Luego de que el Central saliera a vender u$s 30 millones en el mercado cambiario, el jefe de la cartera de Hacienda ratificó que la intervención es una de las herramientas que tiene Federico Sturzenegger a su disposición. Además se refirió a la inflación, déficit fiscal e impuestos.
El ministro de Hacienda, Nicolas Dujovne, no descartó que el Banco Central (BCRA)realice una nueva intervención en el mercado cambiario en caso de que lo crea necesario y negó que la política monetaria haya mutado luego de que se modificaran las metas de inflación el 28 de diciembre.
«La política monetaria es la misma. Se modificaron las metas de inflación, pero sólo cambió la contractividad de la política monetaria al pasar de una meta del 10 a una del 15%, pero el BCRA mantiene los mismos mecanismos, con la tasa de política monetaria y eventualmente puede intervenir en el mercado», señaló Dujovne, en diálogo con LN+.
En ese sentido, el jefe de la cartera económica remarcó que la baja de la inflación que se registró en los dos años del Gobierno «es sostenible», debido a que las correcciones de los precios relativos de los servicios públicos permiten disminuir el déficit fiscal y a que el tipo de cambio flotante impide que la moneda se aprecie excesivamente.
«Estamos bajando la inflación al mismo tiempo que corregimos los precios relativos de los servicios públicos. Así, la baja de la inflación es sostenible porque nos permite bajar el déficit fiscal. Por otro lado, es la primera vez que Argentina baja la inflación con un tipo de cambio flotante que impide que la moneda se aprecie como mecanismo de baja de inflación, como vimos en otros programas que explotaron por los aires. Bajar la inflación así lleva algo más de tiempo pero aporta sostenibilidad», comentó.
Y añadió: «Para nosotros es fundamental cumplir la meta de inflación. Es un impuesto que castiga a los que menos tienen. Venimos de una inflación del 38% en 2016, generada por el reconocimiento de la inflación barrida bajo la alfombra durante la gestión anterior porque tuvimos que normalizar las tarifas de los servicios públicos y quitar las restricciones cambiarias para converger a un tipo de cambio único que nos permita volver a exportar.»
Asimismo, Dujovne ratificó la estimación del Gobierno de que a fin de 2018 el valor de las tarifas alcanzará para cubrir el costo de producción del servicio público de gas y de electricidad. «A fin de año vamos a estar cubriendo el costo de producción de electricidad y gas, nos queda corregir las tarifas de los medios de transporte público en el área metropolitana. En el consenso fiscal llegamos a que el subsidio diferencial en el transporte público en el área metropolitana debe ser removido», apuntó.
Déficit fiscal, gasto e impuestos
Dujovne aseguró que las metas proyectadas por el Gobierno se cumplirán y la Argentina alcanzará el equilibrio fiscal primario en 2020, lo que dejará para entonces el nivel de deuda externa en un nivel de 37% del PBI.
«Tenemos metas fiscales para el déficit primario de 3,2% este año, 2,2% el año que viene y equilibrio primario en 2020. Con esas metas, que no hay ninguna duda de que vamos a cumplir, Argentina estabilizará su endeudamiento en relación con el tamaño de su economía entre 2020 y 2021 en un nivel de 37% del PBI. Los países emergentes como Argentina tienen un grado de endeudamiento de 48%, así que tendremos un nivel mucho más bajo», indicó.
En ese orden, el ministro defendió la política fiscal gradualista, frente a las críticas de los economistas que sugieren que las recetas de shock son las más adecuadas, al aseverar que el endeudamiento evita la pérdida de gobernabilidad que implicaría, según él, un ajuste más veloz. También criticó al peronismo y a la izquierda al señalar que sus propuestas conllevarían un aumento del déficit fiscal.
«Con un programa fiscal serio y creíble, el endeudamiento es un mecanismo transitorio que hay que compararlo con el ajuste más veloz que habría que hacer, el costo social y político que eso llevaría y la pérdida de gobernabilidad que tendríamos para llevar adelante nuestras políticas. Si vamos demasiado rápido el programa económico puede perder sustentabilidad. Además, la oposición política no quiere un déficit más bajo, sino uno más alto. Si se miran las políticas que impulsó el kirchnerismo el déficit creció año a año. Eso es lo que quiere la oposición. Tenemos que ir con pie de plomo reduciéndolo gradualmente sin lastimar el tejido social de la Argentina», postuló.
No obstante, resaltó la reducción impositiva para el sector privado derivada de la reforma tributaria sancionada en diciembre y de la quita de retenciones al sector agropecuario, a la vez que remarcó que el Gobierno buscará seguir bajando el gasto público para no ahondar el agujero fiscal.
«Lo que es gradual es la reducción del déficit, no el ataque a la ineficiencia y tamaño del gasto público. El déficit baja un punto por año porque al mismo tiempo bajamos impuestos. En 2017 bajó el déficit fiscal, bajaron impuestos, bajó la inflación y creció la economía, algo que nunca pasó en la historia reciente Argentina. Cuando Macri asumió no sólo tenía un déficit fiscal y un gasto público realmente altos, sino también una presión impositiva récord y eso nos dejó un desafío distinto porque había que bajar el déficit bajando impuestos. Si no lo hiciéramos, no podríamos crecer. Bajamos impuestos más de 2 puntos del PBI», recalcó.