Además del cupo de USD 200 para ahorro, se pueden operar divisas en el mercado de bonos. Y gana terreno la adquisición a través de plataformas de criptomonedas
A medida que las trabas cambiarias instauradas en septiembre del año pasado fueron endurecidas, el acceso a la compra de dólares se volvió cada vez más difícil. Sin embargo, ante expectativas de inflación que sin ser explosivas se mantienen crecientes, tasas de interés en pesos que arrojan rendimientos reales muy pequeños y una larga historia de preferencia de los ahorristas argentinos por el dólar las vías para llegar al billete estadounidense sin romper las normas cambiarias se vuelven cada vez más complicadas pero no desaparecen.
Las regulaciones que se agregaron paulatinamente emparchan agujeros del cepo pero no logran cerrarlo del todo. Un repaso por algunos de los métodos más utilizados muestra que todavía existen 3 maneras diferentes de ahorrar en dólares.
Dólar solidario
La compra de dólares en el mercado formal permanece abierta aunque con límites muy estrechos. El uso del cupo de USD 200 mensuales crece mes a mes, en la medida en que cada vez más ahorristas aprovechan la posibilidad de colocar los algo menos de $20.000 que se pueden destinar a divisas a tipo de cambio oficial más el Impuesto PAIS, que este viernes cerró a $99,13 por dólar.
En agosto del año pasado, antes de la imposición del primer cepo que dejó un cupo mensual de USD 10.000 mensuales por persona, algo más de 1.300.000 personas accedían al mercado cambiario para compras de billetes para atesoramiento.
En mayo la cifra de compradores llegaba ya a 2.400.000 individuos y en junio ese número llegó a los 3.300.000 personas. Una cifra récord sin precedentes que llevó al Banco Central a establecer trabas a los movimientos de cuentas en dólares -a grandes rasgos ahora no permite recibir más de una transferencia por mes- porque entendió que se el repunte de debía a un aumento de los “coleros virtuales” que vendían su cupo a terceros y a un boom del “puré”, la compra de dólar en el mercado formal para su reventa en el mercado paralelo.
Pero más allá de esos controles a violaciones de las normas cambiarias, el Banco Central agregó este año otras trabas, que tienen como objeto evitar que el dinero que inyecta el Gobierno para paliar el parate económico que genera la cuarentena preventiva del COVID-19 vayan a demandar dólares. Monotributistas y autónomos que accedieron a créditos a tasa cero, empresas que tomaron créditos al 24% o se adhirieron a los beneficios del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción se quedaron sin la posibilidad de acceder al dólar oficial.
Dólar MEP y Contado con liquidación
Otra vía que sigue abierta para el acceso a dólares es la de los tipos de cambio implícitos en activos financieros. Los llamados “dólar Bolsa” o “dólar MEP”, por un lado, y “dólar contado con liquidación”, por el otro.
Dado que existen activos financieros, como bonos soberanos y algunas acciones, que tienen cotizaciones en dólares y en pesos, la diferencia entre esas dos cotizaciones arroja un tipo de cambio implícito. Al comprar con pesos un bono y revenderlo a cambio de dólares, entonces, se puede adquirir divisas sin límite de monto. Y, ya que el tipo de cambio no está regulado por el Banco Central, al comprar un bono con dólares y revenderlo a cambio de pesos también se puede obtener un mejor precio por dólares que se necesita cambiar.
Cuando la operación se hace en el mercado local se habla de dólar MEP, cuando la liquidación del título se hace fuera del país, de contado con liquidación, también llamado a veces “dólar fuga” porque permite comprar dólares para sacarlos del país aunque, para ser precisos, no tiene impacto sobre las reservas del Banco Central y por cada dólar que se compra y se coloca afuera un dólar se vende y entra al país en forma de pesos.
Desde los primeros días del actual cepo las cotizaciones paralelas de la divisas que tienen la ventaja de poder operarse en blanco y sin límite de montos pasaron a gozar de tal particularidad que terminaron por sufrir sus propias trabas.
En la actualidad, el obstáculo esencial es el “parking”, una regulación que obliga a un lapso de espera de 5 días entre la compra de un título y su reventa en otra moneda, tiene el objetivo de desalentar esas operaciones. Las variaciones de precio de los bonos utilizados para la transacción durante esos días de demora agregan riesgo a quienes la utilizan con fines cambiarios de corto plazo, ya que no es posible saber cuánto se va a pagar por cada dólar.
Las comunicaciones A 6780 y 6799 del Banco Central de septiembre de 2019 más la resolución 808 de la Comisión Nacional de Valores del mismo mes iniciaron las trabas.
Este año, la comunicación A 7001 del BCRA de abril, la resolución 841 de la Comisión Nacional de Valores y la Comunicación A 7030 del BCRA de mayo endurecieron el parking y agregaron otra dificultad: operar con dólar en el mercado oficial pasó a inhabilitar por 90 días para comprar dólar MEP o contado con liquidación y, a su vez, operar con dólares implícitos también impide adquirir el dólar solidario por el mismo período.
Las sociedades de Bolsa y bancos, sin embargo, todavía ofrecen la posibilidad de operar dólar MEP y contado con liquidación. De hecho, como muchas veces funcionan como sustituto del dólar informal, cuando la brecha entre el MEP y el dólar blue crece, el riesgo de esperar cinco días disminuye: la variación de precios de los bonos que se utilizan para comprar dólares tiene que ser muy grande para que se termine pagando de más por cada divisa.
En especial, el MEP y el contado con liquidación captan a empresas y personas que necesitan cambiar dólares por pesos. En el mercado formal, los ahorristas reciben hoy apenas $71,30 por dólar, mientras que al venderlos por dólar MEP recibían el viernes $123,46 por dólar. Esa diferencia hizo que la oferta de divisas en el mercado cambiario informal se reduzca casi a la nulidad: en junio apenas 76.000 individuos vendieron USD 11 millones, cuando un año antes 540.000 personas habían vendido USD 620 millones. Es, más allá del parking, la mejor forma de hacer rendir los dólares.
Dólar cripto
La otra vía, hasta ahora legal, de acceder a dólares es la operación con criptomonedas. En julio esas operaciones captaron la atención del Banco Central ante la disparada en la cantidad de personas que accedieron al mercado formal de dólar. La deducción de los reguladores es que al permitir comprar dólares sin parking ni restricciones, fue utilizado como vía para el “puré”: la reventa del cupo mensual de USD 200 para hacerse unos $5.000 de diferencia, aunque no sea el único uso.
A través de plataformas online que permiten comprar bitcoin y otras criptomonedas con pesos y dólares, los usuarios hacen sus propios tipos de cambio implícitos. Una especie de contado con liquidación de las criptomonedas.
En Bitex, Buenbit, Qubit, Satoshi Tango y Decrypto los usuarios compran criptomonedas con pesos para luego revenderlas a cambio de dólares, a un tipo de cambio que el viernes estaba entre $129 y $130,30. A la inversa, comprando con dólares y vendiendo a cambio de pesos, obtenían el mismo día entre $119 y $ 126 por dólar.
Las operaciones cambiarias detrás de las transacciones con criptomonedas todavía no tienen una prohibición específica, pero si pueden encontrar dificultades en las recientes trabas a los movimientos en cuentas en dólares. Para llevar las divisas de las plataformas al mundo de los átomos es necesario transferir el dinero a cuentas bancarias y el Banco Central bloquea aquellas cuentas en moneda extranjera que reciben más de una transferencia al mes o realizan “movimientos inusuales”.