la próxima licitación del Tesoro.
En ese contexto, esperan, en los próximos meses, una reducción en términos reales de los pasivos remunerados dada la fuerte aceleración inflacionaria producto de la inercia, la devaluación oficial y el ajuste de precios relativos.
En suma, indican que la estrategia oficial pareciera apelar a una combinación de:
- Reducir las fuentes de emisión al cortar con el financiamiento monetario directo e indirecto del déficit fiscal;
- Una tasa de interés negativa del BCRA que permitiría “licuar” el stock de pasivos remunerados
- La posibilidad de migrar el stock de pesos hacia instrumentos de deuda del Tesoro.
- Tasa del plazo fijo y Leliqs: lo que viene a largo plazo
Esa es la estrategia que los economistas detectan para el corto plazo. Y es que, tal como opina Martín Kalos, director de Epyca Consultores, “el nuevo Gobierno terminó siendo más pragmático de lo que decía que iba a ser, por lo menos, por el momento, y lo que está buscando es licuar pasivos en este verano”.
Recordemos que el ancla principal del programa económico del nuevo gobierno es fiscal. Tal como anticiparon, el recorte que planean hacer llegaría a 5,1 puntos del Producto Bruto (PBI). Sin embargo, el fuerte salto cambiario aplicado en un inicio (que fue del 118% con una devaluación del peso del 54%) con un crawlig-peg del 2% mensual, apunta a una combinación de lo fiscal con el precio del dólar. Y es que hicieron sobrerreaccionar al dólar para ofrecer un tipo de cambio más competitivo.
Tal como explica a Ámbito Fabio Rodríguez, economista y director de MyR Consultores, el nuevo Gobierno apuesta a “un tipo de cambio alto sin unificación cambiaria por el momento, pero que espera aplicar más adelante, y con brecha más baja”, resume en diálogo con este medio el economista y director de MyR Consultores, Fabio Rodríguez.
La incógnita para el BCRA y el mercado
Pero, desde la consultora Equilibra, advierten que “la pregunta del millón es cuánto y cuán rápido se erosionará la competitividad externa ganada tras la devaluación”. Confían en que el BCRA intentará evitar un nuevo salto cambiario en el verano, pero luego, cuando el ritmo de deslizamiento del dólar oficial se acerque a la tasa de interés, ¿qué hará?
Hacia adelante, “una vez que inicien un plan de estabilización, si es que ese es el objetivo tras el ajuste ortodoxo”, Kalos espera que intenten mantener la tasa del plazo fijo positiva respecto de la devaluación.
En igual sentido apunta Menescaldi, quien señala que, una vez terminada la etapa de política de tasas enfocada en el corto plazo, “si se logra barrer con el excedente de pesos como se proponen hacer, vamos a empezar a tener mercado y vamos a ver, quizás una liberación de tasa”.
Es decir, que el BCRA podría habilitar en breve a los bancos a competir por tasa para la oferta de colocaciones a plazo fijo para sus clientes. Pero Menescaldi considera que “eso podría llegar más adelante, mínimo en tres meses”.