Los súper recibieron listas de precios con actualizaciones, pero el dólar es sólo uno de los motivos de las subas. La situación es dispar, y los ajustes, sólo parciales
Aunque con la excepción de algunos sectores que repuntaron sus ventas en los últimos meses, la retracción que todavía sufre el mercado interno hace inviable un fuerte traslado a precios de los costos y de la devaluación, que desde abril acumula un 13%. El escenario es muy heterogéneo y cada compañía evalúa el contexto en función del mercado y sus ventas. Pero, consultados referentes de varios sectores, la respuesta generalizada fue que el denominado pass through traslado a precios de la suba del dólar se está dando solamente a cuentagotas, y con el cuidado de no generar una pérdida de mercado en un contexto todavía complejo en materia de ventas.
La misma lógica se viene dando con respecto a los incrementos de costos en general, como los salariales o de servicios, por ejemplo.
Trasladan de a poco, y en muchos casos siguen absorbiendo márgenes de rentabilidad. «Aumentamos un 3% en julio cuando la competencia no lo estaba haciendo y eso nos quitó mercado», dijo un empresario de la industria de la alimentación. Por el contrario, en otra firma del rubro aseguraron: «No aumentamos nada durante los primeros seis meses del año y ello nos dio margen para recuperar share. Fue una estrategia y nos salió bien. Hoy el consumidor mira mucho el precio».
Referentes del sector del supermercadismo salieron a advertir en las últimas horas que comenzaron a recibir nuevas listas de precios de los proveedores con aumentos promedio del 5% y que, en algunos casos, los incrementos rondan el 8%, como en el caso de los aceites. En declaraciones radiales, el vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), Fernando Aguirre, intentó deslindar responsabilidades sobre los aumentos al plantear que «las ventas en las cadenas son muy bajas, por lo que a nadie se le ocurriría mover los precios por sí mismo». Los súper también importan, por lo que en este caso el traslado de la devaluación es más lineal.
Consultadas empresas del sector alimenticio y consumo masivo, reconocieron que algunas empresas están ajustando pero no sólo por la incidencia que tiene la suba del dólar en los insumos importados, sino porque vienen sosteniendo márgenes muy acotados por la contracción del mercado. En promedio, aseguran en el sector, los incrementos de precios del primer semestre fueron del 10%, es decir, en línea con la inflación.
La situación es similar en otros sectores relevados. Motos, autos, laboratorios, calzado, textil, electrodomésticos: en todos estos casos, mejor o peor posicionados con respecto a ventas, el escenario se replica. Hasta ahora, no hubo un traslado de la suba del dólar generalizado y las firmas que actualizan precios lo hacen de forma muy gradual.
«En las categorías en las que se trasladó la devaluación, fue ínfimamente. En todos los casos, la incidencia del insumo importado es el 30% del precio final del retail, pero depende de la oferta y la demanda cuánto pueda pasarse a precios según la empresa y el rubro», afirmó el presidente de la Asociación de Fabricantes Argentinos de Terminales Electrónicas (Afarte), Federico Hellemeyer.
El directivo aclaró que, mientras que el sector de aires acondicionados «está muy golpeado» y no tiene posibilidad de trasladar costos y devaluación a precios, hay mayores probabilidades en el rubro de televisores, que afronta una demanda sostenida; no hay sobreestocks y todas las marcas se están preparando para acelerar la producción en el segundo semestre de cara al Mundial 2018, agregó Hellemeyer. El principal insumo de los televisores, que es el panel, es importado.
«Al caer la venta de televisores en 2016, este año cayó la producción y la oferta pasó a quedar corta, por eso hoy se está ajustando un poco», agregó un distribuidor de electrónica y línea blanca, quien señaló que, de todos modos, los ajustes rondan el 3% en algunos casos. También los valores de las notebooks podrían ajustar, ya que los precios en dólares bajaron a comienzos de año a raíz de la quita del arancel.
El sector de línea blanca mantiene una estabilidad y eso hace que los precios se atenúen. Hay un gran esfuerzo del empresario en sostener un nivel de ventas», señaló el distribuidor.
En el rubro de medicamentos, los que se fabrican localmente tienen una incidencia del dólar del 30% promedio, pero «las ventas están bastante flojas y hay mucha competencia», por lo que «no debería haber una reacción de transferir la devaluación a precios en la medida en que el dólar no suba mucho más», enfatizó el secretario de la UIA y titular del laboratorio Gador, Alberto Alvarez Saavedra, quien agregó que igualmente la «situación es muy disímil en cada empresa».
En el caso de las motos, el titular de la Cámara Fabricantes de Motos (Cafam), Rubén Lino Stefanuto, afirmó que, «salvo en el caso de las motos de alta gama, cuyos precios están en dólares, las empresas que fabrican las motos de trabajo que tienen parte de los componentes importados y que se ensamblan en el país se cuidan mucho al tocar las listas». «Hay empresas que están con muy buena venta y no necesitan tocar la lista, y hay otras que están con los precios muy apretados porque venden menos y tienen que retocar. Pero es mínimo el ajuste, en torno a 2%», enfatizó. Y agregó que la suba del dólar se traslada, pero no de forma directa, sino de a partes, en la medida de las posibilidades.
A su vez, Horacio Moschetto, de la Cámara del Calzado, afirmó que «todavía no se nota el traslado a precios de la devaluación porque los insumos no subieron».