El jefe de Estado vuelve a sorprender. Esta vez, al reemplazar a un economista ortodoxo por otro que comulga con el estilo gradualista de Prat Gay. En la city no olvidan que el flamante funcionario se mostró crítico con Dujovne, con Sturzenegger y con el propio Presidente. Diez razones del cambio
Mauricio Macri pegó otro golpe al tablero de mando y sacudió al mundillo político. Sobre todo, al gremio de los economistas.
El cambiazo -que el Gobierno enmarcó como parte de su plan de «seguir homogeneizando las decisiones en el equipo económico»- tuvo un trasfondo plagado de internas políticas.
Y, claro está, de disgusto por parte de Melconian, quien nunca ocultó su aspiración por manejar el destino de la economía.
Además de la sorpresa propia del anuncio, el asombro vino por el tipo de perfil de quien pasará a comandar el mayor banco de la Argentina: el de González Fraga es de corte más académico y profesional, diferente al de Melconian.
Incluso, este economista -que fuera candidato a vicepresidente de la Nación por el radicalismo en 2011- tiene una visión sobre la política económica que es distinta a la del actual titular de Hacienda, Nicolás Dujovne.
González Fraga se ha mostrado como un ferviente defensor del modelo macrista. De hecho, en los últimos meses pasó a ser un hombre de consulta del propio jefe de Estado. Pero ello no le impidió, a la vez, realizar ácidas críticas a la manera que tiene el Presidente de gestionar el poder. En este sentido, mostró sus disidencias a la licuación de la autoridad entre tantos funcionarios.
El ex dueño de la fábrica de dulce de leche La Salamandra tiene su arraigo en la escuela keynesiana, algo que comparte con Alfonso Prat Gay, a quien defendió hasta el último día en el que ejerció como ministro.
En retribución, el ex titular de Hacienda saludó su nombramiento: «Excelente noticia la designación de Javier González Fraga en Banco Nación!!Adelante #Cambiemos! Éxitos!!», escribió en su cuenta de Twitter no bien se enteró del anuncio.
Hay dos características centrales para definir al recientemente asumido que, en el futuro inmediato, podrían hacer visibles las marcadas diferencias entre él y otros hombres clave de la actual administración:
1.- Es un defensor del gradualismo fiscal, postura que lo emparenta con Prat Gay y que lo diferencia de Dujovne, quien hoy es el ministro
2.- También tiene discrepancias con Federico Sturzenegger. Considera que debería bajar las tasas de interés para facilitar el financiamiento de las empresas y así mejorar la actividad económica. Yo le diría a Sturzenegger: ‘Animate a apostar a tu éxito'», dijo González Fraga semanas atrás.
Las razones detrás del cambio
El escueto comunicado oficial de tres párrafos en el que se hizo referencia al cambio en el Banco Nación no mostró explicación alguna sobre tal decisión. En un par de líneas, el Gobierno dio cuenta de algunos hitos de González Fraga como funcionario (en el BCRA). Concluyó con el agradecimiento de rigor al frustrado Melconian.
Funcionarios oficiales dejaron trascender que Macri sigue en busca de «un equipo económico más homogéneo y alineado».
Melconian, a lo largo del último año, tuvo momentos tirantes con Marcos Peña a raíz de las críticas que el economista solía efectuar en público vinculadas, sobre todo, con la estrategia fiscal de la Casa Rosada.
Fuentes cercanas al ahora ex funcionario admitieron, en diálogo con iProfesional, que si bien eran ciertas las internas políticas que lo desgastaron también era verdad que el deseaba entronarse como ministro de Economía.
«Ese era su objetivo. Había formado un equipo en las sombras. Pensó que su momento había llegado cuando fue removido Prat Gay, pero Macri eligió a Dujovne. Ahí se gestó el final. Esperó algunas semanas y luego consensuó la salida con el Presidente», añadieron.
Ahora bien, ¿cómo calza este nuevo recambio? En principio, tendrá impacto no sólo en la economía sino también en el plano político:
1.- González Fraga viene a posicionarse como «la nueva pata keynesiana del macrismo», tras la salida de Prat Gay. Se incorpora entre el perfil fiscalista de Dujovne y el monetarista de Sturzenegger.
