La ola de calor llega para obstaculizar las metas de la campaña 2023-2024. El sector advierte por bajos precios en los commodities. Expectativa luego del magro resultado del año pasado
Pasado un volumen de exportaciones de soja en 2023 que la propia Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) registró como el más bajo de los últimos veinte años, la entidad señala pérdidas de lotes en sojas de segunda y una caída del potencial en soja de hasta 50%, tras la última semana de temperaturas extremas.
El complejo sojero está esperando la lluvia. Y la esperan con precisión: tiene que llover más de 20 mm. Si bien el equipo técnico de la entidad señala que “es difícil estimar las pérdidas que pudo causar la ola de calor”, ya calculan qué porcentaje quedará descartado. Si “llueve bien” durante esta semana, podría ser de entre un 20% a 30% promedio respecto de la soja de primera. Pero atención: en ambientes más restrictivos, la pérdida podría alcanzar al 50% “fácilmente”.
”Veníamos muy bien, si llueve entre mañana y el sábado no lo veo tan grave. Veremos”, indica una fuente, en diálogo con este medio. Sin embargo, el informe advierte que las pérdidas “aumentan día a día”. El frente del fin de semana anterior dejó algunos milímetros con temperaturas en torno a los 20°C en pocas horas, pero el pronóstico fue interrumpido por la ola de calor.
La semana anterior marcó un grado de insolación acuciante: se registró el equivalente a 13 horas de sol diarias. Para las 10 millones de hectáreas de la región núcleo significó una pérdida aproximada de agua en el suelo de 8 milímetros diarios. Si bien se esperan lluvias generalizadas sobre todo entre el jueves y el viernes, las temperaturas previamente podrían “alcanzar valores parecidos a las máximas registradas”.
A modo de conclusión, Guido D’angelo, analista de BCR, espera los números finos de la cosecha para “ajustar el nivel de exportaciones”. Sin embargo, adelanta que ven con “especial preocupación” la tendencia descendente que han tomado los precios del complejo soja en los últimos meses. El viernes se publicará un informe con los principales factores que recortan los precios de exportación argentinos.
Un escenario complejo tras la mala cosecha de 2023
El escenario se desarrolla luego de un año que anotó una abrupta caída en su nivel de exportaciones dentro del complejo sojero. Mientras que 2022 registró “máximos exportadores”, la contracara fue 2023, con una baja del 25% respecto al año anterior (u$s 66.701 millones).
Puntualmente, las cadenas agroindustriales generaron exportaciones por u$s 36.642 millones en 2023, una merma del 36% con respecto a igual período en 2022. Asimismo, las mayores bajas “nominales y absolutas” se observaron en las tres principales cadenas de granos del país: soja, maíz y trigo. La preocupación mayor se la lleva el complejo sojero: 1 de cada 4 hectáreas sembradas con soja no pudieron cosecharse.
Las consecuencias de la pésima performance se extendieron al complejo de productos derivados de la soja. Según el último monitor agroindustrial de CIARA, la industria aceitera atraviesa el peor momento de la última década: la molienda acumulada totalizó 27.120 millones de toneladas, el volumen más bajo en trece años.
Productores reclaman mayor certidumbre tras el modelo de liquidación 80%-20%
A su vez, la entidad liderada por Gustavo Idígoras registró una fuerte caída en las ventas de trigo forward y fijaciones, debido a “la falta de certidumbre que el programa de incremento exportador 80%-20% generó en el mercado”.
En esa línea, una fuente del complejo agroexportador detalló que el farmer selling tanto en maíz, soja y trigo “es uno de los más bajos de la historia” por tres variables: los malos precios internacionales, expectativa de una nueva devaluación o quita de retenciones, y el “descrédito y falta de confianza” que genera el hecho de que los productores “no vean en sus contratos el complemento 80-20”.
Por eso, explica un referente a este diario, los productores se retraen a la venta. Al mismo tiempo, registran que los precios recibidos en pesos “no es el que debería llegarles, aunque puede que este factor sea más emocional”.
En cualquier caso, desde el sector esperan de la actual gestión económica reinstalar la confianza “que se perdió con el plan de incremento exportador”, prorrogado cinco veces, en donde “se cambiaron las reglas de juego permanentemente”, según entienden.