Es la moneda que más pierde en el año frente al dólar entre las economías emergentes. Superó incluso la devaluación que acumula el real en lo que va del año: 34% contra 32%. Sólo cuatro países del mundo devaluaron su moneda más que la Argentina. Hasta la salida del cepo, el 16 de diciembre pasado, el Banco Central perdió u$s 7287 millones.
El año que termina esta semana muestra un giro de 180 grados en la política cambiaria con la salida del cepo y la devaluación que sufrió el peso como consecuencia. Así, de la pérdida de reservas y el tipo de cambio prácticamente estable la realidad cambiaria pasó a un comienzo de recuperación para las arcas del Banco Central (BCRA) y a la ubicación del peso argentino dentro de las 5 monedas que más perdieron a lo largo de este año. El retorno negativo de 34% que arroja el peso frente al dólar superó incluso la publicitada baja del real brasileño, que cayó algo menos del 32% en el acumulado del año.
Azerbaiyán, Kazajistán, Zambia y Bielorrusia son los únicos cuatro países del mundo que vieron a su moneda caer frente al dólar más que el peso argentino en lo que va del año.
Según datos compilados por Bloomberg, el retroceso del 34,22% anotado por la moneda argentina es el más importante entre los países emergentes. Las monedas de los países de la región y de los emergentes en general llevan más de un año de retroceso gradual, pero con la suba que experimentó el dólar en el mercado cambiario argentino tras la salida del Cepo el peso recuperó el terreno perdido de una sola vez.
Entre las monedas emergentes, el segundo puesto entre las que más se devaluaron lo tiene el ya mencionado real brasileño, seguido del peso colombiano con su retroceso del 26,59%, el rand sudafricano con su baja del 23,48%, la pérdida del 23,23% que se anotó en el año el rublo ruso y la baja del 20,60% de la lira turca.
La devaluación del peso sobrevino tras un año de fuerte presión a las reservas. Antes de pasar de $ 9,80 a los $ 13,36 del miércoles pasado el BCRA prácticamente era el único vendedor del mercado ante la retracción de la oferta privada. Esa retención de divisas se agudizó aún más al final del año, cuando tras el buen desempeño de Cambiemos en las elecciones los incentivos a esperar una suba de la divisa crecieron.
Sostener el cepo cambiario hasta las últimas consecuencias le costó al BCRA u$s 7287 millones hasta el 16 de diciembre pasado, último día de vigencia de las trabas cambiarias impuestas a partir de octubre de 2011. Desde entonces, las reservas de la autoridad monetaria han gozado de un leve rebote.
Sin embargo, aunque el balance cambiario muestre una mejoría la suba del dólar no alcanzó para devolver a la competitividad cambiaria a niveles similares a los de mediados de la década pasada. Por el contrario, apenas retrocedió algunos meses el atraso cambiario.
«El tipo de cambio real multilateral vuelve a niveles de noviembre de 2014 y septiembre de 2013», señaló un informe de la consultora Elypsis de la semana pasada. «Tras la devaluación, nuestro Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral Elypsis (TCRMe) se ubica en niveles de noviembre de 2014, momento en el cual ya se había erosionado toda la ganancia de competitividad cambiaria de la devaluación de enero de 2014, y de septiembre de 2013, momento a partir del cual el gobierno anterior comenzó a acelerar la depreciación hasta desencadenar en dicha devaluación. Esta comparación, sin embargo, no considera el efecto sobre la competitividad cambiaria de las quitas de retenciones agrícolas e industriales» agregó.