2.- Su nominación en nada resuelve el «low profile» que Macri desea imprimirle a la gestión económica. De hecho, el flamante funcionario no se caracteriza precisamente por su ausencia mediática ni por su trabajo en equipo. Por el contrario, durante el último año sus participaciones en los medios de comunicación le provocaron varios dolores de cabeza al oficialismo. Como cuando opinó que «le hicieron creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior. Eso era una ilusión. Eso no era normal».
3.- Es muy probable que González Fraga marque más diferencias con Dujovne que si el titular de Hacienda hubiese sido Melconian. Sobre el actual ministro, se refirió en estos términos: «Tiene muchas cualidades pero creo que van a tener que encontrar a alguien que tome a su cargo el convencer y comunicar cuál es el camino para que lleguen las inversiones».
4.- Como si eso fuese poco, criticó duramente a Macri por su iniciativa de dividir, una vez más, la toma de decisiones entre varios funcionarios: «Se necesita un ministro que coordine toda la política económica. Un país que requiere de cambios estructurales tiene que tener una voz de mando con convicción. Y esa voz está ausente…»
5.- A estos reproches (Dujovne, Macri) se le suma la diferencia de criterios que al día de hoy mantiene con Sturzenegger, a quien le viene recomendando una urgente baja de las tasas de interés. Ahora, estando al frente de la principal entidad del sistema financiero, contará con más chances de profundizar sus demandas. En esta dirección, ya trascendió que planteará un Banco Nación más activo en la cesión de créditos, tanto a las Pymes como en el rubro hipotecario. Esto sólo lo podrá lograr si se baja el costo del dinero. Pero claro, esta función corre por cuenta y orden de Sturzenegger.
6.- No hay que olvidar además que el Nación es el dueño de la principal mesa de operaciones de la City. Los movimientos cambiarios pasan a diario por esta entidad y lo mismo sucede con las licitaciones de Lebac. «¿Se alineará González Fraga a las necesidades del titular del Banco Central, relegando para ello las propias?», fue una de las preguntas que corrió como reguero de pólvora por las calles del microcentro porteño.
7.- Ese mismo poder de fuego coloca al Banco Nación como una de las principales «cajas» del Gobierno. A diferencia de secretarios de Estado, o incluso de ministerios -que deben ceñirse a presupuestos muchas veces insuficientes o apretados-, la entidad estatal cuenta con la independencia de la que otros despachos adolecen.
8.- También hay que observar la designación del flamante funcionario con los ojos de la política. González Fraga es un hombre del radicalismo, con llegada a las provincias. Más de uno interpreta que su nominación fue un guiño a la UCR justo antes de que se largue la campaña electoral. En este sentido, el nuevo titular del principal banco del país tendrá que atender a gobernadores deseosos (y necesitados) de que la caja del BNA se abra a las necesidades de productores, pequeños industriales y comerciantes.
9.- Al igual que con los ruralistas -a quienes solía entretener hasta hace algunos días con sus didácticas charlas-, González Fraga goza de buena llegada a los sectores industriales.
10.- En este contexto, lo que debe esperarse es que con su designación el BNA intente erigirse como una de las herramientas más visibles para lograr la tan ansiada reactivación económica.
Esto último es algo que el propio economista venía reclamando desde el llano. De hecho, trascendió su propuesta para que la entidad estatal impulse una fuerte mejora en la construcción a través de un ambicioso plan de créditos hipotecarios a muy largo plazo.
Y ahora, la pregunta de fondo: ¿Qué pasará con la interacción entre todos estos economistas tan disímiles en su formación y en sus creencias? A ese interrogante clave se le suman otros: ¿Podrán convivir? ¿Se complementarán o, por el contrario, chocarán más temprano que tarde?
La dinámica del día a día dará esas respuestas. Sturzenegger tuvo encontronazos tanto con Prat Gay (por las tasas) como con Melconian (por los créditos hipotecarios). El banquero central hasta ahora viene siendo el único sobreviviente de todas esas trifulcas.
El hecho sería anecdótico si no fuera porque la economía todavía no reacciona y porque a la Casa Rosada se le acortan los tiempos para torcer el rumbo, ya en pleno año electoral.
A pocos meses de que los argentinos vayan a las urnas, da la sensación de que queda poco margen para la prueba y error.
Macri se la acaba de jugar: un keynesiano, un fiscalista y un monetarista al frente de las principales decisiones económicas. Todo un desafío y muchos interrogantes.