La demanda, según la visión oficial, es de inversores locales. En medio de la aceleración de precios, creció el peso de los bonos atados a la inflación, que ya representan a seis de cada diez pesos licitados. En el último año la deuda pública creció unos USD 15.000 millones
El Gobierno cree que en lo que resta del año los fondos inversores externos deberían ejercer menos presión sobre la cotización de dólar “contado con liquidación (CCL)” ya que quedaron pocas posiciones de ese tipo de tenedores en instrumentos en moneda local que puedan intentar salir mediante esa operación en el mercado financiero, por lo que atribuye el aumento en la demanda de CCL a los fondos locales.
El dólar contado con liquidación, que es la cotización que surge de la compraventa de bonos en pesos y dólares, junto con el envío de esos fondos a cuentas en el exterior, cerró ayer por encima de los $212, por lo que acumula una suba de casi 30 pesos desde las elecciones legislativas. Tanto el CCL como el dólar MEP dejaron de estar intervenidos por el Banco Central con oferta adicional y sus precios superaron rápidamente los $200.
En el Ministerio de Economía consideran que la principal presión sobre esa cotización, que marca de esta forma una brecha cambiaria de casi 112 por ciento, proviene de inversores del mercado doméstico que buscan salir de sus posiciones en pesos y depositar sus dólares en el exterior mediante esa operatoria. De esta manera, descartan que se trata de una salida masiva de fondos inversores externos, que en una medida relevante quedaron “atrapados” en títulos en pesos cuando se impusieron los controles de capitales.
El equipo económico encaró en los últimos meses conversaciones con este tipo de inversores externos que tienen en su poder bonos argentinos en pesos para evitar que se retiren de sus posiciones en moneda local y pongan una presión mayor todavía al “contado con liqui” y a la brecha. Incluso el propio ministro de Economía, Martín Guzmán, mantuvo un encuentro mano a mano con algunos de ellos en su último viaje a los Estados Unidos, en octubre, cuando participó de la reunión anual del FMI.
De acuerdo a estimaciones oficiales, los fondos externos tienen todavía inversiones en pesos por el equivalente a unos USD 7.500 millones, lo que podría representar una amenaza a la estabilidad cambiaria si decidieran salir masivamente de sus posturas y pasarse a dólares, algo que por el cepo podrían hacer solo por “contado con liqui”. Los inversores extranjeros, en ese sentido, participan de las licitaciones habituales de deuda y en el Palacio de Hacienda aseguran que no quedaron pesos sin renovar de esas posiciones que puedan dirigirse al dólar.
Este jueves el Gobierno volvió a licitar deuda en pesos. En la segunda licitación de noviembre el Tesoro captó $126.063 millones, es decir un 180% más de lo que vencía está semana. En el acumulado del mes, luego de esta licitación, en la que vencían $ 44.950 millones, el Tesoro obtuvo $149.388 millones.
Según comunicó el Ministerio de Economía, en el año el Tesoro acumula un financiamiento neto positivo de $592.645 millones, lo que implica una tasa de refinanciamiento del 120% anual. En la última licitación del mes, a realizarse el próximo 26 de noviembre, los vencimientos a afrontar suman $225.700 millones.
La deuda pública creció en octubre
La deuda pública volvió a crecer en octubre después de haber tenido un mes de baja en septiembre y alcanzó los USD 348.346 millones, es decir unos USD 5.700 millones más que el mes anterior, explicado principalmente por la mayor cantidad de adelantos transitorios del Banco Central hacia el Tesoro nacional y el mayor peso de los bonos atados a la inflación.
De acuerdo a los últimos datos publicados por la Secretaría de Finanzas, con corte al 31 de octubre, la deuda pública bruta tuvo un avance de casi USD 15.000 millones en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que implica un 4,5% de incremento de los pasivos medidos en moneda dura.
Del total medido por el informe oficial, unos USD 225.000 millones corresponden a títulos públicos emitidos por el Gobierno nacional, casi USD 78.000 millones a préstamos bilaterales, entre los que se cuentan los de organismos internacionales, y unos USD 10.000 millones más de letras del Tesoro.
La diferencia que explica la mayor parte de los USD 5.700 millones de crecimiento nominal de la deuda pública medida en dólares está explicada en dos elementos. En primer lugar, la aceleración del envío de adelantos transitorios desde el Banco Central hacia el Tesoro. En septiembre representaban una suma equivalente a los USD 5.115 millones. Un mes después, esa cuenta ya ascendía a USD 8.424 millones, un incremento de casi 65 por ciento.
Otro factor fue el peso que ganó en las últimas operaciones de deuda los bonos atados a la evolución de la inflación, uno de los títulos públicos que suele ofrecer en el menú en las licitaciones que hace Finanzas ante los inversores del mercado local. Los bonos que siguen al índice CER equivalieron en octubre a USD 44.817 millones, es decir casi USD 1.500 millones más que el mes anterior, principalmente por las colocaciones de Boncer. En la actualidad, seis de cada diez pesos de deuda emitidos están atados a la inflación.
Entre los organismos internacionales acreedores de la Argentina, el FMI tiene la mayor participación en la deuda argentina, ya que concentra -tras el pago de la primera cuota de capital en septiembre, por unos USD 1.900 millones- un remanente de USD 43.294 millones, que son los que el Gobierno busca reestructurar a través de un nuevo programa financiero firmado con el Fondo Monetario.
Según cifras de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) en octubre se realizaron tres licitaciones de mercado que resultaron en la colocación de distintos instrumentos por un total en valor efectivo de $466.281 millones. Se suscribieron en pesos títulos públicos en moneda nacional -Lecer, Ledes, Lelites, Bonte, Badlar y Boncer- por $297.193 millones y bonos denominados dollar linked por $90.897 millones.
Por otra parte, ese organismo estimó que se registraron colocaciones netas de adelantos transitorios del Banco Central por $335.000 millones, por lo que el stock aumentó a $1,36 billones. A fin de septiembre el límite máximo legal sobre el stock de adelantos transitorios se ubicó en $2,17 billones.
Medido en dólares, para el último bimestre del año se estiman vencimientos por el equivalente a USD 8.672 millones, que se reducen a USD 8.075 millones si se excluyen los vencimientos intra sector público, consideró la OPC.
Según informó este lunes el Ministerio de Economía, en octubre el financiamiento neto del mes alcanzó los $26.645 millones, por lo que se acumuló en 2021 un financiamiento neto de $443.257 millones. De esta manera, la tasa de refinanciamiento fue de 116% al considerar los primeros diez meses del año, en línea con lo que busca la Secretaría de Finanzas, que espera terminar el año con un roll over de entre 115 y 120 por ciento.
De acuerdo a datos oficiales que cubren hasta el segundo trimestre del año, la deuda pública equivale al 91,1% del Producto Bruto Interno. Una cifra inferior a lo que marcó a fines a de 2020 (102%) pero mayor a la que había registrado al terminar el 2019 (88,8 por ciento). De todas formas, en los últimos dos años cayó fuertemente el peso de los intereses de deuda, que en 2019 equivalían al 4,2% del PBI y ahora implican un 1,8 por ciento.