En medio de la suba de todas las variantes del dólar, especialistas consultados afirmaron que la crisis es de confianza y que para restaurarla también será necesario un acuerdo con el FMI
La tensión sigue vigente esta semana en el mercado cambiario y continúa erosionando las reservas del Banco Central. Este jueves el dólar libre saltó a un récord de $190, mientras las cotizaciones financieras mantuvieron una firme tendencia al alza y la modalidad “ahorro” superó los $138.
En ese contexto, economistas y analistas consultados por Infobae consideraron que el Gobierno debe emitir un plan económico concreto y una batería de medidas que tengan consenso político para modificar la situación actual.
Para el director de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, hay una única salida que es un plan económico consistente. “Tiene que haber una única conducción en materia económica, tienen que haber medidas integrales y no asiladas. Y debería haber un consenso político que muestre que el empresariado y los gremios y los partidos políticos acompañan”, dijo a Infobae.
Y agregó: “Sino caen las reservas del Banco Central, aumenta la brecha y es algo muy difícil de frenar. El Gobierno tiene que tener austeridad fiscal y demostrar que el año que viene no va a haber emisión. Tiene que estar todo en un solo paquete para revertir este círculo vicioso. Estamos hablando de una batería de medidas coordinadas y consensuadas”.
No hay que perder de vista que el billete libre aceleró su escalada en las últimas cinco semanas, tras la aplicación de un impuesto de 35% a cuenta de Ganancias para la venta de divisas para atesoramiento. Desde el 15 de septiembre acumuló un alza de 59 pesos o 45%, mientras que en poco menos de diez meses transcurridos de 2020 escaló 152,5 por ciento.
Para Gravina, subir la tasa de política monetaria y reforzar las reservas del Banco Central con algún préstamo de Rusia, China o el FMI son medidas viables para calmar la demanda de dólares. No obstante, advirtió: “Todo esto tiene que estar bien pensado, lanzado en conjunto y de manera rápida, porque el tiempo se acaba”.
Según Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio, el Gobierno tiene muy pocas opciones para frenar la demanda de dólares mientras las condiciones actuales no se modifiquen. “Seguramente esta presión cambiaria va a seguir. Insisten con medidas que actúan sobre los efectos y no sobre las causas”, remarcó en diálogo con Infobae.
“El precio del dólar es la consecuencia de todos los desajustes macroeconómicos y a mi juicio, no tiene sentido actuar sobre eso si no se modifica la estructura económica actual”, planteó.
En tanto, si bien esta semana el Gobierno dispuso una flexibilización de los negocios para hacerse de dólares a través de operaciones bursátiles, desde el martes, la paridad del contado con liquidación subió 9%, hasta los 181 pesos.
A su turno, Federico Furiase, director de Eco Go, afirmó que dado el nivel de deterioro de las expectativas y “la poca nafta que tiene el Banco Central en las reservas, la salida menos costosa sería devaluar de forma ordenada con un plan de estabilización que implique un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que engrose las reservas para anclar expectativas”.
Y añadió que debe ser a cambio de una consolidación fiscal más contundente, aprovechando el shock nominal para licuar parte del gasto público, para lo cual no habría que indexar la economía.
“La alternativa es una devaluación desordenada que implicaría un riesgo de espiral inflacionaria muy complejo”, advirtió.
El economista Iván Cachanosky consideró que el problema es que el peso se deprecia contra un dólar en baja en relación a otras monedas.», aseguró.
Para Cachanosky, desde la aplicación de un impuesto de 35% a cuenta de Ganancias para la venta de divisas para atesoramiento creció la desconfianza. “Por más que (Martín) Guzmán haya intentado desarmar lo que se hizo en ese momento, no pudo revertir esa desconfianza. Esta crisis no se soluciona con parches. Y para eso se necesita un plan económico consistente y un acuerdo creíble con el FMI. El Gobierno tiene que aprovechar esa oportunidad para modificar el mercado cambiario ya que no le quedan herramientas para evitar que suba el dólar oficial”, opinó.
En esa misma línea, desde la consultora Analytica afirmaron que para frenar la corrida el Gobierno tiene que hacerlo con un plan de estabilización que incluya más de una medida para atacar el problema por todos los frentes posibles. “Al momento mostró poco, en la dirección correcta, pero en dosis que no se condicen con la magnitud del problema, que por momentos pareciera subestimarse”, destacaron.
Entre las medidas para frenar la escalada del dólar consideraron que el Banco Central tiene que poner la tasa de interés por encima de la tasa de devaluación que se viene observando, “de modo tal que facilite la cobertura y eleve el costo de la liquidez que hoy presiona sobre la brecha cambiaria”.
A la vez, remarcaron que el Gobierno tiene que mostrarse dispuesto a intervenir en el mercado a través de operaciones de mercado abierto con los títulos públicos que tiene en cartera, bajando el precio de las cotizaciones paralelas y absorbiendo, a la vez, pasivos monetarios que hoy sobran.
“Pero, sobre todo, y dado que la corrida se refleja en la falta de coordinación de expectativas, tiene que mostrar una estrategia comunicacional integral, entre Banco Central y Economía, que hoy parecen divorciados. Esto es, un programa de contracción de los pesos excedentes y un programa fiscal creíble. La parte fiscal, con sus bemoles, está. Falta la parte monetaria”, aseguraron.
Mientras que desde la consultora Empiria, a cargo del ex ministro de Economía Hernán Lacunza, dijeron a Infobae que lo que puede cambiar la actual tendencia del mercado cambiario y del mercado de capitales es un plan integral con aval del Fondo Monetario.
“El aval del Fondo serviría para comprar algo de credibilidad inicial. Al poco tiempo la credibilidad dependerá del cumplimiento de las metas planteadas. Hoy, al no haber un plan económico, las expectativas se están coordinando hacia los peores escenarios posibles y esa es la dinámica que hay que cortar”, remarcaron.
En ese sentido, plantearon que “un plan integral tiene que dar certidumbre sobre cómo y cuándo habrá equilibrio fiscal, porque es obvio que no puede ser inmediato después del déficit que dejará este año, y ese plan tiene que ser exigente”-
“Además, un programa financiero tiene que aclarar cómo se va a financiar la transición hasta que haya equilibrio fiscal. Finalmente, un programa monetario que dé certidumbre sobre la parte que se financiará con emisión monetaria y sobre la forma en la que se va a digerir esa emisión para minimizar el efecto inflacionario que ineludiblemente traerá”, concluyeron.