El índice de tipo de cambio multilateral se encuentra en el mismo nivel previo a la devaluación de agosto del año pasado pero el Gobierno insiste en destacar el cambio de contexto económico.
Los índices de inflación oficiales que se confirman menores a los esperados cada mes no sólo obligan a los economistas a corregir las estimaciones de IPC hacia adelante sino que también obliga a recalcular la velocidad de su contracara: el proceso de apreciación cambiaria, que resulta menos veloz a lo esperado y permite al ministro de Economía, Luis Caputo, sostener la tasa de depreciación mensual de 2% anunciada en diciembre tras el fuerte salto cambiario.
Desde que se anunció, el consenso de economistas advirtió que con niveles de inflación que se suponían en torno a 30%-25% promedio durante el verano, la tasa de depreciación mensual sería insostenible y que rápidamente la economía volvería a uno de sus peores males: el atraso cambiario.
La tendencia indicada por los economistas, efectivamente, se confirmó y el peso “subió” contra un dólar, que se mantuvo estable en todas sus variantes. Sin embargo, la velocidad de la apreciación resultó bastante menor a la prevista en diciembre. El motivo principal es que la inflación anotó un avance menor y el Gobierno por ahora sostiene la devaluación de 2% mensual.
De hecho, con el pronóstico de inflación del Relevamiento de Expectativas publicado ayer por el Banco Central en la que los analistas encuestados corrigieron a la baja sus pronósticos, mejorará el índice de tipo de cambio real multilateral (ITCRM) para mayo del BCRA. “Con los nuevos datos del REM que corrige a la baja la inflación esperada a abril y mayo el ITCRM debería mostrar una menor apreciación del peso. Al pasar la inflación esperada por el REM de abril de 10,8% a 9% y la de mayo de 9% a 7,5% el BCRA debería corregir la serie del ITCRM (se corrige con cada publicación del relevamiento y cuando sale la inflación del INDEC) al alza (menor apreciación del peso) de 91,6 a 94,5 para el último dato informado de mayo”, recordó la consultora Aurum Valores.
Aunque mejor que lo previsto, ese indicador de todas maneras sigue haciendo sonar las alarmas. Es que se trata del mismo nivel que tenía el ITCRM en los meses previos a la devaluación post PASO de agosto del año pasado o, por caso, también el mismo nivel que de marzo de 2018, el mes previo a la primera corrida cambiaria que enfrentó el gobierno de Mauricio Macri y que marcaría el principio de una crisis en la que el proceso inflacionario tomó mayor velocidad para llegar, durante los años siguientes ya bajo la gestión de Alberto Fernández, a niveles récord que combinó, también, con fuerte atraso cambiario.
Hace apenas algunos días, el propio presidente Javier Milei enfrentó las críticas por el nivel del dólar y esgrimió 5 razones por las que rechazó los cuestionamientos. En un posteo en su cuenta oficial de X en el que reflexionó sobre las discusión en torno a si el precio del dólar oficial se atrasó en términos reales tras la última devaluación, el mandatario aseguró que el superávit financiero del Tesoro, la base monetaria constante, la brecha casi nula, con compra de reservas netas y saneamiento del balance del Banco Central y el “levantamiento de restricciones en el mercado cambiario todos los días hasta que un día se termine de salir del cepo”, son factores que contradicen la noción de atraso cambiario y se vinculan a un reacomodamiento de precios.
“Por lo tanto, ¿estamos frente a un caso de apreciación cambiaria o a un caso de reacomodamiento de precios relativos donde Argentina es cara en dólares dada su estructura fiscal y regulatoria?”, se preguntó textualmente.