Todos los límites vigentes para las compras de los 200 dólares mensuales, continuarán, implacables, al menos durante los primeros meses del 2021; con lo que sólo pocos argentinos, podrán adquirir las preciadas divisas. Pero estos ahorristas privilegiados, tendrán un problema extra.
Las restricciones a la compra de dólar ahorro, la impopular joya de las medidas restrictivas aplicadas por el “ala política monetaria dura” del gobierno de Alberto Fernández, ingresarán hoy en una nueva etapa. Todos los límites vigentes para las compras de los 200 dólares mensuales, continuarán, implacables, al menos durante los primeros meses del 2021; con lo que sólo pocos argentinos (el 30% de los que podrían hacerlo antes de las trabas aplicadas desde el 15 de septiembre), podrán adquirir las preciadas divisas. Pero estos ahorristas privilegiados, tendrán un problema extra. El derecho a tomar a cuenta de Ganancias el 35% del costo de la operación continúa; pero, por las características del impuesto, el dinero será correspondido desde la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en el próximo ejercicio. Esto es, entre marzo y abril de 2022 cuando el organismo que maneja Mercedes Marcó del Pont determine el cronograma de regulaciones de Ganancias correspondientes al ejercicio 2021. Esto implica que el costo extra de comprar divisas con pesos, recién volvería a las arcas de los inversores de 200 dólares dentro de un año y cuatro meses. Inflación mediante (el Gobierno cree que será de 29% este año mientras que los privados estiman que este año sería de 50%), el poder adquisitivo de ese 35% se irá pulverizando en todo el período que resta desde hoy hasta aquel lejano segundo bimestre del 2022.
Con este panorama arranca un nuevo mes y nuevo año de la aventura de los argentinos para llegar a comprar dólares de manera legal. Y con la certeza de parte del “ala dura monetaria” del albertismo, sobre el impopular éxito de las trabas, que deben sostenerse. Si de lo que se trata es de sostener reservas del Banco central, los resultados parecen darla la razón. El organismo que maneja Miguel Pesce informará esta semana que por esta vía salieron menos de u$s150 millones. En noviembre el número se estacionó en u$s173 millones, mientras que en octubre la cifra había llegado a los u$s198 millones, a la vez que en septiembre, mes del inicio de las restricciones, el número alcanzó los u$s627 millones. Estos datos del último trimestre del año se diferencian drásticamente de los de agosto pasado cuando treparon a los $740 millones; y se alejan radicalmente de la alternativa que se anticipaba de unos u$s2.000 a u$s2.500 millones que se esperaban para la última parte de 2020; si no se hubieran aplicado restricciones y si el drenaje continuaba inalterado. Según la visión del Central, con reservas líquidas de libre disponibilidad medidas a septiembre flotando entre los u$s3.000 y los u$s5.000 millones el crash final era inevitable. Hoy se considera que pese a lo irritable de las restricciones y las consecuencias inmediatas negativas sobre los mercados alternativos luego de su aplicación el 15 de septiembre el objetivo final se logró. Esto es, darle al Ministerio de Economía más tiempo para que se pudieran elaborar políticas monetarias y fiscales de estabilización del tipo de cambio, lo que la cartera de Martín Guzmán finalmente logró a base de negociaciones de fin del 2020 con los fondos de inversión que dejaron de presionar sobre el CCL y aceptaron la propuesta oficial de una salida ordenada en pesos.
Ahora, habiendo terminado el 2020 en “pax cambiaria” y con la certeza de un comienzo de enero ciertamente tranquilo, la política cambiaria parece darle la razón a parte del oficialismo. Sin embargo, no eran pocos los de dentro y fuera del Gobierno que anticipaban tormentas de todo tipo para la última parte de 2020. A la última quincena del año, las reservas finalizan el ejercicio navegando los u$s39.100 millones en alza luego del piso del primero de diciembre de u$s38.619 millones. Para fin del último mes del año pasado, las compras del BCRA totalizaron unos u$s600 millones; un ritmo difícil de mantener entre enero y febrero; pero que de mantener aunque sea el empate, le permitiría al ministerio de Economía de Martín Guzmán, llegar a marzo/ abril con cierta tranquilidad a la espera de los ansiados dólares sojeros que para el segundo trimestre del año deberían comenzar a aparecer.