Resumen semanal
La noticia más trascendente de la semana llegó este miércoles desde Brasil como consecuencia de nuevos casos de corrupción política que implican, en esta oportunidad, al presidente Michael Temer. Dicho suceso repercutió directamente en Argentina dado que Brasil es el principal socio económico. Los primeros efectos fueron observados en el mercado financiero, el cual se desplomó y en el mercado cambiario donde se apreció una fuerte devaluación del peso frente al dólar.
Analizando el nivel de actividad, según la consultora Kantar Tns Gallup, el Índice General de Expectativas Económicas registró en el mes de abril el segundo mes consecutivo de crecimiento al presentar una suba de cinco puntos respecto de marzo y al promedio del primer trimestre. Dicha nueva tendencia positiva deriva de la expectativa de mayores ingresos futuros y la percepción de nuevos puestos de trabajo disponibles.
Respecto al nivel inflacionario, la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) publicó su encuesta de expectativas de inflación en la que destacó que la mediana para los próximos doce meses aumentó en mayo un punto porcentual respecto al mes previo, por lo que se ubican en 21%. Del mismo modo, pero analizando el promedio de las respuestas, se observa un incremento de 0,5% hasta colocarse en niveles de 27,9% para mayo de 2018. Respecto a la distribución por ingreso, respecto a la mediana se aprecia un incremento para los sectores de ingresos bajos mientras que no presenta variaciones para los de altos ingresos. Mientras que, el promedio indica un alza en las expectativas para los de menores ingresos y una reducción para los de ingresos altos. Correlacionado a ello, esta semana el INDEC publicó el Sistema de Índice de Precios Mayoristas (SIPM) del mes de abril. El nivel general del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) presentó una variación positiva de 0,5% respecto a marzo como consecuencia de un alza de 0,6% en los productos nacionales y una caída de 0,9% de los importados. Mientras que, el Índice Internos Básicos al por Mayor (IPIB) y Básicos del Productor (IPP) aumentaron 0,3% y 0,1%, respectivamente. Por lo tanto, en el primer cuatrimestre del año, el SIPM presenta una suba de precios promedio de 3,9 puntos porcentuales. No obstante, analizando el Índice de Costos de Construcción publicado por INDEC, se aprecia en el cuarto mes del año un incremento de 4,4% respecto al mes anterior, por lo que el acumulado anual presenta un alza de 10,1%.
Por otro lado, este martes se desarrolló la licitación mensual de Letras del Banco Central. La entidad presidida por Federico Sturzenegger decidió elevar el retorno de la Lebac de menor plazo en 1,25%, por lo que la tasa de retorno en el mercado primario se estableció en 25,5% convalidando las subas observadas en el mercado secundario durante las semanas previas (el lunes rendían 25,35% en el mercado secundario). Asimismo, el Central se encontró con el desafío de vencimiento de $476.000 millones en Lebacs, de los cuales decidió renovar $448.000 millones, es decir, el 94%.
Corrupción nao tem fim
Cuando no se había cumplido ni siquiera un año de la destitución de Dilma Rousseff mediante el proceso de impeachment, hecho que implicó la profundización de la crisis política brasilera, estalló un nuevo escándalo que sacude a toda la clase dirigente del país vecino. Como es de público conocimiento, el presidente de mayor frigorífico del mundo (JBS) aportó este miércoles una grabación a la justicia en la cual el empresario mantiene una conversación con el propio Temer en la cual confiesa los giros de coimas que mensualmente realiza la empresa a un diputado oficialista con el objetivo de comprar su silencio en causas que implican a la empresa, y el Presidente Temer afirma que debe continuar haciéndolo. La noticia, seguida de la divulgación del audio, sacudió nuevamente a todo el arco político brasilero que atraviesa una crisis de legitimidad sin precedente. En el día de ayer Temer aseguró que no cometió ningún ilícito y que no piensa renunciar debido a que ello implicaría el abandono de las reformas económicas que vino a llevar a cabo y, por ende, un duro golpe para la realidad económica del país.
