El Indec registró en septiembre un superávit de USD 1.744 millones, más de 5 veces el del año anterior. Fue el resultado de la aceleración de las ventas al resto del mundo y nueva caída, aunque más atenuada que en meses previos, de las compras en el exterior
El intercambio comercial argentino acumuló en septiembre último 13 meses consecutivos con superávit con el resto del mundo, e intensificación del contraste con un año antes, cuando a instancias de un tipo de cambio rezagado, aunque con mejores precios internacionales, arrastraba déficit entre exportaciones e importaciones. Las ventas al exterior se elevaron a USD 5.746 millones; y las compras descendieron a USD 4.700 millones. De ahí surgió un excedente para el país de USD 1.744 millones, más de 5 veces el obtenido un año antes.
Y pese al control de cambios que el Gobierno impuso desde el 1 de septiembre, que determinó una creciente brecha negativa entre el tipo de cambio para el comercio exterior y el financiero o alternativo para las operaciones financieras a través de los mercados de capitales, ni las exportaciones, principalmente del campo, se vieron desalentadas y tentadas a derivarse a mercados marginales, ni las importaciones, se debilitaron más de lo que estaban en los meses previos.
Por el contrario, las ventas al resto del mundo, pese a la baja de más de 6% del promedio de precios internacionales, se incrementaron 22,3% en cantidades, con un crecimiento de 77,6% en el caso de los productos primarios, con mínimo grado de elaboración, aunque con gran incorporación del paquete tecnológico para elevar el rendimiento de los cultivos, y 9,7% en las manufacturas de origen agropecuario.
“El gran incremento exportaciones primarias puede explicarse por el fuerte repunte de los despachos de soja: luego de varias semanas de mayor comercialización del maíz, el contexto se tornó favorable para el poroto consecuencia del no tan óptimo estado de los cultivos en EEUU, que conjuntamente con mejoras en la negociación del conflicto comercial China-EEUU implicó un apuntalamiento de los precios internacionales y, en consecuencia, en un estímulo en las ventas locales que se multiplicaron por 12 en la comparación interanual. Por su parte, las exportaciones de maíz si bien presentan una desaceleración respecto al mes previo, mantienen un récord histórico en el acumulado de 9 meses y un aumento de 41% del volumen exportado interanual”, explican los economistas de la consultora Abeceb.
Mientras que los embarques de manufacturas apenas se incrementaron 3,9% en cantidades y 5,9% en valor, pese a que la industria podría haber dispuesto de más excedentes, ante el agudo receso del mercado interno, y haber contado, a diferencia del sector primario, con una leve mejora de los precios internacionales.
El único rubro con merma de envíos y menores cotizaciones externas fue el combustibles y energía: acusó sendas caídas de 11,8% y 23,2%, respectivamente en comparación con un año antes. El informe del Indec dio cuenta de que ese declive se originó en “menores ventas de aceites crudos de petróleo; de naftas excluidas para petroquímica; fuel oil; y de propano licuado, en un monto superior al aumento de las exportaciones de gas natural en estado gaseoso, y gasoil”.
Mientras que en el caso de las importaciones sobresalió el modesto aumento de las compras de bienes de uso intermedio en el proceso productivo (2,3%), en un escenario de caída de 11,1% de los precios externos, fenómeno que podría leerse como un punto de piso de la recesión que afecta a la rama manufacturera en su conjunto, y a la necesidad de reponer existencias, dado el alto componente de partes e insumos procedentes del resto del mundo en el proceso productivo local.
El resto de los rubros mantuvieron declinaciones a tasas de dos dígitos altas en las cantidades compradas, más intensa en el caso de los combustibles y lubricantes (30,1%), por la conjunción de receso interno y sustitución por producción nacional; y en automotores 33,9%, seguida por el resto de los bienes de consumo 18,6% y de bienes de inversión, como se denomina a las máquinas y equipos 12,2 por ciento.
En comparación con los 8 meses restante, del informe del Indec se desprende que el campo, lejos de retener producto como se sospechaba en algunos sectores, aceleró en septiembre la liquidación de cereales, y en particular del complejo oleaginoso; mientras que el sector manufacturero no agropecuario, habría encontrado más oportunidades de negocios.
Y del lado de las importaciones, pareciera que la muy baja base de comparación habría resultado el principal factor explicativo de la desaceleración de la caída de las compras de un ritmo de 24% hasta agosto, a 8,3% en el último mes.
Abeceb estimó que el balance comercial de 2019 cerrará con un “superávit de aproximadamente USD 13.800 millones (3,2% del PBI), revirtiendo con creces el déficit de USD 3.701 millones del año anterior. Para el año que viene se estima que el saldo a favor de nuestro país será aún mayor, en el orden de los USD 17.300 millones (4,1% del PBI)”.
Sin embargo, semejante progreso del lado de la economía real, no se trasladó a la economía financiera, habida cuenta que el cepo cambiario, aunque parcial, y la incertidumbre política, más desaciertos en la gestión del Gobierno, determinaron en septiembre la aceleración de la dolarización de carteras y salida de divisas hacia el resto del mundo, según describió el Balance Cambiario del Banco Central.
“Las personas humanas demandaron moneda extranjera básicamente para atesoramiento USD 2.578 millones en septiembre, y para gastos efectuados con tarjetas por consumos en el exterior USD 344 millones”, informó la autoridad monetaria.
“La cantidad de individuos que compró billetes a través del mercado de cambios en septiembre, 1.690.000 personas, representaron un aumento de 30% con respecto al mes previo. Por su parte, la cantidad de individuos que vendió billetes en el mercado de cambios totalizó 570.000, cifra que disminuyó con respecto al mes previo y respecto al conjunto de individuos que vendieron en el mismo mes de 2018 en 20% y 7%, respectivamente”.