La decisión oficial de cambiar las metas de inflación, sumada a la suba de la tasa de EE.UU. a 10 años modificaron el escenario previsto de corto plazo y, con ello, se vuelve indispensable reajustar los portafolios de inversión.
El verbo «recalibrar» no solo sirvió para que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, explique el cambio de las metas de inflación a fines de 2017, sino que también ayudó a delinear una estrategia -vital y necesaria- entre los inversores respecto de sus carteras. Por efecto de aquella decisión oficial, que luego devino en un (¿apresurado?) recorte de tasas por parte del Banco Central, paradójicamente, en momentos en que la tasa estadounidense a 10 años comenzaba a subir (tocó su máximo en 4 años el mes pasado), los portafolios de inversión iniciaron un proceso de ajustes y reajustes que se mantiene hasta hoy. Todo en un entorno muy volátil y mucho menos predecible, potenciado por temores de una latente guerra comercial, tras la decisión de Trump de imponer aranceles al acero y aluminio. En el ámbito local, la nueva y compleja coyuntura condicionó, por ejemplo, al riesgo-país, que subió mucho más que en la región (llegó en febrero a su mayor nivel en 6 meses), mientras que el peso mantuvo constantes micro devaluaciones (alcanzó un inédito $20,70 hace una semana), hasta que en los últimos días el BCRA decidió ponerle un freno. «El mundo y la Argentina cambiaron al respecto hacia fines de 2017. En términos internacionales, hay una incipiente presión inflacionaria en EE.UU. que hizo aumentar las tasas y el sendero de ajuste de la Fed para este año, lo que puede complicar la estrategia de financiamiento del gradualismo argentino», analiza Diego Martínez Burzaco, jefe de Estrategia de MB Inversiones. Por otro lado, -remarca Burzaco-«aparecen signos de más proteccionismo comercial, también en EE.UU., complicando la expectativa de mayor integración mundial de nuestro país». Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment, va más allá y sentencia: «La Argentina pasó un poco de moda». Explica su tesis en el hecho de que «el inversor se tornó más realista con los resultados del gradualismo, lo que se traduce en el aumento del riesgo-país y en mayor volatilidad del peso». De acuerdo con su punto de vista, de un tiempo a esta parte el tenedor de renta fija «ya no compra sólo por expectativas sino que mide los números mes a mes. El Gobierno tiene metas de reducción de su déficit que lucen un poco tímidas».
Para Pablo Castagna, director de Portfolio Personal, «el escenario de corto plazo presenta una mayor sensibilidad para los precios, lo que implica un piso de volatilidad más alto. La diversificación como la selectividad, basada en fundamentals, son aspectos que vuelven a jugar a la hora de armar una cartera».
Todos estos preceptos desembocan en una recomendación de base por parte de los expertos: hay que reorganizar las carteras, entendiendo esta coyuntura, al igual que asimilar la premisa de que una administración activa será mucho más eficiente que una pasiva.
PERFIL CONSERVADOR
Para aquellos inversores que buscan resguardar su capital o generar algo de rentabilidad sin tomar grandes riesgos, los especialistas recomiendan combinar bonos cortos o de mediano plazo en dólares, como el Bonar 2024 (AY24), con una TIR del 4,75%, más un porcentaje de Lebac de hasta 60 días, y de Letes en divisas. «Pensamos que la apuesta a la tasa en pesos vía Lebac dejó de tener tanto atractivo ya que estimamos que el BCRA no subirá la tasa si la inflación repunta. Solo aconsejamos mantener un 20% en estas letras «, subraya Di Giorno, que también invita a apostar por los nuevos bonos que ajustan por inflación». Castagna, en tanto, aconseja las Letes en dólares, con rendimientos de hasta 3,1% anual (según última colocación). Y no descarta contar con una participación en Lebac, entendiendo que «si bien encierran riesgo cambiario, la combinación de un escenario de tasas altas y una devaluación que esperamos contenida de corto, permiten una ventana de tiempo atractiva para esta estrategias de ´carry trade´». Para un perfil con tendencia más moderada, Burzaco recomienda como mucho un 25% del total de un Fondo Común de Inversión (FCI) de acciones con exposición directa en empresas del sector energético.
PERFIL ARRIESGADO
Para el inversor más agresivo, dispuesto a tomar riesgo, podría ser una «buena apuesta» el bono DICA, por encima del 7% anual de TIR, apostando a la compresión de spreads de Argentina nuevamente contra los países de la región, afirma el jefe de Estrategia de MB inversiones. También, recomienda «algo de Lebac y hasta un 50% en acciones, distribuido entre energéticas (Pampa Energía, y Transportadora de Gas del Norte), bancos (Hipotecario y Macro) y petroleras (YPF)». Coincide con Pampa (presentó un buen balance y tiene muy buenas perspectivas) Di Giorno, aunque se diferencia con Transener (presentó un agresivo plan de inversiones) y Cablevisión («apostamos a las sinergias de la fusión en progreso con Telecom). Por último, Castagna sumó mayor exposición a las Lebac, mientras que a partir de una interesante la relación riesgo-rendimiento, sugirió la curva de bonos soberanos del tramo medio y largo de la curva. A la vez, se mostró a favor de tener una participación en renta variable de hasta el 30%, con papeles de sectores como el financiero (Galicia, Bolsas y Mercados Argentinos y Banco de Valores), el energético (Pampa, Central Puerto, y Transener), más algunas acciones ligadas a la actividad económica (Cablevisión y Loma Negra), ya que combinan fundamentals con flujo ante la expectativa que sigue generando la recategorización de Argentina como emergente.
Fuente: http://www.ambito.com/915129-claves-para-recalibrar-carteras-en-un-mercado-volatil