Con el avance del dólar oficial, la cotización «ahorro» subió a casi $ 11, mientras el MEP que se consigue a través de la compra de bonos del Estado en el sistema bursátil cayó a $ 11,59
Mientras el dólar ahorro llegó a mover, en un sólo día de mayo, u$s 70 millones, el dólar MEP, que se puede comprar en la Bolsa, sólo mueve u$s 3 millones. Sin embargo, sus cotizaciones son prácticamente idénticas: con el avance del oficial a $ 9, las pizarras de las casas de cambio ya lo tienen $ 9,10, por lo cual si se le suma el 20% de retención de AFIP, su precio se va a casi $ 11. En tanto el MEP, que llegó a estar en $ 15 a fines de septiembre, cayó a $ 11,59, un mínimo que no tocaba desde diciembre del año pasado.
Sucede que la mayoría de los compradores del «ahorro» ganan más de $ 15.000 mensuales y el recargo del 20% lo descuentan por ganancias, por lo que terminan pagando un dólar de $ 9. En cuanto al dólar Bolsa, los bonos del Estado nacional más negociados para hacerse de billetes son el Boden 15 (u$s 1,3 millón en promedio), el Bonar X (u$s 900.000) y Bonar 24 (u$s 700.000), mientras el año pasado movían? el doble. En el mercado hay una verdad de perogrullo: cuando el Bonar X y el 24 tienen mejor precio que el Boden 15 es porque Anses interviene con operaciones pactadas. O hay un bloque de renta de algún bono pactado entrando y grande, de una o dos gambas (u$s 100.000 o u$s 200.000).
«Si querés comprar u$s 10.000 a $ 11,50 en el Bonar 24 te cuesta muchísimo, las puntas se abren. Pero de repente ves que uno lo logra y en volumen, eso es porque existe un pacto entre ambos», confiesan en las mesas. Pero no es un mercado de ahorristas y empresas. Los clientes van de deudores en dólares hasta quien debe hacer una operación inmobiliaria completamente en blanco, inclusive los dólares, y se hace por MEP. Sostienen las fuentes que el FGS de la Anses siguió de cerca la cotización del Bonar 24 durante mayo.
A veces, cuando las paridades se van «muy abajo», los brokers compran para obtener ganancia de arbitraje: hacen una diferencia de 4 o 5% en dólares y venden, sin necesidad de convertir el bono a pesos, siempre en versión D.
Una curiosidad de este mercado es que se fue armando una curva paralela a la externa de la TIR de bonos dolarizados: los MEP tienen curva normal y en el exterior tienen una invertida. La diferencia de brecha es enorme: 11% de TIR del Boden exterior contra 5% local. Es porque en el MEP sobran dólares que faltan para giros al exterior. Hay mucho tenedor de renta que, al cobrar en abril los Bonar y Boden, prefirieron reinvertirlos, y para eso demandaron la lámina en dólares contra billete de la renta. Como no hay gran demanda de billete en MEP, sube la lámina y baja el dólar Bolsa.
Esto es la consecuencia de haber sacado a las empresas del MEP, impidiendo la deducción de ganancia por pérdida del activo (los títulos se valúan a oficial en el balance) y el pseudocontrol que hay en el Boden en pesos. «Apenas lo llevás al exterior no hay demanda de bonos, por eso la TIR es el doble. En definitiva, el MEP es una forma de comprar dólares que tienen un chip de control y carecen de elasticidad. Si los vendés en blue es peor que vender los dólares ahorro, porque se deduce que viene de ahorro y no de ingresos. El año pasado algunas concesionarias de autos importados hacían la bicicleta financiera comprando MEP y vendiendo en el blue y «terminaron mal», confiesan en la City.
El panorama cambió por completo: antes había empresas, importadores y plazosfijeros, que ahora no están más.
En la City, hasta hay algunos que llegan a sostener que hoy el negocio no es tener dólar Bolsa, sino el bono en pesos que ajusta. El MEP nació para giros al exterior (cuando se permitía), y para tener recupero fiscales (cuando se contabilizaba como pérdida de diferencial de cambio). Al desaparecer estas dos variables, dejó de ser negocio.