Lo paradójico es que este nuevo escándalo aparece justo a días de que el Banco Central de Brasil aportara el primer dato positivo de la actividad económica luego de 3 años de recesión. Según la institución monetaria, durante el primer trimestre del año, la economía brasilera no sólo habría dejado de caer, como lo venía haciendo desde hace al menos 11 trimestres, si no que habría mostrado un crecimiento desestacionalizado respecto al último trimestre de 2016 del 1,1% y una expansión interanual del orden del 0,3%. Esta reactivación de la economía, se da en conjunto con una fuerte desaceleración del proceso inflacionario; luego de varios meses por encima de las metas de inflación impuestas por el Banco Central, la variación de precios anual ya se encuentra en el orden del 4% (había superado el 10% anual a principios de 2016).
En tan solo un día de conocidos los nuevos escándalos políticos, el real saltó 40 centavos, depreciándose un 9%, la bolsa de acciones brasilera se hundió un 8,8% y el riesgo país se incrementó en 42 puntos (+16,3%), rompiendo una tendencia decreciente en el riesgo soberano que ya acumulaba un 20% de caída en lo que va del año. Este panorama de inestabilidad política pone en serio riesgo el mantenimiento de la senda de reactivación económica. Es que el proceso de rebote de la actividad había acumulado tan solo tres meses en terreno positivo, lo que en términos técnicos aún no representa una salida de la recesión que sufre Brasil desde 2014, la más profunda y larga de las últimas décadas.
Desde luego que, como es sabido, todo este proceso y sus consecuencias sobre la economía brasilera surten efecto sobre la economía local. Junto con la reactivación del nivel de actividad del país vecino se habían recuperado las compras de bienes argentinos. En los primeros tres meses del año, las importaciones de Brasil habían crecido un 10,5% en términos interanuales luego de incrementarse en 9,3% en el último trimestre de 2016. Este fenómeno también representaba un cambio de tendencia ya que, como se observa en el gráfico, el desempeño de los envíos al país vecino era negativo desde comienzos de 2014. Al estar estrechamente vinculado el nivel de actividad general de un país con la demanda por productos foráneos, era cuestión de tiempo para que Brasil se recuperase y las exportaciones argentinas dejaran de caer. Este cambio de tendencia, de hecho, era uno de los factores claves en los cuales se basaban los pronósticos de crecimiento en Argentina para este año.
Por su parte, la suba del dólar en Brasil contagió al mercado cambiario local. En solo un día el dólar trepó hasta los $16,27 lo que representa una depreciación del 2,26% en un día y de más del 4% en el mes. Una vez más, el régimen cambiario de flotación elegido por el BCRA mostró sus virtudes, al igual que como lo había hecho durante 2016 con otros dos shocks externos: el Brexit y Trump. Este movimiento de la cotización local funciona como un amortiguador ante el movimiento del real. Sin embargo, es importante remarcar que el movimiento del peso fue bastante menor que el del real por lo que la competitividad cambiaria con el país vecino ha disminuido, mientras que con el resto del mundo tuvo cierta mejora.
El tercer canal de afectación a la Argentina es el financiero. La suba del riesgo país brasilero, que impactó sobre el riesgo argentino, implica un mayor costo de financiamiento. Este factor es por demás importante dado el contexto fiscal argentino y su esquema de financiamiento.
La clave de esta situación está en la política. Hay que esperar para saber cómo se resolverá la gobernabilidad en Brasil. Temer fue apoyado por importantes sectores del establishment brasilero que ahora podrían soltarle la mano por las mismas razones con las cuales él justificó su negativa a renunciar: las reformas económicas que vino a aplicar. Con este nivel de desconfianza, la gobernabilidad podría volverse insostenible, se puede desarmar el gobierno de alianza, y quedar naufragando las reformas necesarias, especialmente la del sistema previsional. Este panorama implicaría una alta probabilidad de reversión de la incipiente recuperación económica. Por el contrario, si el escándalo se diluyese en las próximas semanas y la estabilidad política no se viera más comprometida, el shock habrá sido un efecto momentáneo sin mayores implicancias sobre la tendencia de recuperación en el mediano plazo.